En el ámbito deportivo, específicamente en el fútbol, ha causado gran entusiasmo la participación exitosa del Cruz Azul en la Copa Libertadores.
Resulta interesante recordar que el Cruz Azul es representante de una de las pocas sociedades cooperativas que todavía existen en México, y que a diferencia de la mayoría, se ha sabido mantener y ha podido perdurar en una economía de mercado, donde solo los grandes consorcios multinacionales continúan jugando, y por cierto nada deportivamente.
El cooperativismo en México tiene profundas raíces históricas. A principios del siglo pasado las organizaciones cooperativas tuvieron una importante participación en la política nacional. La fundación de la Caja Popular Mexicana, merced a los esfuerzos, entre otros de Vicente Riva Palacio, Ignacio Manuel Altamirano y Filomeno Mata ayudo a propagar y establecer sociedades cooperativas de productores y de consumo en toda la República. Durante el periodo revolucionario el movimiento cooperativista se manifestó especialmente en grupos que luchaban inspirados por el pensamiento de los hermanos Flores Magón.
Así, en la constitución de 1917 se hace referencia a las Sociedades Cooperativas en artículos esenciales a la Carta Magna, como el 28 y el 123, que establecen que las cooperativas no serán consideradas monopolios y su objetivo será de utilidad social y no necesariamente de lucro.
No obstante, con excepción del gobierno del General Cárdenas y más tarde entre 1970-1980, la importancia económica de las cooperativas ha sido reducida, tanto en su contribución al Producto Interno Bruto, como en la generación de empleo.
Las cooperativas son formas de organización social del trabajo. Son conocidas las sociedades de este tipo que han sobresalido por sus resultados: por ejemplo las cooperativas pesqueras, a las cuales la ley les reservaba la explotación exclusiva del camarón y de otras siete especies marinas, entre ellas la tortuga, el abulón y el ostión; las cooperativas de la industria editorial, como los periódicos La Prensa y Excélsior; las cooperativas que formaron los trabajadores de los desaparecidos Ferrocarriles Nacionales o en la industria refresquera, la Pato Pascual.
Pero quizás la cooperativa más importante sea la de Cementos Cruz Azul, máxime por participar en un mercado donde Cementos Monterrey, Apasco y Tolteca dominan ampliamente el mercado nacional.
Con un 15% de participación de la industria cementera, Cruz Azul se distingue de las competidoras por la calidad de su producto, por las estupendas instalaciones, limpias de toda contaminación, por las buenas condiciones generales de todos los que ahí laboran y ahora, volviendo al campo de juego, por el magnífico equipo que lograron conjuntar.
No esta de más recordar, que como todo, la pasión futbolera se mueve al vaivén de los cambios que experimenta la vida política nacional, y revivir entonces, que la única razón para que el denominado “Clásico de clásicos”, el juego entre América y Guadalajara, provoque tanta pasión extradeportiva, se explique por la naturaleza de los equipos en cuestión: América, equipo de millonarios, que no escatima dinero para comprar jugadores en el extranjero, contra el Guadalajara, el equipo del pueblo, que desde su origen y caso único que perdura hasta ahora, solo juega con jugadores mexicanos.
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