Tuesday, September 26, 2006

LA GRAN COMILONA: ORÍGENES DEL FAST FOOD EN MÉXICO

mejor gordo que de risa
y no flaco que de lástima
La comida rápida es todavía un estilo nuevo para la mayoria de los mexicanos. La proliferación irreversible de espacios donde conseguir una amplísima gama de alimentos es increible. El negocio de la fast food llegó para quedarse.
Antes no era así. Recuerdo como en 1986 se inauguró la primera franquicia de MacDonald's, sobre el Anillo Periférico, por supuesto en la colonia Polanco y claro que en la Ciudad de México. Y doy por asentada la ubicación del primer eslabón de los posteriores tratados comerciales-internacionales, porque fué todo un acontecimiento social, reservado exclusivamente para la clase media urbana de altos ingresos. Durante semanas la gente se agolpó fuera del restaurante en espera de saborear una Big Mac, una Cajita Feliz y una bolsa de papas. Era un momento memorable, porque la apertura de este concepto gastronómico-comercial representaba la derrota anticipada de los precursores autóctonos del estilo de comer americano: Burguer Boy, Tom Boy, Shakeys, Mr. Kelly's.
Las hamburguesas con papas, las milk shakes, los sundaes y las pizzas, legadas a salvo en un país sin prisa, recuerdos de la época del rock & roll, eran testigos impávidos de la apertura de sus anteriores mercados exclusivos. Los ascépticos restoranes de mesas de formaica, grandes ventanales y colores brillantes del blanco al naranja, el amarillo y rojo, no tenian forma de competir contra conscorcios mundiales expertos en maximizar mercados y minimizar costos. El uso de la publicidad, promociones, precios, estructuras integrales de compra-venta eran toda una novedad. Nunca se había visto algo así. México comenzaba a involucrarse en otro tipo de economía, otra forma de hacer negocios, con la comida y con todo lo demás.
Actualmente las poblaciones urbanas ven con naturalidad los centros comerciales, repletos de ofertas diversas: cafeterías, tacos, sushi, gyros, cocteles, jugos, pollos... todo, todo lo imaginable se presenta al instante, en paquete. Hasta tamales, los elitistas tamales de la Flor de Liz, los de la Condesa, también se mercan al momento, con atole, en plazas, en kioskos.
Feroz competencia en contra de tantísimos puestos de comida: los tacos de carnitas, barbacoa, buche, nana, bistec, al pastor, quesadillas, tostadas, que de pata, de tinga... La supervivencia de los más aptos, originales, en servicio, por calidad. Tarde o temprano las resistencias se van a derrumbar y el consumidor estará dispuesto, entusiasmado a recibir un excedente, un plus por su dinero.
Como sucede ahora en Tejupilco en un servicio nuevo que combina la oferta de la lectura con la maravilla del internet e informática y con las facilidades de la comida rápida, de buena calidad y originalidad, como se puede ver en su propio nombre: La WeB ó N@D@

Wednesday, September 20, 2006

LA GRAN COMILONA: EL CLIENTE NO SIEMPRE TIENE LA RAZÓN

A la mesa y a la cama
Solo una vez se llama

Londres es una ciudad repleta de restaurantes. Unos mejores que otros, pero todos ofrecen la excelente comida británica, considerada como una de las más nutritivas de Europa. También están los restaurantes especializados y entre los de mayor prestigio internacional se encuentra “Chez Nico”. Las reservaciones son difíciles, a veces es preciso realizarlas con dos semanas de anticipación. Pero es que no hay duda de que se trata de uno de los restaurantes emblema de Inglaterra, principalmente por la personalidad única de su propietario y Chef: Nico Ladenis.
Una noche típica en el restaurante “Chez Nico”: las mesas están servidas de una manera inmaculada y perfecta; las botellas del mejor champagne del mundo dejan escapar su contenido; los meseros avanzan, imperturbables, de un lugar a otro, recogiendo ceniceros, limpiando mesas, atendiendo a un cliente distinguido o a un miembro de la familia real británica que ordenan platillos especiales del menú. Alguien pide una botella Chateau Palmer 47 (con un precio de 600 dólares) y otro inhala el exquisito aroma que procede de una Soupe de Poissons. ¡Excelente! Y por supuesto ¡extremadamente caro! (por lo menos 200 dólares por una cena para dos, sin contar las bebidas alcohólicas)
De repente, en medio del salón, un comensal (está con su pareja) llama al mesero y comienza a preguntar, mientras estudia el menú con nombres franceses “¿Qué cosa es esta shymphonie de calle o este selle d’agneau au pistou?” “carnero” interrumpe su compañera. El Mesero interviene y explica “es un carnero en una mezcla delicada de ajo, mantequilla, albahaca y romero”… pero no puede concluir su explicación. El cliente interrumpe, su pareja intercede, “por razones médicas no puede comer salsas. Quiere su carnero sin salsas”
El mesero permanece impasible, como si fuera de piedra “déme dos platos de su carnero” continúa el comensal “yo le quitaré la salsa cuando llegue”. En esos momentos ocurre lo que todos los camareros –y todos los que conocen el temperamento de Nico- estaban esperando. Nico se lanza prácticamente sobre la mesa del cliente y con un gesto casi sádico, digno de la mejor comedia de Hollywood, le pide al a la pareja que se marche del restaurante “¡No pienso cocinar para usted!”
Esta breve reseña tomada de un artículo de Natalie Devalls escrito en el año de 1992 muestra hasta donde llega la sofisticación en el comer. Sin embargo Nico se considera únicamente el “chef más exigente de Londres” Un hombre educado en la Universidad de Hull, con un título en Economía que reconoció haber fracasado en sus estudios, al no llevar buena relación con los ejecutivos bancarios y financieros.
“Simplemente no puedo soportar la mala educación en la mesa. No creo en esa frase acuñada que dice que el “cliente siempre tiene la razón”. A la edad de 37 años Nico Ladenis adquirió el libro Obras Maestras de la Cocina Francesa y se dedicó a aprender a cocinar. “A mi me interesa tener clientes educados que sepan que solamente sirvo los mejores vinos del mundo. No hay motivo para empezar una cena, ingiriendo ciertas bebidas alcohólicas que lo único que harán será entumecer las papilas gustativas y destruir el sabor del plato que yo y mis asistentes hemos preparado… Después de los primeros tragos, da lo mismo vino que vinagre".
“Comer es una experiencia, no una necesidad” No cabe duda que la filosofía del Chef Nico es radical, en el sentido de raíz, principio, lo que debe ser. Mismo sentido que, con diferente trato, paciencia y tolerancia usted podrá encontrar en su casa en Tejupilco, Restaurante La Misión, ahora ya con el concepto integral de lounge, esparcimiento, holganza, recreación, como fue concebido originalmente. Reservaciones (724) 2673370

Monday, September 11, 2006

LA GRAN COMILONA: EN LA RUTA DEL PACÍFICO

a la mesa y a la cama
solo una vez se llama
Después de Toluca en dirección a Valle de Bravo, los sitios donde comer son muy pocos. En la dirección que nos trae a Tejupilco, la ruta al Nevado de Toluca son contados los lugares apenas recomendables. Ni variedad gastronómica, ni instalaciones, ingenio o algo que haga memorable la aventura del sabor.
Otro camino a Valle de Bravo, la ruta por Villa Victoria, a la salida de Toluca, puede ser recordada por el número de pequeños restaurantes y fondas especializadas en pescados y mariscos, en la población de San Luis Mextepec, pero ese será tema de otra columna. Esta vez me referiré específicamente a la vía Toluca-Valle de Bravo, con extensión al municipio de Temascaltepec.
Justo donde comienza el camino a Valle, la denominada Ruta al Pacífico se encuentran dos negocios que ofrecen productos del mar. Uno se llama precisamente “Pacífico” y el otro no recuerdo su nombre, ambos son restaurantes discretos, sin pretensiones y que ofrecen los acostumbrados cócteles de mariscos, los filetes empanizados, los camarones a la diabla o al mojo de ajo, la sopa de mariscos, pero igual que en cualquier lugar y en porciones muy discretas. Parecen usar ingredientes de buena calidad, pero en la escala inferior de la economía y los precios.
Los dos negocios son muy parecidos y están muy cercanos. El Pacífico me gusta más por sus ventanales en esquina, el color usado para decorar y la afabilidad de sus propietarios, quienes se nota corresponde a esa categoría social denominada “pareja joven” u otra peor, “ochenteros”. El sitio es limpio a pesar de que sus baños dejan mucho que desear. Pero la comida que ofrece este lugar es totalmente olvidable, nada que haga volver a no ser por la ubicación del negocio. Uno de los puntos criticables de este sitio es la atención a las mesas por el personal con que cuenta. Descortés, incluso grosero. Pero lo peor, la música, que proviene de un estereo destartalado, a todo volumen y reproduciendo los acostumbrados sonsonetes monocordes, repetitivos que tanto gustan a gente de la región, pero que aturden y convierten en un martirio el acto de la alimentación.
El otro restaurante además de mariscos ofrece también carnes preparadas, bisteces, cecina, pero el sitio es aburrido, frió, oscuro y el servicio lento. Ni el nombre del lugar pude retener en la memoria.
Una vez en carretera se encuentran varios puestos de comida donde comer barbacoa, pero destaca el que esta ubicado en la desviación a Zinacantepec. Este sitio con más de 10 años creció de un puesto con lonas sobre el camino, hasta tener ahora instalaciones bastante buenas y amplias. El cliché de bienvenida es la palabra “carnalito”, supuestamente sinónimo de calidad del borrego. Cuenta con buena clientela y en términos generales el servicio es correcto y el producto el esperado. Hay que reconocer en esta empresa familiar la constancia, el sacrificio y el trabajo invertido.
Otro lugar donde comer estará hasta la desviación al Volcán. En ese sitio existen varios puestos de comida, pero el único que recomiendo es el que está primero a la derecha en la dirección norte-sur. No estoy enterado pero parece que existen rivalidades entre los negocios porque se llega al maltrato al cliente que consuma algo en un lugar y quiera probar otra cosa en el “de enfrente”. Es increíble que ocurran cosas así en estos tiempos.
Pero el que he probado por muchos años, un puesto de tacos y quesadillas, es atendido por un hombre maduro y su esposa amable. Las tortillas hechas a mano y las salsas, verde, roja y de aguacate, combinan excelentemente bien con la carne que siempre me ha parecido blandita, sabrosa y sazonada con manteca de puerco y cebolla. Nada del otro mundo, pero es una comida que hace que uno vuelva, a pesar de las incomodidades e inclemencias del tiempo al aire libre, A pesar del horario restringido, alrededor de ocho horas solamente. El trato al cliente y la sazón sencilla del alimento, hacen que uno regrese al pasar.
Por cierto esta es semana de fiestas patrias y en su casa en Tejupilco, Restaurante La Misión lo esperamos con sorpresas, promociones, música, alegría, baile y un menú mexicano que le va a sorprender. Venga a dar el grito en contra de..… digo Independencia (reservaciones al 724 2673370)

LOS COMPLOTS GRINGOS

Hoy que se cumplen 33 años del golpe de estado en contra del gobierno democrático del Presidente de Chile, Salvador Allende, victima de un complot fraguado entre los intereses más reaccionarios en ese país y las ambiciones de empresas norteamericanas trasnacionales, famosas por su desvergüenza, como la ITT y la Anaconda Cuprum. Hoy que se recuerdan los terribles atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York, que se han traducido en una mortandad de 90 afganos o iraquíes por cada una de las victimas caídas en esta misma fecha hace cinco años, deseo comentar lo siguiente.
Hay que ver una película titulada Vendetta, cuyo tema trata sobre un hecho real, ocurrido a finales del siglo XIX en el puerto de Nueva Orleáns, en los Estados Unidos. Inmigrantes italianos habían organizado el comercio en ese lugar y dos empresarios controlaban las operaciones portuarias.
Además de una estupenda administración, las empresas de los italianos contaban con gran cantidad de mano de obra que viajaba al nuevo continente desde la lejana Sicilia. Las empresas crecían gracias a la conjugación de trabajo confiable, barato y excelente administración.
Pero todo cambio en 1890 cuando los norteamericanos originarios, consideraron que era inaceptable que los forasteros hicieran negocio en el territorio que consideraban solo de ellos.
Presionando de múltiples formas, amenazas, provocaciones, chantajes, sobornos, al ver que no hay forma de desplazar a los italianos, deciden apropiarse del negocio a cualquier costo.
El asesinato de un jefe policiaco, alto como una torre, perpetrado por los yanquis y luego la inculpación de los italianos, específicamente los dueños de las empresas controladoras, es la causa que justifica la arenga pública para combatir contra los de esa raza o los que se parezcan. No obstante que en la realidad los acusados fueron declarados inocentes, los yanquis no se detuvieron y movieron los sentimientos de la población güera, blanca, protestante y de origen sajón para sacar de la cárcel a los todavía reos y públicamente lincharlos. Obviamente el resultado fue que las empresas de estos masacrados pararon en manos de los causantes del complot.
Otro suceso todavía más conocido fue el asesinato del Presidente Kennedy en 1962. Víctima de otro complot que solo se pudo probar en el terreno de la cinematografía. Los gringos decidieron que el negocio de la guerra era mucho más importante que la vida de un Presidente que se oponía a ella y consecuentemente decidieron eliminarlo.
Cabría también recordar la última ocasión en que nuestro país afrontó un conflicto bélico, durante la segunda Guerra Mundial, la causa que forzó la declaración del estado de guerra fue propiciada por el hundimiento de dos buques mexicanos: el Faja de Oro y el Potrero del Llano, supuestamente torpedeados por submarinos alemanes, aunque ahora se sabe que fueron los americanos quienes se encargaron de echarlos a pique.
Muchos ejemplos más se pueden contar en la historia del imperio estadounidense que jamás se ha contenido en sus ansias de expansión y dominio con un solo fin: la ganancia monetaria.
Por ahora solo se puede afirmar con seguridad que los sucesos ocurridos el 11 de septiembre del 2001, fueron propiciados por fuerzas originariamente norteamericanas. Bien sea directamente o a través de grupos armados por los mismos gringos, como es el caso de Bin Laden, para otros fines, en otros tiempos.
Cabría preguntarse ¿quienes resultaron beneficiados por los atentados? ¿Cual fue el objetivo estratégico de este descomunal golpe táctico?
Quizás convenga recordar el anécdota de un diplomático mexicano, que a la afirmación de otro representante europeo sobre como quisiera para su país tan solo 10 Km. de frontera con los Estados Unidos, nuestro representante respondió: “México también”, pero tenemos más de 3000 Km.

EL FANTASMA DEL LIBERALISMO

  EL FANTASMA DEL LIBERALISMO Saludo con gusto al público lector de “El Liberal Mexicano”, al que invito al debate en torno a la naturalez...