El caso del chino nacionalizado es muestra del estado que guarda la sociedad mexicana. Así como es de inverosímil entrar en pánico por un rumor que avecina la llegada de un terremoto, y sucedió hace unos meses, aquí mismo en Tejupilco. Es igual de increíble la historia de Ye Gon, Charly para sus amigos y a pesar de todo es muy posible que sea cierta.
Ambos casos muestran a una sociedad desconfiada, temerosa, a expensas de los medios de comunicación, que lucran y aprovechan la poca inteligencia emocional y la ignorancia social. Me recuerda los tiempos de Luis Echeverría y los rumores que se corrieron en el año de 1976, tras la devaluación del peso mexicano. Se hablaba de cabezas humanas lanzadas a pozos petroleros para hacerlos producir, de niñas hermosas sacrificadas por sus padres para introducir drogas dentro de sus cuerpecitos recocidos con hilos. Y la gente los daba por ciertos.
Charly Ye Gon ha utilizado muy bien este ambiente, tan bien que hasta parece que alguien lo maneja o asesora. Podría ser la CIA. Lo que si no puede ser es la manera tan absurdamente tonta como se presenta este caso a la opinión pública. Extraña no enterarse de alguna voz seria que opine con autoridad. Por supuesto que este señor esta negociando y de verdad. No son mentiras y no va a presentar pruebas de nada hasta que primero recupere a su familia, limpien su nombre y devuelvan los millones de dolares que asegura le pertenecen.
Antes conviene detenerse en detalles que dan credibilidad a su dicho, al de Ye Gon: porta una charola de la Cámara de Senadores firmada por Fidel Herrera, actual gobernador de Veracruz y entonces presidente de ese Poder; recibió su constancia de nacionalidad mexicana de manos de Fox y al lado de Pancho Céspedes, el cantante cubano, una distinción recibida por parte del entonces Canciller Al Derbez: construyo una fabrica de medicamentos contra la gripe en el estado de México permitida y aplaudida por el entonces Virrey Montiel; los cargamentos de los precursores para las metanfetaminas entraron por un puerto aduanal donde el responsable es un personaje muy ligado a los hijos de Martha Sahagún; y además ya han dado ordenes de retirar del mercado todos aquellos medicamentos contra la gripe que utilizan los ingredientes que importaba este Ye Gon, concediendo con ello razón a sus argumentos de inocencia.
Todo en medio de descalificaciones e historias fantásticas y posibles, como el resurgimiento del EPR y sus actos explosivos, justo en medio de la vorágine noticiosa que señala al PAN y al Gobierno de Felipe Calderón de hacer uso indebido de dineros en la campaña presidencial.
Para colmo enterarse de reuniones convocadas por sacerdotes y religiosos, especializados en exorcismos y artes mayores en contra de posesiones demoníacas. Lo que primero que nada presupone la existencia de seres de malignidad, solo creíbles por mentes enferma y tontas.
Por eso mejor ahora celebrar nuevamente el esfuerzo de las mujeres mexicanas que en fútbol y en los juegos panamericanos han dejado en alto el nombre de nuestro país. Las chicas derrotaron en el denominado juego del hombre a las argentinas y a las gringas. Y la Tae Won Do Iridia Salazar irradia belleza, enjundia, fiereza, gritonsisima, intimidante, desafiante y conquista el oro en su especialidad.
Que gusto y que contraste con unas notas que leía el otro día en un medio de Tejupilco que recomienda 10 consejos para saber si el marido engaña o no a la esposa: checa el velocímetro, huélelo, preocúpate… Da pena ajena, es minimizar el lugar y el papel de la mujer sureña y es uno más de los caminos que conducen al estado de desazón y soledad.
Ambos casos muestran a una sociedad desconfiada, temerosa, a expensas de los medios de comunicación, que lucran y aprovechan la poca inteligencia emocional y la ignorancia social. Me recuerda los tiempos de Luis Echeverría y los rumores que se corrieron en el año de 1976, tras la devaluación del peso mexicano. Se hablaba de cabezas humanas lanzadas a pozos petroleros para hacerlos producir, de niñas hermosas sacrificadas por sus padres para introducir drogas dentro de sus cuerpecitos recocidos con hilos. Y la gente los daba por ciertos.
Charly Ye Gon ha utilizado muy bien este ambiente, tan bien que hasta parece que alguien lo maneja o asesora. Podría ser la CIA. Lo que si no puede ser es la manera tan absurdamente tonta como se presenta este caso a la opinión pública. Extraña no enterarse de alguna voz seria que opine con autoridad. Por supuesto que este señor esta negociando y de verdad. No son mentiras y no va a presentar pruebas de nada hasta que primero recupere a su familia, limpien su nombre y devuelvan los millones de dolares que asegura le pertenecen.
Antes conviene detenerse en detalles que dan credibilidad a su dicho, al de Ye Gon: porta una charola de la Cámara de Senadores firmada por Fidel Herrera, actual gobernador de Veracruz y entonces presidente de ese Poder; recibió su constancia de nacionalidad mexicana de manos de Fox y al lado de Pancho Céspedes, el cantante cubano, una distinción recibida por parte del entonces Canciller Al Derbez: construyo una fabrica de medicamentos contra la gripe en el estado de México permitida y aplaudida por el entonces Virrey Montiel; los cargamentos de los precursores para las metanfetaminas entraron por un puerto aduanal donde el responsable es un personaje muy ligado a los hijos de Martha Sahagún; y además ya han dado ordenes de retirar del mercado todos aquellos medicamentos contra la gripe que utilizan los ingredientes que importaba este Ye Gon, concediendo con ello razón a sus argumentos de inocencia.
Todo en medio de descalificaciones e historias fantásticas y posibles, como el resurgimiento del EPR y sus actos explosivos, justo en medio de la vorágine noticiosa que señala al PAN y al Gobierno de Felipe Calderón de hacer uso indebido de dineros en la campaña presidencial.
Para colmo enterarse de reuniones convocadas por sacerdotes y religiosos, especializados en exorcismos y artes mayores en contra de posesiones demoníacas. Lo que primero que nada presupone la existencia de seres de malignidad, solo creíbles por mentes enferma y tontas.
Por eso mejor ahora celebrar nuevamente el esfuerzo de las mujeres mexicanas que en fútbol y en los juegos panamericanos han dejado en alto el nombre de nuestro país. Las chicas derrotaron en el denominado juego del hombre a las argentinas y a las gringas. Y la Tae Won Do Iridia Salazar irradia belleza, enjundia, fiereza, gritonsisima, intimidante, desafiante y conquista el oro en su especialidad.
Que gusto y que contraste con unas notas que leía el otro día en un medio de Tejupilco que recomienda 10 consejos para saber si el marido engaña o no a la esposa: checa el velocímetro, huélelo, preocúpate… Da pena ajena, es minimizar el lugar y el papel de la mujer sureña y es uno más de los caminos que conducen al estado de desazón y soledad.