Me llena de orgullo que Andrés Gómez, un joven talento de apenas 18 años, en plena ceremonia de entrega del Premio Nacional a la Juventud, en Palacio Nacional, se negara a estrechar la mano de Calderón. “No, no te puedo saludar”, le dijo. No paro ahí, sentado en el estrado, junto a los demás galardonados, jóvenes como él. Andrés, detrás de Josefina Vázquez “prestas”, Secretaria de Educación Pública, no se contuvo cuando Calderón hacia como que decía, que los derechos, que las libertades, que la jerigonza banal, fútil, la retórica hiriente, hipócrita y mentirosa; no pudo más, no lo soporto, armado solo con su voz, se levantó y le grito “ESPURIO”
Me vuelve la simpatía y la confianza en mi México querido, que no se termina de corromper y echar a perder, a pesar del esfuerzo avasallador, contundente, organizado y sistemático, brutal, de todo un sistema político que agrede, somete, derrota y maltrata a sus ciudadanos, a sus hijos.
Egresado del CCH Sur de la UNAM, becado en el bachillerato internacional en la ciudad de Oslo, capital de Noruega, por su alto rendimiento en matemáticas, galán, melena roja y alborotada. Hijo de Luis Gómez, catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Andrés es el prototipo del estudiante que no ha sido derrotado, ni absorbido por los métodos de la terrible ignorancia oficial y la criminal manipulación de los medios electrónicos, humillante, grosera.
Me recordó inmediatamente mi experiencia personal. Además de ser egresado de la UNAM, también impartí cátedra en la Facultad de Ciencias Políticas por más de 10 años. Al emigrar al sur de este Estado de México encontré, para mis hijas, un sistema educativo que castra y desilusiona. Que mata los sueños y engaña la conciencia.
Recuerdo la vez que fui elegido, para representar a los padres de familia de niños con Aptitudes y Capacidades Sobresalientes, de la primaria de Temascaltepec y pronuncie un áspero discurso, frente a los burócratas de la Secretaria de Educación del Estado de México. Recibí muchos aplausos de todos, menos de esta bola de zánganos oficiales. Otra vez, en otra ocasión, ya no me permitieron hablar, cuando una de mis hijas fue premiada y hube de soportar un tiempo que me parecía interminable, mientras el secretario de educación estatal, se regodeaba engolado, con una sarta de parrafadas sin sentido, excepto para los que tenían que descifrar sus mensajes. Tolerar impotente, la afrenta de un lonche de acarreados priistas, mientras este burócrata se desayunaba viandas ricas y variadas en una mesa con manteles largos. Mis compañeros, los maestros de la secundaria de ESTIC #35, me vigilaron igual y como lo hizo el Estado Mayor Presidencial con Andrés.
Pero el tono de desconsuelo fue mayúsculo, cuando llegue a Tejupilco y visité el plantel de la Universidad del Estado, herida con sendas placas, tres, de agradecimiento, sometimiento, pleitesía a los gobernadores Montiel, el de las ratas y Peña Nieto, el nuevo novio. Pregunté a los jóvenes que allí estaban ¿porque permitían esa ofensa? No hubo respuesta. Las juventudes, las mayorías estudiantes en esta región, están adormecidos por años de dominio, embriagados y por una ignorancia enorme.
Como sucede con la preparatoria regional de Temascaltepec, virtualmente tomada por embajadores de la reacción más cerrada y comodina. La preparatoria de Temascaltepec, la primera en el sur del Estado, se encuentra al borde de la extinción, por el pésimo nivel educativo, la ausencia de libertad de cátedra y las burocracias que medran con el porvenir de los jóvenes de esta población.
Son cofradías, sindicatos, legiones, ejércitos, quienes se han apoderado de lo más valioso de México, de las almas de los jóvenes, de sus esperanzas, su presente y su futuro.
Me vuelve la simpatía y la confianza en mi México querido, que no se termina de corromper y echar a perder, a pesar del esfuerzo avasallador, contundente, organizado y sistemático, brutal, de todo un sistema político que agrede, somete, derrota y maltrata a sus ciudadanos, a sus hijos.
Egresado del CCH Sur de la UNAM, becado en el bachillerato internacional en la ciudad de Oslo, capital de Noruega, por su alto rendimiento en matemáticas, galán, melena roja y alborotada. Hijo de Luis Gómez, catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Andrés es el prototipo del estudiante que no ha sido derrotado, ni absorbido por los métodos de la terrible ignorancia oficial y la criminal manipulación de los medios electrónicos, humillante, grosera.
Me recordó inmediatamente mi experiencia personal. Además de ser egresado de la UNAM, también impartí cátedra en la Facultad de Ciencias Políticas por más de 10 años. Al emigrar al sur de este Estado de México encontré, para mis hijas, un sistema educativo que castra y desilusiona. Que mata los sueños y engaña la conciencia.
Recuerdo la vez que fui elegido, para representar a los padres de familia de niños con Aptitudes y Capacidades Sobresalientes, de la primaria de Temascaltepec y pronuncie un áspero discurso, frente a los burócratas de la Secretaria de Educación del Estado de México. Recibí muchos aplausos de todos, menos de esta bola de zánganos oficiales. Otra vez, en otra ocasión, ya no me permitieron hablar, cuando una de mis hijas fue premiada y hube de soportar un tiempo que me parecía interminable, mientras el secretario de educación estatal, se regodeaba engolado, con una sarta de parrafadas sin sentido, excepto para los que tenían que descifrar sus mensajes. Tolerar impotente, la afrenta de un lonche de acarreados priistas, mientras este burócrata se desayunaba viandas ricas y variadas en una mesa con manteles largos. Mis compañeros, los maestros de la secundaria de ESTIC #35, me vigilaron igual y como lo hizo el Estado Mayor Presidencial con Andrés.
Pero el tono de desconsuelo fue mayúsculo, cuando llegue a Tejupilco y visité el plantel de la Universidad del Estado, herida con sendas placas, tres, de agradecimiento, sometimiento, pleitesía a los gobernadores Montiel, el de las ratas y Peña Nieto, el nuevo novio. Pregunté a los jóvenes que allí estaban ¿porque permitían esa ofensa? No hubo respuesta. Las juventudes, las mayorías estudiantes en esta región, están adormecidos por años de dominio, embriagados y por una ignorancia enorme.
Como sucede con la preparatoria regional de Temascaltepec, virtualmente tomada por embajadores de la reacción más cerrada y comodina. La preparatoria de Temascaltepec, la primera en el sur del Estado, se encuentra al borde de la extinción, por el pésimo nivel educativo, la ausencia de libertad de cátedra y las burocracias que medran con el porvenir de los jóvenes de esta población.
Son cofradías, sindicatos, legiones, ejércitos, quienes se han apoderado de lo más valioso de México, de las almas de los jóvenes, de sus esperanzas, su presente y su futuro.
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