Wednesday, March 05, 2025

LIBERTAD – ALCOHOLISMO – LIBERTINAJE: LÍMITES

 


Publiqué el 25 de enero, en la edición No. 7 de Liberal Mexicano un ensayo que deliberadamente lo concluí con estas palabras: “… haré por ahora un adelanto del remedio contra el Malestar en la Cultura: un diccionario no es solamente un catálogo de noticias, de un mismo género, ordenadas en forma alfabética. Larousse advierte sobre la etimología latina de dictionarium o acción de decir…”

Es el antídoto contra lo que Mario Vargas Llosa llama Civilización del Espectáculo. Es el prospecto del medicamento para sanar el alma y el espíritu, contra la cultura intrascendente, la del mundo de  la diversión, el entretenimiento y del aburrimiento. La receta para la sociedad que solo atiende lo que tiene éxito: lo que se vende es bueno, y es malo lo que fracasa y no conquista al público. El  poder arbitrario de la tiranía de la mayoría, diría Alexis de Tocqueville: para todos ellos, para saber lo que se dice, nada como el coloquial tumbaburros, puesto que la conseja popular declara que los diccionarios están destinados a desasnar, a quien quiera y pueda desasnarse…

De uno de los diccionarios que mejor conozco y reconozco, pues yo mismo participé de muchas maneras en su elaboración, organización, edición y publicación, del Diccionario Clásico y Literario de la Democracia Antigua y Moderna, de Patricio Marcos, es de donde tomaré las citas  para analizar el recorrido de la palabra LIBERTAD, su naturaleza y papel que es esencia de la felicidad, no sin antes ser la ruina de los que se exceden y padecen sus efectos perniciosos. 

Veamos a continuación algunos gazapos literarios por esquivos, que pueden ser joyas del lenguaje, que adornen a aquellos interesados en una vida política, que antes que idea o concepto es un género comunitario de vida, una vida elegible frente a la vida pasiva o dormida. El desafío radica en transitar de la vida pasiva a la vida despierta, incluso con pretensiones de arribar a la vida sabia para hombres y mujeres… “que exige del lector de este Diccionario, de un esfuerzo propio insustituible para conquistarlo…”

Jugada audaz en un contexto de pesimismo creciente, sobre los poderes de la literatura para ayudar a los lectores a entender mejor la complejidad humana, mantenerse lúcidos sobre las deficiencias de la vida, alertas ante la realidad histórica e indóciles a la manipulación de la verdad por parte de los poderes constituidos, que para eso se creía que servía la literatura, además de entretener…

 

1. LIBERTAD (codicia y gloria del estado popular. Platón)

Platón advierte sobre la conveniencia de plantear su antecedente, la causa de la quiebra del estado oligárquico, bancarrota de la que nace la democracia a través de una revolución popular.

 

Las preguntas retóricas forman parte de la mayéutica practicada por Sócrates. En ellas aparece la razón por la que sucumbe el Estado oligárquico dando paso al Estado democrático: Pregunta Sócrates: ¿No es cierto que el exceso de riquezas es el bien que el oligarca se propone para sí mismo, y los medios por los cuales dicho bien es conservado?  ¿No era también esa misma lujuria insaciada de riquezas y la negligencia de todas las demás cosas –negligencia debida al afán de hacer dinero-, la ruina de la oligarquía?... Y ahora tercia ¿La cosa que a la democracia también le acarrea su disolución no es la avidez de eso que es la definición y el criterio de su bien?  ¿Qué bien, le preguntan a Sócrates?... Contesta, Sócrates: la libertad, la cual, como te dicen en una democracia, es la gloria del Estado, y es por esta razón que los hombres de espíritu libre quieren vivir únicamente en esta Ciudad… Más iba a contestar –agrega Sócrates- que la codicia de libertad y su exceso, así como la negligencia de todas las demás cosas, cambia a esta constitución y preparan el camino hacia la necesidad de la tiranía.¹


 

2. LIBERTINAJE: (hacer y decir lo que viene en gana. Platón)

Al responder a la pregunta sobre la forma de vida y la clase de gobierno de la democracia,  Platón hace decir a Sócrates: como es el gobierno así es el hombre².

En primer lugar, ¿no serán libres y la ciudad no estará asfixiada de libertad y licencia para que el hombre diga y haga lo que le venga en gana…, y donde hay licencia, el individuo no tiene el poder de ordenar como le plazca su propia vida?



3. ALCOHÓLICO (o sobredosis de libertad. Platón)
“Cuando una ciudad sedienta de libertad y gobernada democráticamente, consigue a escanciadores alevosos en calidad de líderes y presidentes del festín, una vez intoxicada por beber en exceso el vino fuerte de la libertad, castiga entonces a sus así llamados gobernantes, y si estos no son enteramente condescendientes con ella negándose a servirles bebida copiosamente, los llama a cuentas y los castiga tachándolos de villanos y oligarcas malditos”.

Sócrates exhibe esta nota sobresaliente del Estado democrático a través de una metáfora mordiente, centrada en la consecuencia más destacada que produce el régimen popular, el rapto intoxicante arraigado en la reivindicación permanente de la libertad, entendida como derecho para que cada quien haga y diga lo que le plazca: “Los elementos de esta construcción literaria son los siguientes: 1.  La democracia se compara a un cuerpo intoxicado, sediento, ávido de bebida, conminado por el ansia de la embriaguez; 2.  La libertad se parangona con el efecto de los vinos fuertes; 3. Los dirigentes del régimen popular a quienes de plano se les niega el nombre de  gobernantes, ya que en vez de educar se dedican a corromper al pueblo, a deseducarlo y a traicionarlo, se equiparan a escanciadores y presidentes de banquetes o festines.” 

Bajo estas condiciones, el Estado democrático es diagnosticado de alcohólico sin remisión, con las connotaciones etílicas del caso: perturbación, trastorno de la imaginación y de los sentidos, adormecimiento, pero sobre todo pérdida de la razón. Estado borracho, alcoholizado por la libertad, o como dicen los angloamericanos con su tendencia e inventiva para ahorrar en todo, inclusive con el lenguaje, libertahólico. 

Si la analogía es exacta, entonces lo atribuido por Heráclito a los alcohólicos puede predicarse indistintamente acerca del hombre, de la familia y del Estado democrático, ya que a semejanza del adulto que se embriaga, el hábito y su apetito desmesurado de libertad los hace: “…ser conducidos por un niño púber, y tambalearse, ignorando por dónde caminan, por tener sus almas húmedas”. 

Si una metáfora consiste en decir o escribir una palabra por otra, entonces conviene advertir que si la voz alcohólico sustituye a la de libertinaje, entonces conviene tomarse en serio la gravedad y las consecuencias de este diagnóstico, pues tal y como la adicción del alcohólico le resulta destructiva, así para el demócrata la libertad resulta también algo indispensable, necesario e imprescindible, no obstante su rasgo aniquilante o suicida. 

Así como al alcohólico puede matársele si se le retira abruptamente toda bebida para someterlo a un régimen de abstinencia forzosa, reduciéndolo al agua, ocurriría lo mismo con el demócrata si, en vez de reeducarlo lentamente para que se desprenda de su segunda naturaleza por él mismo,

permitiendo así la restauración de su naturaleza originaria o su vuelta a ella, que él no podrá no percibir sino en calidad de ofensa y castigo frente al exceso tóxico al que está acostumbrado, la enfermedad que le hace sentir bien y de cuya purga pueden resultar consecuencias fatales.

Por eso la sentencia de Heráclito es certera, toda vez que además de centrar el carácter húmedo de las almas en la ignorancia del camino que llevan, sugiere que cuando un alma ha roto todo límite interno, lo primero es comenzar a poner algunos límites externos, de tal suerte que ella misma pueda después recoger y recortar su existencia derramada, como cuando un hormiguero en el que todas las hormigas están fuera de casa, necesita de tiempo para que vuelvan a ella…



4. LÍMITES. (Su ausencia en niños, borrachos, locos… asimismo en demócratas, oligarcas y tiranos. Platón)

Luego de describir las consecuencias del deseo insaciable de libertad, ese que las constituciones democráticas convierten en fin por considerarlo un bien, el bien supremo y absoluto, Platón concluye con la siguiente interrogación: En vista de esto ¿la libertad puede tener algún límite en la democracia?

La pregunta formula una auténtica paradoja, pues el concepto de límite es inseparable de la definición de la libertad. El discípulo mayor de Platón, Aristóteles afirma que la carencia de libertad responde a la existencia de obstáculos que pueden ser de dos clases: internos –del alma y del cuerpo- y externos –de bienes materiales- Pero si dichos impedimentos arrebatan la capacidad de ser libre, el exceso de libertad igualmente arruina al ciudadano por ser el extremo contrario, el cual conduce también a la carencia de libertad.

Por eso Heráclito asevera que las almas secas son mejores a las húmedas debido a que poseen límites internos, de donde concluye que los niños, los borrachos y los locos requieren, como el agua desbordada, límites externos para ser contenidos. También demócratas, oligarcas y tiranos por ser personas destempladas se aplica a ellos la carencia de fronteras, a pesar de que en mayor o menor grado, todos ellos simulan tener poder para contenerse.


 

5. COROLARIO: De donde se sigue que es libre quien puede y sabe gobernarse, sólo si no enfrenta  obstáculos internos e impedimentos externos, pues cuenta con los bienes del alma, del cuerpo y los bienes externos que le permiten desplegar una vida propia sin ataduras.

 

En Tejupilco y la “tierra caliente”, como sucede en todo México, hay que reeducar al pueblo con vida política: vida activa, despierta, en constante cambio, libre, justa, sensible y prudente, administrada por la inteligencia imaginativa, que haga de la valentía ciudadana, su virtud cardinal. Vida política significa el carácter real, que da el gobierno propio. La autarquía, el poder de ser principio de uno mismo: deliberaciones, decisiones, en general, acciones ante causas externas.

 

Que uno mismo sea principio o padre de sus propias acciones, sin interferencia de terceros reales o imaginarios coloca a la libertad no en calidad de fin, que solo lo es para quienes carecen de ella, sino como un bien intermedio e indispensable para alcanzar y conservar las excelencias más elevadas que conducen a la vida feliz.




 

¹ Platón La República VIII (1107)

² Platón La República VIII (1108)

Al llegar a este apartado final, habrá que celebrar, caro lector y amigo la publicación del décimo número de este esfuerzo periódico al que siguen afectando los “duendes” de edición, pero ahí me detengo en la conseja paternal “echando a perder se aprende”. Pero ustedes amigos sureños, igual que todo el mundo conocido, pueden volver a leer y opinar sobre todos los textos que he publicado a lo largo de 25 años en Cartas Sureñas: https://temascaltepec.blogspot.com/2025/02/liberal-y-mexicano.html


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