Los cambios aprobados a las leyes
laborales de México, son un asunto mayor que no se puede abordar exclusivamente
discutiendo aquellos puntos más escandalosos. Antes de entrar al tema reitero
que el espíritu de la
Constitución de 1917, reside en tres artículos esenciales: el
Tercero, relativo a la educación en nuestra nación. El articulo 27 que trata lo
referente a la propiedad y el artículo 123 que confiere al Estado el papel
tutelar en las relaciones que existen entre el capital y el trabajo. Al día de
hoy los tres artículos han sido vencidos por el sentido comerciante que ha
convertido a la educación en objeto de lucro, el mismo principio mercantil que legalizó
la posibilidad de venta de la propiedad social de los ejidos y las comunidades
agrarias; y con la entrada en funciones la LXII Legislatura
en el H. Congreso de la Unión ,
los cambios a la
Constitución en su articulo 123 y Ley federal del Trabaja debilitan
la importancia del factor trabajo en los procesos económicos y sentencia a los sindicatos
y la organización gremial de los trabajadores, en beneficio del empresario que supuestamente
genera empleos
Yo no creo que la cosa es así de
simple y muchas más historias se habrán de derivar de este atropello
legislativo. Si en 1917 la constitución real del país correspondía a la
perfección con la constitución política de la nación y por eso fue perfecta la Constitución legal y
escrita sancionada como documento fundacional de los Estados Unidos Mexicanos,
actualmente, nada es congruente y las leyes no corresponden con la naturaleza política
de la ciudadanía y menos con la constitución real de la vida diaria. Me
explicare con casos que vienen a mi memoria. El mas lejano, el que me llena de
mayor orgullo fue aquella vez que mi Padre decide aplicarme un castigo, cuando tenia 8
años de edad. Pasaría mis vacaciones escolares trabajando en la Imprenta “Esther”. Situada frente a mi casa, la
realidad es que la sanción se convirtió en un “premio” porque aprender y ganar dinero
me hacia ser otra persona mejor. Pero la historia es más antigua. En la misma
Imprenta, propiedad de Don Luis Barrales, había trabajado años atrás, mi propio Padre de
chamaco y algunos de los trabajadores –Simon, Don Manuel, Don Tino- habían
empezado en aquella época en que conocieron a mi papa-muchacho. Hombres que veían
en el trabajo toda una vida. Así se trabajaba entonces. Mi abuelo materno, por
ejemplo dedico 50 años a trabajar en los Laboratorios Shinkel.
En mi caso, nunca deje de
trabajar desde entonces, todas las vacaciones, como costumbre y como sentido de la vida. Era frecuente que dadas las restricciones
imperantes entonces, la severidad de los multas e infracciones por parte del gobierno, que prohibía
el empleo de menores a 18 años de edad, trajera consigo muchas anécdotas inolvidables, como
en cada ocasión que llegaba alguna inspección oficial, por ejemplo, era
motivo para esconderse en la bodega de la “viruta”, el papel de recorte que se
almacenaba para ser vendido posteriormente.
Otra historia que recuerdo fue en
la época en que mi Padre se convirtió en un empresario de éxito y llego a ser propietario
de seis unidades de transporte de pasajeros en el DF. Eran una Unión de
Permisionarios y operaban sumamente bien el servicio que databa desde la década
de los años 30’s cuando empezaron a circular estos camiones. Hay una película
que se titula “Esquina Bajan” con la actuación de David Silva y José Soto
“Mantequilla” que refleja a la perfección la organización, el espíritu
cooperativo del mexicano, las disputas y las alegrías del gremio que funcionaba
perfectamente hasta la decada de los 70’s cuando mi Padre generaba entre chóferes,
mecánicos y “chalanes”, talacheros y llanteros, lavadores y electricistas, mas
de 30 empleos directos. Con la llegada al DF de Hank González en 1976, mi vida y la de muchísimas
personas más cambiaron radicalmente. El antecedente más directo de Peña Nieto
llego a la Regencia
del DF a destrozar literalmente a la capital, a partirla en espantosos ejes
viales, a convertir la ciudad en una autopista para automóviles y a terminar
con toda forma de transporte público, tanto el Metro como los camiones de
pasajeros. Hank no tuvo piedad y sentó las bases para el uso criminal del
periodismo a sueldo, que calificaron a los empresarios rústicos como mi padre
en “pulpos camioneros”. La victoria de Hank
sobre el gremio de camioneros, desunido y sancionado por la opinión publica,
significo en mi caso, la necesaria búsqueda de un empleo para continuar mis
estudios.
Pero las restricciones para
ofrecer trabajo que no cumplieran las condiciones laborales –jornadas de 8
horas, servicios de salud etc.- hacia que nadie ofreciera empleos en turnos de
medio tiempo hasta que Viana y Cia. logro un permiso y allí dedique un par de
años, con un sueldo que era medio salario mínimo, por cuatro horas de trabajo
en la sucursal que se localizaba en la calle de Corregidora, en el centro del
DF. Allí llegaba y entre lavadoras y refrigeradores, estudiaba y leía con
avidez y, con el sueldo recibido entre 1977-1978 me alcanzaba para mis gastos
como estudiante y algunos pequeños lujos con la novia.
Al decidir mudarme a estas
tierras sureñas ya había estado en varios empleos mas y el ultimo de ellos, en
la paraestatal SIDENA, me daba además de un magnifico sueldo, múltiples
privilegios laborales y sociales –auto, secretarias, gastos médicos- Sin
embargo, la tarea para la que fui contratado en los albores del gobierno de
Miguel de la Madrid
en 1983, fue la de liquidar a cientos de
empleados que estaban contratados en las áreas de informática de esa Empresa.
Fue terrible enfrentarme al proceso de liquidar a muchos hombres y mujeres que así
perdían su empleo. Al llegar a vivir a Temascaltepec en 1989, en materia
laboral, fue muy complicado darme cuenta de que todo era diferente. No había
quien aceptara trabajar por un sueldo mínimo, y los prospectos de empleados exigían
el suministro de los alimentos ¡Vamos, unos auténticos criados! Y el sueldo mínimo
en este pueblo era más del doble del mínimo oficial. Pagar bien, dar de
almorzar y comer, cubrir cualquier gasto médico que se llegara a originar,
enseñarle prácticamente todo –higiene, comer, trabajar- era la ley del trabajo
no escrita en esta población.
Hoy todo ha cambiado. Los más de
50 motivos descritos en la exposición enviada para su aprobación al Congreso de
la Unión , reflejan un marco legal laboral, muy lejano a
la realidad. Abundante de recursos retóricos: derechos de las mujeres, trabajo
decente de acuerdo a la ONU ,
capacitación, instalaciones propias para discapacitados, el trabajo en el
campo, el trabajo en las minas, indemnización por muerte… Parece claro que la
nueva ley trata de facilitar el empleo y el despido de los trabajadores.
Limitar sus derechos de huelga, al recortar el tiempo y duración de los
procesos judiciales e intervenir en la vida sindical, aprovechando la
corrupción descomunal que priva en sindicatos como la SNTE y el STPRM.
Creo que en realidad lo que se busca es llevar a rango de ley
muchas prácticas laborales denigrantes y sin embargo aceptadas por necesidad.
El mejor ejemplo fueron los empleos que se ofrecieron para participar en el
proceso electoral reciente, que obligaban a los suscriptores de contratos de
trabajo a firmar una carta de renuncia con la cual se les podía despedir
unilateralmente, como sucedió en muchos casos con jóvenes en Tejupilco que se
manifestaron en contra del PRI de Peña Nieto
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