Nunca como ahora, se había vuelto tan mal visto, creer en algo. Habría que repasar a Chomsky o releer a Toqueville, para explicar o entender la tiranía de la opinión pública. Es mucho más que eso. La realidad supera a la teoría. Los medios de comunicación someten, la televisión atropella, Televisa manipula y miente. Son la enseñanzas de Goebbels, de Stalin, de la Santa Inquisición. Es la prédica repetida hasta que se acepta, es la purga de adversarios, el tormento para los que no creen.
La caída del avión en donde viajaban Mouriño y Santiago Vasconcelos ha inaugurado por primera vez, a escala nacional, una forma efectista y contundente de acallar y someter a la inteligencia individual. Decir u opinar lo contrario a la versión oficial, es un pasaporte al sarcasmo, ofensas y humillación.
Nunca como ahora se había puesto en práctica, una praxis mediática totalitaria, en México. Es la confirmación de que los medios de comunicación masivos se han erigido en el verdadero poder político. Son la gran pinza que sujeta y somete a la sociedad mexicana. La otra, la pinza que cierra la tenaza se ha ido tejiendo de manera paulatina, veladamente. Es el flanco mayor en que se ha enredado principalmente a la juventud mexicana, desinformada, ignorante, mal preparada, apática y desmoralizada, desempleada o subempleada apenas. Es la mala educación, es la educación pública en manos de irresponsables, el logro principal, el objetivo y cometido estratégico.
Es el México globalizado, es el país de los vastos recursos naturales por adquirir, arrebatar y coger. Es la economía nacional integrada como proveedor de mano de obra barata y sin las calificaciones necesarias. Es el esquema perfecto para que el mundo funcione como un mercado, sin desviaciones ni fallas. Gobernado exclusivamente por la utilidad monetaria y la persecución incesante del lucro sin límite.
Es el México de la mentira y el comercio, del engaño y la compra-venta, del robo, de la piratería y la ilegalidad, de la intimidación y la devoción. Es un retroceso, toda una reacción a las gestas y a las luchas que nos hicieron y constituyeron alguna vez como nación libre y soberana.
La caída del avión en donde viajaban Mouriño y Santiago Vasconcelos ha inaugurado por primera vez, a escala nacional, una forma efectista y contundente de acallar y someter a la inteligencia individual. Decir u opinar lo contrario a la versión oficial, es un pasaporte al sarcasmo, ofensas y humillación.
Nunca como ahora se había puesto en práctica, una praxis mediática totalitaria, en México. Es la confirmación de que los medios de comunicación masivos se han erigido en el verdadero poder político. Son la gran pinza que sujeta y somete a la sociedad mexicana. La otra, la pinza que cierra la tenaza se ha ido tejiendo de manera paulatina, veladamente. Es el flanco mayor en que se ha enredado principalmente a la juventud mexicana, desinformada, ignorante, mal preparada, apática y desmoralizada, desempleada o subempleada apenas. Es la mala educación, es la educación pública en manos de irresponsables, el logro principal, el objetivo y cometido estratégico.
Es el México globalizado, es el país de los vastos recursos naturales por adquirir, arrebatar y coger. Es la economía nacional integrada como proveedor de mano de obra barata y sin las calificaciones necesarias. Es el esquema perfecto para que el mundo funcione como un mercado, sin desviaciones ni fallas. Gobernado exclusivamente por la utilidad monetaria y la persecución incesante del lucro sin límite.
Es el México de la mentira y el comercio, del engaño y la compra-venta, del robo, de la piratería y la ilegalidad, de la intimidación y la devoción. Es un retroceso, toda una reacción a las gestas y a las luchas que nos hicieron y constituyeron alguna vez como nación libre y soberana.
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