Friday, January 24, 2025

LA CIVILIZACIÓN DEL ESPECTÁCULO

 


EL ANTÍDOTO

1. La Corrupción del lenguaje

¡Cállate chachalaca! Fue el banderazo de salida de la 4T, el 16 de marzo de 2006 en Tehuantepec Oaxaca. Antes de ese grito campirano, con el que Andrés Manuel López Obrador sentenció para toda la vida al gachupín abajeño Vicente Fox, en México vivíamos sujetos por un lenguaje en poder del gobierno que, corrupto y además perverso lo fue desgastando, exprimiendo, ahogando las palabras, repetidas, falsas, fofas, huecas.

Y aunque ya llevaba muchos años la degeneración de nuestro idioma (GDO 68), así también se puede considerar al 12 de diciembre de 1997, como la fecha exacta en que inició la ofensiva literaria retrógrada y conservadora del gobierno en turno (EZ), que ya sin rubor ni continencia alguna¹, se lanzó con todo el poder para apoderarse del Estado nacional, entregarlo al capitalismo internacional, adoptar las leyes e instituciones que convinieran a la plutocracia yanqui (cambios constitucionales a los artículos 3, 27 y 123 de la Carta Magna) y crear los organismos indispensables para tener un control absolutista (CNDH, INAI, IFT, CONEVAL, CFC…) y poder decir como Luis XIV: “El Estado soy Yo”

Ese día se llevó a cabo el 1° Teleton y para sorpresa de las audiencias cautivadas todavía por Televisa, Lucerito y los payasitos de la TV, comenzaron a bendecir lloriquear, moquear y repetir como loros huastecos “gracias a dios” por primera vez en la historia nacional, a través de un medio de comunicación, concesionado por el estado mexicano laico. Se había roto el “techo de cristal” dicen ahora los faranduleros, para señalar un límite o salvaguarda arrasado por el poder de los medios, el tsunami que abría de par en par las compuertas políticas al lenguaje imaginario y fantasioso, del miedo y falsedades, de la ignorancia, la culpa y el arrepentimiento: el retorno de los brujos.

Y es que a finales de los años 80’s, la triada formada por Margaret Tatcher-Juan Pablo II-Ronald Reagan se habían impuesto al resto del mundo y esa victoria se plasmó en un nuevo lenguaje hegemónico, específico para programar a la gente en “modo comercial”: éxito, autoestima, bullying, fe, bendiciones, resiliencia, sociedad civil, inteligencia emocional, winner, coach, libre mercado, oportunidades, buenas vibras… y todos los mitos y fantasías  necesarias para que en el terreno de la mercadotecnia y la publicidad, se tradujeran en ventas y ganancias.

Fue entonces que comenzó el asalto a la razón y como los incendios en California del cambio climático 2024, el viejo-nuevo cuento medieval, incineró las diferencias en los medios de comunicación, programas de estudio, la academia y el discurso político.  Ahora se sabía que el renacimiento del liberalismo –neoliberalismo- no se circunscribía a las prácticas económicas tradicionales, sino que llegaba recargado-reloaded, con un discurso particular con el que festejaba la derrota política de la economía socialista: de la caída del Muro de Berlín en 1989 y la disolución de la URSS en 1991, hasta el segundo “piso” en la Presidencia del “pacifista”  Donald Trump,  este 20 de enero de 2025.

Fue arrollador el embate de un modelo que ya llevaba años probado, siglos de funcionar a la perfección en el Imperio estadounidense: Escribía a principios del siglo XIX Alexis de Tocqueville que “En (América) las democracias, se está muy lejos de que todos los hombres que se ocupan de la literatura  hayan recibido una educación literaria…(Que) los lleva a buscar solo libros que se consiguen y se entregan con facilidad, como las prostitutas, que se leen pronto y sin pérdida de tiempo –el tiempo que poco les falta para transfigurar en dinero del time is money- literatura más rápida inclusive que la fast food de nuestros días… puesto que el lector la recibe casi toda digerida… lista para tragarse sin necesidad de masticarla  ni ensalivarla…los ingredientes ideales… son emociones intensas, efímeras y fuertes; flashes sorpresivos; pero sobre todo el brillo del oro sin serlo… Se buscará asombrar antes que complacer y se esforzará enganchar las pasiones antes que encantar el gusto…”²

Quedaba un cabo suelto: Comenzó la metamorfosis de lo que se entendía por cultura cuando mi generación realizó sus estudios primarios, secundarios y superiores. Se le llamó poscultura, contracultura, posmodernidad. Se hicieron esfuerzos por explicar el fenómeno en ciernes: Freud, T.S. Elliot, Steiner, Lipovetsky, Vargas Llosa: dice Guy Debord “en la sociedad industrial moderna, donde ha triunfado el capitalismo y derrotada la clase obrera (y popular), la alienación (ilusión convertida en verdad) controla la vida social y política de tal suerte que todo lo que es natural, real y humano lo reemplaza por lo artificial y falso: las mercancías han pasado a ser las verdaderas dueñas de la vida: el espectáculo es la dictadura efectiva de la ilusión en la sociedad moderna…”

2. La Civilización del espectáculo

¿Qué quiere decir civilización del espectáculo? Dice Mario Vargas Llosa: “La de un mundo donde el primer lugar de la tabla de valores vigente lo ocupa el entretenimiento, y donde divertirse y escapar del aburrimiento es la pasión universal…” La diferencia entre la cultura del pasado y el entretenimiento de hoy es, que aquella pretendía trascender el tiempo presente y seguir viva generaciones futuras, en tanto que los productos de hoy son fabricados para ser consumidos, desechados y desaparecer al instante: Herman Hesse, James Joyce o Moliere escribían para derrotar a la muerte, en tanto que Shakira o las telenovelas no pretenden durar más que el tiempo de presentación. La distinción entre Precio y Valor se ha eclipsado: lo que tiene éxito y se vende es bueno, lo que fracasa y no conquista al público es malo…

Pero convertir esa natural propensión a pasarla bien en un valor supremo, tiene como consecuencias la banalización de la cultura, la generalización de la frivolidad y en el campo de la información, que prolifere el periodismo irresponsable, de la chismografía, el escándalo, el mal gusto, el cinismo encuerado… la ignorancia divina. Que se desnaturalice y prácticamente desaparezca la alta cultura y pasen a ser equivalentes una ópera de Verdi, la Filosofía de Kant, los corridos tumbados de Peso Pluma  y la “joterias” del que Ezpol-icía.

3. El Antídoto

Tras escuchar la declaración de guerra que ha hecho el gobierno de Trump a México, solo haré por ahora un adelanto del remedio contra el Malestar en la Cultura: un diccionario no es solamente un catálogo de noticias, de un mismo género, ordenadas en forma alfabética: Larousse advierte sobre la etimología latina de dictionarium o acción de decir.

Hoy, además de las obras tradicionales, existen diccionarios de todos los géneros y materias: Diccionario Crítico Etimológico Castellano e Hispánico, de Corominas y Pascual. Dos diccionarios desconocidos: Encomio a la estulticia (Elogio de la locura) Erasmo de Rotterdam; y, Diccionario de ideas recibidas –Estupidario- de Gustave Flaubert; el diccionario de Nombres Propios de Gutierre Tibón, además de glosarios, monolingües, multilingües, enciclopédico… hasta el coloquial tumbaburros, puesto que la conseja popular declara que los diccionarios están destinados a desasnar, a quien quiera y pueda desasnarse…

¹ Una vez “cincho” el TLC; las clases populares arruinadas por los “errores” de diciembre de  1994; los pobres anestesiados con las visitas del “eunuco blanco” (Juan Pablo II);  PRI y PAN amancebados como Demócratas y Republicanos en EUA; las quiebras y deudas bancarias convertidas en Fobaproa a pagar por los mexicanos…

² Esta importante obra del parisino solo adolece de un defecto: porque el título de este profundo análisis debió ser “La tiranía en América”. Alexis Tocqueville de, La democracia en América, FCE México 2002

 


 

LIBERTAD – ALCOHOLISMO – LIBERTINAJE: LÍMITES

  Publiqué el 25 de enero, en la edición No. 7 de Liberal Mexicano un ensayo que deliberadamente lo concluí con estas palabras: “… haré po...