Una nota tomada del libro de Ricardo Raphael, señala que 2 de cada 10 alumnos menores acuden a centros escolares en donde no hay agua corriente. Tres de cada diez no tienen luz eléctrica. 6 de cada 10 asisten a clases en donde no hay drenaje… 9 de cada 10 escuelas no cuentan con talleres ni laboratorios. Agregaría de mi experiencia que en las telesecundarias en Tejupilco, 50 % del tiempo escolar no hay señal de televisión, 25 % vieron películas comerciales y solo el resto se utilizo para la enseñanza.
¿Será porque es urgente gastar más en educación? Falso. El gasto para educación representa el 25% del PIB, uno de los más altos entre los países miembros de la OCDE a la que México pertenece como socio y donde ocupa el último lugar en aprovechamiento escolar en todas las categorías.
¿Por qué? Las respuestas se encuentran en la manera como se gasta ese dinero destinado al sector educativo. El 97% se destina a gasto corriente, cuya mayor partida son los salarios de los profesores. Más de un billón de pesos erogado en pagar a los maestros que deberían encargarse de la preparación y formación de nuestros hijos. No sucede así, y ni Elba Esther Gordillo es capaz de robarse tal cantidad de dinero. Los responsables son tantos y tantos maestros que no dan clases. Aviadores que cobran sin ejercer. Y es el Sindicato el que interviene para que no se les aplique la sanción, de 3 retardos igual a una falta y tres faltas significan despido.
Para tener una idea, hay que entender que como en todo sindicato, el SNTE tiene la figura del comisionado, en este caso maestros que se ocupan de tareas sindicales. Tan solo en Oaxaca este número rebasa los 10 mil maestros, más de 150 mil en todo el país que cobran únicamente para grillar.
Y sabe usted cuanto gana un regidor municipal de la zona a la que pertenece el poblado de Tejupilco: más de 51 mil pesos mensuales más un 15 % extras. Multiplique esta cifra, por los más de 2400 municipios que integran la República Mexicana y verá la magnitud del problema, la injusticia e inequidad. Esto es, que los ingresos de estos “servidores” públicos equivale a 32 veces el sueldo que recibe un trabajador empleado en el sector formal de la economía.
En cambio mientras en Alemania hay una intensa polémica porque los sueldos que reciben los gerentes de la firma Porshe, empresa de capital privado, pero simbólicamente teutona por excelencia, ascendieron a más de 54 millones de euros el año pasado y que ha llevado a la Canciller Ángela Merckel y al Presidente Horst Kholer a expresar su preocupación por la disparidad de percepciones: “el comprensible sentimiento popular de que algo no esta en orden y preguntar donde termina la merecida retribución y … donde comienza la codicia”. Al igual que los norteamericanos, los gerentes alemanes reciben 100 veces más que el promedio de sus empleados en tanto los managers de la Toyota en Japón solo están 20 veces por encima.
Esa discusión ni siquiera se plantea en México, donde además ni empresas privadas son, son recursos públicos, obtenidos de la sociedad que trabaja y deposita la esperanza y responsabilidad de la educación y el gobierno en gente ambiciosa y sin escrúpulos.
En cambio fíjese el caso de la empresa Mars de México, la productora de chocolates Milky Way y M&M entre otros y que ha desplazado a la marca Carlos V que acaparaba el 65% del mercado de ese segmento. Esta empresa afirma que no son las marcas sino la cultura laboral del negocio. En su planta no hay corbatas, ni oficina ni lugares preferenciales de estacionamiento y su filosofía se basa en cinco valores: calidad, responsabilidad, reciprocidad, eficiencia y libertad.
Ojalá que en los municipios sureños aunque sea dejaran de acaparar los lugares de estacionamiento… ¿no cree usted?
¿Será porque es urgente gastar más en educación? Falso. El gasto para educación representa el 25% del PIB, uno de los más altos entre los países miembros de la OCDE a la que México pertenece como socio y donde ocupa el último lugar en aprovechamiento escolar en todas las categorías.
¿Por qué? Las respuestas se encuentran en la manera como se gasta ese dinero destinado al sector educativo. El 97% se destina a gasto corriente, cuya mayor partida son los salarios de los profesores. Más de un billón de pesos erogado en pagar a los maestros que deberían encargarse de la preparación y formación de nuestros hijos. No sucede así, y ni Elba Esther Gordillo es capaz de robarse tal cantidad de dinero. Los responsables son tantos y tantos maestros que no dan clases. Aviadores que cobran sin ejercer. Y es el Sindicato el que interviene para que no se les aplique la sanción, de 3 retardos igual a una falta y tres faltas significan despido.
Para tener una idea, hay que entender que como en todo sindicato, el SNTE tiene la figura del comisionado, en este caso maestros que se ocupan de tareas sindicales. Tan solo en Oaxaca este número rebasa los 10 mil maestros, más de 150 mil en todo el país que cobran únicamente para grillar.
Y sabe usted cuanto gana un regidor municipal de la zona a la que pertenece el poblado de Tejupilco: más de 51 mil pesos mensuales más un 15 % extras. Multiplique esta cifra, por los más de 2400 municipios que integran la República Mexicana y verá la magnitud del problema, la injusticia e inequidad. Esto es, que los ingresos de estos “servidores” públicos equivale a 32 veces el sueldo que recibe un trabajador empleado en el sector formal de la economía.
En cambio mientras en Alemania hay una intensa polémica porque los sueldos que reciben los gerentes de la firma Porshe, empresa de capital privado, pero simbólicamente teutona por excelencia, ascendieron a más de 54 millones de euros el año pasado y que ha llevado a la Canciller Ángela Merckel y al Presidente Horst Kholer a expresar su preocupación por la disparidad de percepciones: “el comprensible sentimiento popular de que algo no esta en orden y preguntar donde termina la merecida retribución y … donde comienza la codicia”. Al igual que los norteamericanos, los gerentes alemanes reciben 100 veces más que el promedio de sus empleados en tanto los managers de la Toyota en Japón solo están 20 veces por encima.
Esa discusión ni siquiera se plantea en México, donde además ni empresas privadas son, son recursos públicos, obtenidos de la sociedad que trabaja y deposita la esperanza y responsabilidad de la educación y el gobierno en gente ambiciosa y sin escrúpulos.
En cambio fíjese el caso de la empresa Mars de México, la productora de chocolates Milky Way y M&M entre otros y que ha desplazado a la marca Carlos V que acaparaba el 65% del mercado de ese segmento. Esta empresa afirma que no son las marcas sino la cultura laboral del negocio. En su planta no hay corbatas, ni oficina ni lugares preferenciales de estacionamiento y su filosofía se basa en cinco valores: calidad, responsabilidad, reciprocidad, eficiencia y libertad.
Ojalá que en los municipios sureños aunque sea dejaran de acaparar los lugares de estacionamiento… ¿no cree usted?
No comments:
Post a Comment