Todos somos Birdman
Mi querida Madre -que Dios tenga en su
Santa Gloria (y allá la guarde)- me “toreaba” con ganas. Sabía de mi
intemperancia colérica tanto como de mi lealtad y orgullo por mi Alma Mater. Se
burlaba, agregando al lema esencial de la UNAM, la pregunta que ilustraba un
cartón de Abel Quezada, con la simple duda ¿cuándo?
El descubrimiento en mi biblioteca,
merced a un golpe de fortuna -mi dulce amiga- de un texto publicado por Emmanuel Carballo, que adquirí y guarde por más de treinta años, titulado “Protagonistas de la literatura
mexicana”, abrió una puerta para reencontrarme con el que fue el autor y Maestro
primero, que abanderó mis ideas, pasiones, encuentros y desencuentros y que,
como en el amor, pasó al olvido, sin rencores, con profunda pena y tristeza, en
la medida en que abundé en su pensamiento, especialmente en sus actos otoñales.
José Vasconcelos inaugura el catálogo de diecinueve autores que el crítico
literario seleccionó –reconoce la ausencia de Octavio Paz y de Juan Rulfo- para
analizar el mayor acto humano reconocible, la tertulia escrita, las ideas
impresas, el gusto por escribir, la literatura en México.
Sus libros –La Raza Cósmica, Ulises Criollo,
Las Cartas Políticas, La Flama- conmocionaron mis veinte años. Al leer y releer
sus páginas repasé la simpatía y el odio, los varios rostros antagónicos que
conviven en una persona. Su extraña actitud convirtió la simpatía en antipatía.
El verdadero Vasconcelos vale lo mismo por sus virtudes que por sus yerros. En
un país de sordos y mudos es admirable encontrar un ser que supo oír la vida de
su pueblo y juzgarla en voz alta.
En este reencuentro con “El Maestro de
América” más que un catálogo de citas, traigo al lector y a mi conciencia
analítica una filosofía entera, del país que todavía somos y podemos hacer
mejor. Nacionalista y no hincado ante el Imperio, latino y nunca epígono ni
esbirro de los yanquis, libre y no esclavo, culto en vez de ignorante, cercano
y no lejano, social en vez de individualista, racional y creyente. Porque
Vasconcelos era ante todo un creyente, respetuoso de la ley.
Además, tengo muy presente que a partir
de Miguel Alemán, primero con el PRI y después con el PAN, se ha enterrado en
México, la gloriosa herencia cultural de Vasconcelos. Es uno de los escritores
y pensadores más originales del país y el continente y uno de los políticos más
controvertidos y audaces que sustituye mediante sus acciones los planteamientos
económicos y sociales y enarbola los éticos y estéticos.
José Vasconcelos era un intelectual
mexicano que fue Ministro de Instrucción Pública en el gobierno de Roque
González Garza, presidente convencionista. Al triunfar Carranza en la guerra
civil, se exilió, pero volvió en 1920 para dirigir la Universidad Nacional. Fue
Álvaro Obregón -quien nunca perdió una sola batalla como general- convertido en
Presidente (1920-1924) que al decidir restituir el antiguo Ministerio de
Instrucción Pública, suprimida por Carranza, da origen a la Secretaría de
Educación Pública, dirigida por José Vasconcelos, quien, a partir casi de la
nada, hizo lo que fuimos durante varias décadas, el “milagro mexicano”. Vasconcelos,
y con su labor el obregonismo, trajo al país vientos nuevos y modificantes: se
propuso instruir a las generaciones recién llegadas y proponer a los
productores de arte y letras cánones y objetivos totalmente distintos. A los artistas
y escritores les propuso que tuvieran en cuenta al expresarse, el pasado y la
historia llena de infortunios de un país, el nuestro, que con los ojos vendados
trataba de descubrir su propia esencia y sus propios valores.
Desde esta plaza Vasconcelos efectuó su
plan de fundación de escuelas rurales, formación de nuevos maestros y edición
de clásicos de la literatura, como la Divina Comedia y otras obras de autores
como Platón. Además, Vasconcelos impulsó las escuelas de artes y oficios donde
se enseñaban estas disciplinas a los jóvenes y en ocasiones también a los adultos
Notable secretario de Educación,
Vasconcelos ofreció los muros de los edificios estatales a los pintores para
que realizaran en ellos un arte monumental y público, un arte que narre con
lenguaje sencillo la historia de nuestro pueblo. Surge, así, el muralismo
mexicano. Se interesa por la poesía que llega a lo universal a partir de la
aldea, la región y el país, poesía que cuenta las vivencias y experiencias de
los poetas mediante palabras, imágenes de color, calor y sabor nacionales.
Poesía nacionalista, pero no pintoresquista. Estimula la música y a los
músicos, quienes empiezan a componer obras de vanguardia en las que suenan aires
y tonos que nos son propios. Fomenta la fundación de orfeones en ciudades y
aldeas, y los alienta porque cree que el pueblo saca a relucir de este modo su
verdadera personalidad. Organiza cada vez con mayor frecuencia espectáculos
dedicados a los ciudadanos comunes y corrientes en los que se mezclan poesía,
música, canto, danza y teatro. Mediante la diversión adecuadamente planificada
tiende a una educación global de los sentidos. Admira y le entusiasman las
artes y artesanías populares, hasta entonces ignoradas por las personas cultas
y vistas como objetos insignificantes. Se preocupa, asimismo, por la escultura,
la arquitectura, la ebanistería, la tipografía y las artes y oficios
industriales.
Como cimientos de este ambicioso y vasto
plan, Vasconcelos se dedica a formar maestros, edificar escuelas y poner en
marcha bibliotecas. Después acometerá una campaña nacional contra el
analfabetismo y editará, en altos tirajes para consumo de numerosos mexicanos,
obras maestras del arte y el pensamiento universales. Se empeñará, también, en
ayudar a que el país deje de ser una isla y se integre al destino común de
América Latina.
En dos años y ocho meses que dura su
gestión como ministro, Vasconcelos revoluciona la enseñanza, la cultura y el
arte. Su labor vista desde el día de hoy sorprende por su realismo y audacia.
Supo entender lo que el país necesitaba a corto y largo plazo. Se esfuerza por
desterrar el concepto elitista de la enseñanza y propone para sustituirlo un
modelo más armónico, popular y apegado al México que entonces se intentaba
construir, menos injusto y más próximo a la verdadera libertad.
VASCONCELOS POLÍTICO
1.…en México nunca se dice la verdad: la
equiparan con la injuria. El mexicano siempre que puede, y puede siempre, la
escabulle.
2. En México dejan hablar porque saben
que de la palabra no se desprenden drásticas consecuencias… (cuando) se intenta
la acción, la aplastan con métodos aztecas…
3. -En el 29… el pueblo debió haberse
armado contra el gobierno. (Carballo) Probablemente no tenía pistolas… -Siempre
hay pistolas en los pueblos que tienen energía.
4. Escribí mis libros para incitar al
pueblo contra el gobierno. Escribir es hacer justicia. No quería séquito
literario, quería gente armada
5. Creo más en los hombres que en los
programas. Mi programa consistía en seguir a Pericles, uno de los pocos
gobernantes decentes que ha tenido la humanidad.
6. A excepción de Antonio Caso… los
demás me parecían incompletos, con su preocupación por la forma y la falta de
garra para pensar y aún para vivir.
7. Quien permanece impasible ante la
injusticia no puede ser escritor, puede, acaso, ser santo.
8. Tanto a Azuela como a mí nos han
llamado reaccionarios. Pero en México así se califica a todo el que se opone al
gobierno ¿Sabe quienes me llaman reaccionario? Los millonarios de la
Revolución, los políticos terratenientes.
9.…a nadie le agrada estar solo, pero a
ella me han llevado circunstancias ajenas a mi voluntad y que más que
perjudicarme a mí, han perjudicado a México… provocado por gobernantes indignos
y por la pasividad de un pueblo que ha dejado de ser revolucionario.
10. A mí no me derrotó el gobierno en
1929 sino mis partidarios: me dejaron solo”.
11.…que rijan los principios de una
democracia limpia y auténtica que, pese a todos sus defectos, es la mejor forma
de gobierno… (En el fondo soy un anarquista cristiano)
12.… el día en que abandoné Educación
sentí que me quitaba de encima una carga de responsabilidad derivada de haber
colaborado con un régimen de asesinos.
13. No creo que me juzguen fracasado…
porque con una hora de mis años de gala tendría cada uno de ellos para honra y
prez de su vida entera
14. Su mensaje no es el de la concordia
sino el de la disensión. Disensión que es independencia de criterio en
cuestiones filosóficas y religiosas; disensión que se traduce políticamente en
enemistad contra el caciquismo y la antidemocracia; altanería frente al poderoso y generosidad
ante los humildes; disensión que es desafío contra el lugar común al pensar y
al escribir, entre los intereses personales y las necesidades de un pueblo.
15. Cuando he amado a México es porque
le he soñado un futuro completamente distinto a su pasado y hecho por nosotros…
Lo que hasta hoy hemos hecho, mas me causa náusea que admiración. Somos el
proceso incipiente, tartamudo, de un pueblo.
16. Un país para ser culto necesita ser
rico.
17. El que ignora la política está
perdido, igual le ocurre al que evade la realidad.
18.…ha abandonado dos de las constantes
del carácter de los mexicanos: la mesura y su consecuencia inmediata, el temor
al ridículo.
19. Durante su rectorado, José
Vasconcelos dotó a la Universidad de su actual escudo en el cual el águila
mexicana y el cóndor andino, cual ave bicéfala, protegen el despliegue del mapa
de Hispanoamérica, desde la frontera norte de México hasta el Cabo de Hornos,
plasmando la unificación de los iberoamericanos: 'Nuestro continente nuevo y
antiguo, predestinado a contener una raza quinta, la raza cósmica, en la cual
se fundirán las dispersas y se consumará la unidad'.
VASCONCELOS ESCRITOR
1. La mala suerte engendra toda la literatura.
2. No quería séquito literario, quería
gente armada.
3. ¿Qué escritor que en verdad lo sea no
es un político?
4. En México no hay literatura porque
casi nunca se dice la verdad.
5. La literatura debe ser
fundamentalmente protesta…
6. El único pueblo antiguo que produjo
gran literatura fue Grecia… en Persia… privaba la iniquidad y nunca apareció un
Esquilo, Aristófanes…
7. Yo vivo en una sociedad atada de pies
y manos y soy por ello un esclavo.
8.… generalmente no pienso (dudo),
actúo.
9. El filósofo comienza a desenvolver
su pensamiento a los cuarenta años
10. Mi método comprende dos fases: la
primera, impremeditada, es la inspiración; la segunda, el trabajo, es
premeditada e incesante.
11. Nunca me perdí en ensayitos:
aspiraba a las grandes construcciones.
12. Hay escritores que son propiamente hombres de letras, a quienes preocupa el
estilo; pero hay otros, los, que
ejercen influencia sobre la sociedad.
13.… quise hacer novela a lo Balzac pero
fracasé: me salió un género un tanto híbrido, la biografía novelada (nunca pude
desprenderme de la primera persona)
14. Lo que ha ejercido mayor influjo
sobre mí, como prosista es una página de Nietzsche… “Se ha de comenzar
despojándose de todo convencionalismo, atreviéndose a decir con desnudez lo que
se piensa”
15.…Hay que hacer de la prosa un equivalente
de nuestro júbilo y de nuestro dolor… la prosa debe ser una manera de llorar en
público
16.…bajo la influencia de (Alfonso)
Reyes han hecho una religión del estilo… tal vez el mayor servicio que le
dábamos a Alfonso Reyes sea lo que podría llamarse el retorno a los Clásicos.
Su amor por Grecia es uno de los aspectos más interesantes de su obra…
17.
En México no hubo ningún maestro (que influyera en él) Antonio Caso y yo
leímos y aprendimos de, Bergson, Poicaré. ¿Cómo íbamos a perder el tiempo leyendo
a los mexicanos? repetidores mediocres… gente metida dentro del partidismo
oficial.
18. Fui alumno (Justo Sierra) en la clase
de historia “Lean a Platón, Dante Shakespeare –nos decía, y después vuelvan a
leer a Platón, Dante y a Shakespeare”
19. Es como si hoy buscáramos filósofos
en el PRI. Los políticos no son más que bestias que, acaso, solo obedecen las
riendas…
VASCONCELOS CREYENTE
1. Yo no creo en la eternidad de los
lazos sexuales, me atengo a lo que sobre este punto dice el Evangelio: en la
otra vida nos encontraremos las parejas como los ángeles, sin sexo.
2. El amor, por otra parte, cuando se
prolonga desemboca en el tedio o en los hijos.
3. ¿Por qué tú, que no sabes escribir,
sueles interesar al lector a veces más que nosotros que dominamos el estilo?:
respondí “Es que yo creo en Dios y ustedes no; a mí me dicta el espíritu”
4. No niego que he tenido motivos de
duda. Creo sin embargo en la divinidad de Cristo, no por razonamientos, sino
por experiencia personal…
5. No fundo mi creencia en la lógica,
que crea matemáticos, pero nunca creyentes
6. Me separé de la iglesia por dos
motivos… para tener libertad de pecar a mi gusto… porque al actuar en política
mis tendencias chocaron a menudo con el clero…
7. Mi decálogo como narrador se resume
en un solo mandamiento: “Y amaras a Jehová tu Dios de todo corazón y de toda tu
alma, y con todo tu poder”
8. Para fundamentar el amor humano se
necesita un padre común, de otra manera no podemos los hombres aspirar a
considerarnos humanos. Ese padre común no puede ser otro que Dios.
9. Quien no sea creyente puede aspirar a
todo, menos a hacer verdadera y grande literatura.
10. Como todo el que amó en exceso, he
conocido la angustia del deseo, la dicha falsa y la pesadumbre de la
desilusión… sin duda porque exigimos lo absoluto de los pobres seres que somos,
que el afán agota y el tiempo muda
11. Hay, sin embargo, un aspecto muy
oscuro en su trayectoria. La desmesura de Vasconcelos lo llevó a posiciones
cercanas al fascismo, primero, y al nazismo después. En plena guerra mundial
justificó la necesidad de que los aliados sean derrotados por Alemania. Fue muy
influido por la lectura de Protocolos de los sabios de Sion, lo cual explica su
furibundo antisemitismo posterior (Revista Continental Timón)
12. “El ocaso de mi vida”, el Maestro de
América, aseguraba que en “Por mi Raza hablará el Espíritu", se refería al
Espíritu Santo, pero que ante la ley laicista vigente omitió la última palabra.