Agradecemos la presencia de todas las personas que nos acompañan, y a nuestros amigos que con su apoyo y consejos nos han ayudado a estar en este lugar
Estamos aquí porque nuestro trabajo como
libreras, constituye en el sur del
estado de México, un polo de desarrollo y fomento cultural integral, que abre espacios para la comunicación y
conocimiento, y combate frontalmente, con el gusto por la lectura, los vicios
del alcohol, las drogas y la violencia.
Y que, tomadas de la mano de la Galaxia de
Gutenberg y de la Galaxia Lumiere, repetimos con satisfacción y orgullo, que
nuestra empresa familiar es un Proyecto joven y juvenil, organizado,
administrado y dirigido solo por
mujeres, que demuestra todos los días que no es verdadera la afirmación
repetida, de que México se encamina a un país sin librerías.
Dice un proverbio antiguo que recordar
suele ser tanto o más difícil que aprender por primera vez.
“Las Chivas” son un símbolo del estado
político nacional con el que nació México, en 1917, en desuso desde hace 30
años, pero nuevamente en la palestra, frente a la elección política triunfante
allende el Bravo.
En cambio, el Club América es el perfecto
ejemplo de los negocios globales, los tratados comerciales y sus consecuencias,
que han llevado a que en el torneo nativo, se pase de la alineación de tres
extranjeros en la década de los 60’s, a que prácticamente ya no pueda jugar un
solo mexicano nacido en México, tal y como lo establecía la salvaguarda
constitucional en el artículo 82, uno de los primeros muros abatidos por los intereses nada amistosos de los
norteamericanos en 1993, antes que se decidiera enrielar a nuestro país, sin
plebiscito ni consulta popular de por
medio, a la globalidad comerciante, el capitalismo salvaje.
Al que enfrentó y venció un líder
ejemplar, que hoy recordamos con
profunda admiración: Fidel Castro.
Como las Chivas, aquí en su tierra,
declaramos con orgullo que si alguna razón fue la que sustentó el proyecto
elegido como IX Premio Nacional, ha sido porque hemos conseguido forjar un
modelo regional, de Librería nacional.
Somos una especie de Librería que está a
contracorriente con la tendencia del mercado librero en México, de oligopolios
y oligopsonios, de élites en urbes sobrepobladas, de plagios y estancos en un
mercado distorsionado, incapaz de acceder con el libro y la lectura a regiones
como las que atendemos, que además de Tejupilco, abarca al menos una decena de
municipios, e influye sin duda alguna en dos entidades colindantes al estado de
México: Guerrero y Michoacán. Somos
parte de la “tierra caliente”, donde el horizonte podría ser más dramático,
ya lo es –Tlatlaya forma parte de nuestra región y existe Ayotzinapa-, entre
otras muchas tragedias.
Nosotras no lo podemos ver así. No es el
camino para encontrar mercados y consumidores, localizar nichos comerciales y
desarrollarlos: entender las demandas necesarias para hacer del hábito de la lectura un medio y de
la felicidad ciudadana un fin.
Por eso es que hay que repetirlo con toda
la fuerza de las palabras: Se dice y se sabe que las Librerías, más que vender
libros, somos Centros Culturales: recintos para el encuentro entre autores y
lectores, oráculos donde encontrar resoluciones a las dudas de cada uno y de
todos, ventanas para asomarse a lo desconocido, puertas para abrir, espacios
infantiles, diálogos con la historia, arcanos de poder, valladares contra el
oscurantismo, barreras infranqueables, la última línea contra el despotismo de
los gobernantes.
¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra
mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como
piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras, recitaba García Lorca, en
un lugar de Granada, en la biblioteca de Vaqueros, tan campirana como Tejupilco, la tierra de donde hemos venido.
Como el mártir, sin proponérnoslo
deliberadamente, LibrArte, es
engranaje fundamental de la Política Educativa de la “tierra caliente”
mexiquense. Nos hemos convertido en palanca de velocidades que acelera el
desarrollo cultural en una región atávica y conservadora, en favor de grupos
beneficiados con el NO Leer y Escribir.
Como Dostoievski, ¡Enviadme libros,
libros, muchos libros para que mi alma no muera!... Porque la agonía física,
biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco,
pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.
Como Gabriel Zaid, santo patrono de nuestras ideas: estamos convencidas que tratándose
de libros, a nuestra región le favorece
la oferta comercial que combina lo que es muy productivo y muy barato, sobre lo
que es caro y poco productivo, en vez de lo que es barato pero poco productivo,
e incluso sobre lo muy productivo, pero caro.
En Tejupilco y el sur del estado de
México, somos más que eso: constituimos el medio comercial apropiado para
revolucionar los caciquismos regionales, en comunidades políticas.