Escribir es digno de ser vivido en si
Octavio Paz
Octavio Paz
Gabriel Zaid, el poeta, es una de las personas que más ha influido en mi vida. La determinación para mudar mi residencia, de la culterana delegación de Coyoacán, al ahora Pueblo con Encanto de Temascaltepec, se originó en la lectura de su obra. Zaid es un caso extraño de sabio nacional, dedicado a tareas de cálculo e ingeniería de lunes a viernes, y la reflexión metódica y filosófica, en fines de semana. Periodista cotidiano en el diario Reforma, Zaid es fundador y miembro de las revistas Vuelta dirigida por Octavio Paz y de Letras Libres. En aquel número 1, del lejano y todavía muy cercano, diciembre de 1976, Zaid escribió en Vuelta, un ensayo titulado, Alicia en el País de las Fluctuaciones, artículo de gran interés, que combina el conocimiento de la economía y la sesuda reflexión política.
Es el Gabriel Zaid que impresiono mi despertar intelectual. Lo conocí al terminar mis estudios iníciales de la Licenciatura en Economía. Lo entendí a través de sus textos, al realizar mis estudios de Filosofía, particularmente uno, El Progreso Improductivo, lectura obligada en estos días, obra de gran vigencia y novedad.
Básicamente, Zaid cuestiona el despilfarro e inutilidad de la sociedad contemporánea. Equipara la burocracia gubernamental con las grandes factorías globalizadas, en el gigantismo que las convierte en sujetos económicos, terriblemente ineficientes y derrochadores. La grave crisis que afecta hoy al mundo occidental, confirma su hipótesis de trabajo fundamental: la idea de éxito es nociva, el progreso, es improductivo.
Zaid se recrea con la comparación de lo que denomina campesinos y universitarios. Los primeros son sujetos, que la modernidad trata con sentido de desprecio e inferioridad. En cambio, los universitarios, representan la suma de valores contemporáneos, estampa de éxito y símbolo de superioridad social y política.
Juega con ejemplos tan realistas como inverosímiles, por ejemplo, la concepción de un niño campesino solo requiere del deseo natural y un petate para ser engendrado, para que acaso a la tierna edad de 5 años, comenzar su vida productiva, llevando agua a las gallinas, cuidando ovejas, como la agraciada imagen de un Benito Juárez todavía en Oaxaca. Frente a este extremo, surge la cauda de subjetividades implícita en la concepción del bebe universitario; es el cortejo, la cena, poemas, vino, ropa sensual, afrodisiacos, solo para la cohabitación inicial; después, todo un gastadero –parto psicoprofiláctico, terapias, cesáreas, guardería, psicólogos y así hasta el infinito- para que al cabo de veintitantos años mas tarde, el joven universitario, licenciado en alguna especialidad, se de cuenta que no sabe hacer nada útil, que su destino es ser ayudante de algún funcionario corrupto, o de otros que son, sin saberlo, como ocurre en muchos DIF’s regionales.
Es la matriz que se extrapola, para explicar los contrastes y las consecuencias del derroche que condena, a la vida con apremios, a la esclavitud encubierta, a depender siempre de terceros, ya sean bancos, sacerdotes, psicoanalistas, prestamistas, ayudas gubernamentales –los electoreros y humillantes programas solidaridad-progresa-oportunidades-; a vivir al pendiente del comportamiento de la bolsa de valores de New York, a cambiar el horario habitual, solo para ajustarse a los designios imperiales, que no gusta dar una hora de hándicap, a los vecinos situados en latitudes mas ecuatoriales, a sufrir el hampa y el trasiego criminal de la droga.
En Zaid encontré reflexiones centrales para entender la economía y para transitar a la matemática y la Teoría Política. Es el caso de todo negocio que se establece para la obtención de una ganancia, determinada por la relación entre el precio y volumen de ventas, respecto a los costos fijos, variables, directos e indirectos. Así encontré que cualquiera de las empresas que podido iniciar, es muchas veces más rentable, que consocios como Wall-Mart o Burger King; excepto que estos gigantes suplen su ineficiencia, a través del volumen masivo de sus operaciones, la publicidad y las prácticas desleales de comercio. El caso de las grandes automotrices gringas a punto de la bancarrota, justamente se explica por esta causa: no pueden seguir vendiendo miles de automóviles, como antes y no alcanzan a cubrir sus costos y gastos inmensos.
Sería bueno revisar a este intelectual mexicano, para encontrar soluciones simples a los grandes problemas nacionales. Sobre todo cuando la acción gubernamental, se inscribe en la misma lógica del derroche, peor aún, pues los flujos de efectivo que sostienen el dispendio estatal, proviene de impuestos y pagos que sufrimos los ciudadanos. Por ejemplo, si tan solo fuera posible auditar, pero de verdad, los resultados de la gestión de Peña Nieto y ver de cerca el costo real de cada kilometro de carretera o de cada metro de hospital, revisar si en verdad están terminados y funcionando y agregar el costo de la publicidad con la que se promueve como funcionario trabajador, probo y cumplido, seguramente la calificación seria totalmente reprobatoria, engañosa y falsa, a pesar de lo que digan las monas de plástico de la TV, que mienten sin escrúpulos, a la gente.
Habrá que ver si la decisión de instalar un Batallón de Infantería en San Miguel Ixtapa, para 654 soldados, además de servir para cuidar e imponer orden y garantizar el cumplimiento de la ley, sirve como acicate para el comercio regional, como estímulo concreto para revertir la economía sureña, decaída y quebrada, por culpa de las decisiones, de los malos gobiernos que padecemos.