es cierto que la mayor parte de los estúpidos son conservadores
John Stuart Mill.
"Es tiempo de cambiar el odio por amor"
Juanes: Concierto por la Paz sin Fronteras. Cuba 2009
El dia de hoy, invito, a recordar un pasaje clave de nuestra historia nacional… y dejar de lado, por un momento, la realidad mexicana que agobia y humilla y lacera.
Dice Ignacio Solares, en su obra “Villa si Conquisto Columbus” que acaba de ser puesta en circulación por Ediciones Alfaguara y que usted puede adquirir en si librería, La WeB o N@D@ de Tejupilco.
La División del Norte estaba en su mejor momento. Éramos tres mil. O quizá cuatro mil, o cinco mil, porque nunca nos habíamos contado bien, pero más o menos por ahí andaba la cantidad. En cualquier pueblo o pueblucho que pisábamos, siempre había un montón, o un montoncito, de gente que se nos quería unir. Hombres, mujeres, y hasta algunos chavalos, no faltaban los chavalos…
Villa planeó la invasión a Estados Unidos por el rumbo de Ojinaga, Por eso luego, ya que éramos un titipuchal, fue en Palomas, pequeña ciudad fronteriza a unos cuantos kilómetros de Columbus, donde Villa nos hizo saber su decisión.
Esa tarde del 8 de marzo de aquel 1916, nos habló como yo no lo había oído... muchachos, ora sí llegó el mero momento bueno en que se decidirá el futuro de nuestra amada patria, y a ustedes y a mí nos tocó la suerte de jugarlo. ¡Vamos pues a jugarlo valientemente! Ya aquí, ni modo de rajarnos. Nuestro resto a una carta, como los hombres que traen bien fajados los pantalones para apostar. O lo ganamos todo o lo perdemos todo
¿Por qué hasta ahora, justo cuando al gobierno se le acabó el dinero del petróleo, se le ocurrió ayudar a los pobres y no antes, cuando se supone que tenía dinero a manos llenas?
Mejor sigo con Pancho Villa: Hoy nos toca partirles su madre a los gringos, ni modo. Hemos peleado contra todo y contra todos, pero siempre por el mismo ideal, nuestro ideal no ha cambiado para nada. Es la causa del pueblo, la que obligó a don Francisco Madero a levantarse en armas contra la tiranía.(los mismos que han resucitado, como Lázaro)
Asesinos que, hoy lo sabemos, están acá —y señaló hacia tierra mexicana—, pero también, y sobre todo, están allá —y señaló hacia tierra norteamericana—. Fueron los gringos quienes nos quitaron la mitad de nuestro territorio, que hoy tanto necesitaríamos, y quienes utilizaron al traidor de Victoriano Huerta (el Vicente Fox de entonces), para derrocar a nuestro salvador, el presidente Madero.
Esos mismos gringos ladrones que pretenden manejar nuestros gobiernos a su antojo, quitar y poner autoridades como se les pega la gana y según lo dictan sus intereses económicos y políticos.
Hoy entramos a Columbus, les partimos su madre y seguimos de frente, para que vean que no les tenemos miedo y de lo que somos capaces. Porque enseguida va a venir la verdadera guerra con ellos, apenas llegue a acompañarnos el señor Emiliano Zapata con todas sus tropas, él mismo me ha asegurado que ya no tarda. No vamos a parar hasta vengar tanta ofensa como nos han hecho los gringos, hijos de su chingada madre, a lo largo de la historia. Entonces, ya que recuperemos el rico territorio perdido y los tengamos dominados, habrá paz y progreso en México y nuestros hijos heredarán una tierra amplia, libre y digna.
El momento en que Villa soltó ese primer disparo al aire, hincamos las espuelas al tiempo que gritábamos: “¡Viva México! ¡Mueran los gringos!”, con el corazón enloquecido afuera del pecho y la sensación de que violábamos lo prohibido, que nos metíamos a donde nunca nadie, en esa forma, se había metido. Y, bueno, pasara lo que pasara, ¿quién nos quitaba esa emoción?
Como predijo Villa desde su discurso inicial: le partimos toditita su madre al XIII Regimiento de Caballería de Estados Unidos.
Antes del mediodía, ya con la ciudad conquistada, Villa nos reunió en la plaza central de Columbus y subido en el quiosco nos arengó:
—¡Ahora sí, muchachitos, ya encarrerados vámonos al norte, rumbo a Washington!
Toda la División del Norte respondió con un solo grito atronador:
—¡Viva México, mueran los gringos!
Y mientras tanto, en Cuba Libre, se palpaba la energía y la emoción. Mas de un millón de cubanos reunidos, que al sonar el primer bongó de Olga Tañón , Yoraidis, una estudiante situada en primera fila grito "Chico, no seas 'pesao': mejor mover el culo que hablar de política".
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