Muy buenos días, compañeras,
Maestros, lectores, gente inteligente de Temascaltepec. A nombre de mis
hermanas Carmen y Claudia, deseo transmitir a todas y cada uno de ustedes, la
satisfacción que nos causa, el privilegio de estar en nuestra querida
Secundaria, para presentar un proyecto cultural que ha sido reconocido a nivel
nacional y que llevamos a cabo todos los días en la Librería LibrArte.
Venimos a
compartir con ustedes un mensaje muy importante: Hace dos años nos reconocieron
como Emprendedoras del estado de México;
en el 2016, LibrArte obtuvo el Premio
Nacional de Librería, que en México y especialmente en el estado de México,
es como si hubiéramos ganado el Premio Nobel; y el pasado 20 de noviembre las
Secretarías de Cultura, la de Educación Pública y la Cámara Nacional de la
Industria Editorial, decidieron que ¡Salir Afuera! recibiera el Premio Nacional al Fomento a la Lectura y la Escritura.
El corolario de
esta introducción, el mensaje que esperamos se grabe en su alma fresca de la
adolescencia, es que COMO LOS VEO ME VÍ, COMO NOS VEN, SI LEEN EN LIBERTAD, SE
VERÁN.
Somos una familia
que emigró del Distrito Federal a Temascaltepec, hace un cuarto de siglo. Somos una Librería
que nació hace mucho tiempo, muy lejos del sur del estado de México.
Pero estamos aquí
y ahora, porque nuestro trabajo como libreras, constituye en la región, un polo de desarrollo y fomento cultural, que abre espacios para la comunicación y conocimiento, y combate frontalmente, con el gusto por la lectura, los vicios del alcohol,
las drogas y la violencia.
Somos una librería
muy joven, organizada, administrada y dirigida solo por mujeres, dedicada a trabajar intensamente en favor de
nuestra comunidad: sobre el principio empresarial del comercio de libros, en
LibrArte hemos antepuesto la autoridad
del Fomento a la Lectura y la Creación de Lectores.
¿Qué es una Librería?
Para
entender la naturaleza y papel de nuestro trabajo, hay que repetirlo con toda
la fuerza de las palabras: Se dice y se sabe que las
Librerías, más que vender libros, somos Centros Culturales: recintos para el
encuentro entre autores y lectores, oráculos donde encontrar resoluciones a las
dudas de cada uno y de todos, ventanas para asomarse a lo desconocido, puertas
para abrir, espacios infantiles, diálogos con la historia, arcanos de poder,
valladares contra el oscurantismo, barreras infranqueables, la última línea contra
el despotismo de los gobernantes.
¡Libros!
¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’,
y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus
sementeras, recitaba García Lorca, en un lugar de Granada, en la biblioteca de
Vaqueros, tan campirana como Temascaltepec,
la tierra en donde hemos nacido.
Como el mártir, sin proponérnoslo
deliberadamente, LibrArte, es engranaje fundamental de la Política Educativa de
la “tierra caliente” mexiquense. Nos hemos convertido en palanca de velocidades
que acelera el desarrollo cultural en una región atávica y conservadora, en
favor de grupos beneficiados con el NO Leer y Escribir.
Y es que el valor
de una comunidad, se define por la valentía a la hora de hacer frente al
deshonor, que no quiere tolerar y también, por el lugar y la importancia de lo
que ha sido y lo que es. En esta batalla, en la que se juega el pasado y el
presente de una nación, pero también su futuro, las librerías tienen un papel
capital de una magnitud inmensa y de una responsabilidad insustituible.
En el aniversario
que conmemora el sexagésimo aniversario, de la escuela que lleva el nombre del último
Presidente de México que merece ser recordado con admiración y respeto, el Lic.
Adolfo López Mateos, el Presidente deportista, el Presidente Olímpico, el de
los Museos, el Presidente de los libros de texto que garantizaban la educación
laica y gratuita, vale la pena recordar que una librería no es sólo un almacén
de libros, sino el lugar en que libreros y libreras hacemos de oficiantes, y no
sólo de intermediarios, de lo mejor de lo que colectivamente somos. Y, como
tales, también, de lo mejor que colectivamente podemos aspirar a ser.
Porque en medio de
la precariedad generalizada y el desánimo al que tantas cosas nos invitan, las
librerías somos una embajada de futuro.
¿Qué es un Libro? ... Vengan dos definiciones apoteósicas...
"Dice
el Tío Paco cosas maravillosas sobre los libros. Y lo apunte exactamente como
lo dijo para no olvidarlo nunca: Tabla para el náufrago, escudo para el bueno y
horca para el ruin, paraguas para el sol y la lluvia, capote de torero,
ladrillo que hace paredes que hace casas, que hace ciudades, que hace mundos.
El libro es jardín que se puede llevar en el bolsillo, nave espacial que viaja
en la mochila, arma para enfrentar las mejores batallas y enfrentar a los
peores enemigos, semilla de libertad, pañuelo para las lágrimas. El libro es la
cama mullida y cama de clavos, el libro te obliga a pensar, a sonreír, a
llorar, a enojarte ante lo injusto y aplaudir la venganza de los justos. El
libro es comida, techo, asiento, ropa que me arropa, boca que besa mi boca.
Lugar que contiene al universo." (Persona Normal de Benito Taibo)
Otra definición más del Libro, es la paradoja contenida en el "Orlando Furioso", el de Ariosto, rescatado por Fernando Savater en su Diccionario de la Filosofía, donde narra “una batalla entre el poderosísimo nigromante Atlante, contra la amazona Bradamante. Batalla espectacular
librada volando sobre corceles alados, la poderosa
Bradamante ve con admiración como su adversario, quien no ha sido derrotado hasta la fecha, no lleva arma
alguna: solo empuña un libro. Pronto comprueba
que no está indefenso, porque el libro es mágico y cada golpe, cada estocada que Atlante lee en sus páginas, lo
recibe inmediatamente ella, que apenas puede
con semejante ataque.
Sea como fuere, lo importante es ese libro hechizado que ataca y defiende y soy de los que creen que todo libro es a su modo, mágico; aún más, considero que en el ya antiguo rito de la lectura, siempre hay algo de conjuro y brujería”
Sea como fuere, lo importante es ese libro hechizado que ataca y defiende y soy de los que creen que todo libro es a su modo, mágico; aún más, considero que en el ya antiguo rito de la lectura, siempre hay algo de conjuro y brujería”