Wednesday, November 30, 2016

PREMIO NACIONAL DE LIBRERÍA Mensaje de CRISTINA A. GARCIA


Agradecemos la presencia de  todas las personas que nos acompañan, y a nuestros amigos que con su apoyo y consejos nos han ayudado a estar en este lugar

Estamos aquí porque nuestro trabajo como libreras, constituye en el sur del estado de México, un polo de desarrollo y fomento cultural integral, que abre espacios para la comunicación y conocimiento, y combate frontalmente, con el gusto por la lectura, los vicios del alcohol, las drogas y la violencia.
Y que, tomadas de la mano de la Galaxia de Gutenberg y de la Galaxia Lumiere, repetimos con satisfacción y orgullo, que nuestra empresa familiar es un Proyecto joven y juvenil, organizado, administrado y dirigido solo por mujeres, que demuestra todos los días que no es verdadera la afirmación repetida, de que México se encamina a un país sin librerías.

Dice un proverbio antiguo que recordar suele ser tanto o más difícil que aprender por primera vez.

Se ha olvidado, que si hay un combate singular en el deporte del futbol, es el que enfrenta los dos equipos que simbolizan las antípodas del duelo deportivo. Que la rivalidad entre el América y las Chivas del Guadalajara obedece a una razón constitucional: el equipo de la televisión representa el modelo económico, que desde su nacimiento reclama la intervención de jugadores extranjeros, en tanto que las Chivas de Guadalajara han jugado, como ahora y siempre, únicamente con deportistas mexicanos.

“Las Chivas” son un símbolo del estado político nacional con el que nació México, en 1917, en desuso desde hace 30 años, pero nuevamente en la palestra, frente a la elección política triunfante allende el Bravo.
En cambio, el Club América es el perfecto ejemplo de los negocios globales, los tratados comerciales y sus consecuencias, que han llevado a que en el torneo nativo, se pase de la alineación de tres extranjeros en la década de los 60’s, a que prácticamente ya no pueda jugar un solo mexicano nacido en México, tal y como lo establecía la salvaguarda constitucional en el artículo 82, uno de los primeros muros abatidos por los intereses nada amistosos de los norteamericanos en 1993, antes que se decidiera enrielar a nuestro país, sin plebiscito ni consulta  popular de por medio, a la globalidad comerciante, el capitalismo salvaje.
Al que enfrentó y venció un líder ejemplar,  que hoy recordamos con profunda admiración: Fidel Castro.

Como las Chivas, aquí en su tierra, declaramos con orgullo que si alguna razón fue la que sustentó el proyecto elegido como IX Premio Nacional, ha sido porque hemos conseguido forjar un modelo regional, de Librería nacional. 

Somos una especie de Librería que está a contracorriente con la tendencia del mercado librero en México, de oligopolios y oligopsonios, de élites en urbes sobrepobladas, de plagios y estancos en un mercado distorsionado, incapaz de acceder con el libro y la lectura a regiones como las que atendemos, que además de Tejupilco, abarca al menos una decena de municipios, e influye sin duda alguna en dos entidades colindantes al estado de México: Guerrero y Michoacán. Somos parte de la “tierra caliente”, donde el horizonte podría ser más dramático, ya lo es –Tlatlaya forma parte de nuestra región y existe Ayotzinapa-, entre otras muchas tragedias. 

Nosotras no lo podemos ver así. No es el camino para encontrar mercados y consumidores, localizar nichos comerciales y desarrollarlos: entender las demandas necesarias para  hacer del hábito de la lectura un medio y de la felicidad ciudadana un fin.

Por eso es que hay que repetirlo con toda la fuerza de las palabras: Se dice y se sabe que las Librerías, más que vender libros, somos Centros Culturales: recintos para el encuentro entre autores y lectores, oráculos donde encontrar resoluciones a las dudas de cada uno y de todos, ventanas para asomarse a lo desconocido, puertas para abrir, espacios infantiles, diálogos con la historia, arcanos de poder, valladares contra el oscurantismo, barreras infranqueables, la última línea contra el despotismo de los gobernantes. 

¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras, recitaba García Lorca, en un lugar de Granada, en la biblioteca de Vaqueros, tan campirana como Tejupilco, la tierra de donde hemos venido.

Como el mártir, sin proponérnoslo deliberadamente, LibrArte, es engranaje fundamental de la Política Educativa de la “tierra caliente” mexiquense. Nos hemos convertido en palanca de velocidades que acelera el desarrollo cultural en una región atávica y conservadora, en favor de grupos beneficiados con el NO Leer y Escribir.  

Como Dostoievski, ¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!... Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.

Como Gabriel Zaid, santo patrono de nuestras ideas: estamos convencidas que tratándose de libros,  a nuestra región le favorece la oferta comercial que combina lo que es muy productivo y muy barato, sobre lo que es caro y poco productivo, en vez de lo que es barato pero poco productivo, e incluso sobre lo muy productivo, pero caro.

En Tejupilco y el sur del estado de México, somos más que eso: constituimos el medio comercial apropiado para revolucionar los caciquismos regionales, en comunidades políticas.


GRACIAS


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