Muy buenos días tengan
todos ustedes. A nombre de mis hermanas Carmen, Claudia y de mi familia, deseo
expresar a todas y cada una de las casas editoriales que integran al Grupo
AMATL, nuestro más sincero agradecimiento por el reconocimiento que han
decidido entregar al trabajo que desarrollamos en la Librería LibrArte, en lo
que se conoce como la “Tierra Caliente”, que comprende 35 municipios de
Guerrero, Michoacán y el sur del estado de México
Llevamos tres años
de cambios y transformaciones. Dejamos de ser la WeB ó N@D@ para comenzar la
metamorfosis, de oruga a mariposa, a Librería LibrArte.
Hace tres años
ganamos el concurso como Emprendedoras del estado de México, recibimos un
premio efectivo y nos dimos a la tarea de remodelar completamente nuestro
establecimiento.
A esta fase de
nuestro programa le llamamos crecer hacia adentro: tiramos bardas, pintamos,
diseñamos mobiliario, enjarramos, ampliamos en 100% el área de exhibición y
venta y nos dispusimos a trabajar como una librería clásica, con servicios urbanos:
la cafetería, los talleres para todo mundo, especialmente los dedicados a la
niñez y el fomento a la lectura, la convivencia, la comunicación, se convirtieron
en el espíritu que nos anima en esta empresa.
Hace un año,
concursamos por el Premio Nacional de Librerías, con un programa diferente, al
que llamamos ¡Salir Afuera!
Resultamos favorecidas
por el criterio del jurado calificador y este programa, puesto en marcha en el
transcurso en lo que va del año, se presentó ante la Secretaría de Cultura y ha
sido elegido como ganador del Premio al Fomento a la Lectura y la Escritura,
desde la Librería.
Si todo esto fuera
un convite –a mis hermanas y a mí nos fascina la gastronomía y la repostería-
el honor que recibimos hoy, del Grupo AMATL, sería sin duda la cereza en el
pastel.
Porque el mismo
programa ¡Salir Afuera!, como el dios Jano o en un volado con una moneda, tiene
dos caras, que mirando en direcciones opuestas,
en realidad son lo mismo.
Si por un lado
¡Salir Afuera!, trata lo que llamamos “demanda”, es decir las ventas, la
clientela, el fomento a la lectura, la creación de lectores; el otro lado de ¡Salir Afuera!, lo constituye
la “oferta”, el mundo editorial, los proveedores, son ustedes, y por eso mismo este Reconocimiento constituye un
galardón de enorme valor y oportunidad para nosotras, LibrArte, Tejupilco y la
región que habitamos.
Porque si bien, hemos trabajado en el fomento a la
lectura y las ventas, no ha sido posible atender la contraparte, que en el
proyecto calificado dice a la letra: “SALIR AFUERA para encontrar
reconocimiento y confianza en el mercado editorial. Necesitamos racionalidad
económica y crédito…”
El argumento
esencial, pero no el único, es que no estamos en condiciones de llevar a cabo
compras en firme a las editoriales,
no contamos con los recursos suficientes para ello. Además, otra razón que hemos probado y comprobado,
es que la adquisición de inventarios, sin cambios ni devoluciones, no es el
camino para generar lectores y hacer negocio en nuestra región, que sin
duda es un expediente similar, para todas las pequeñas y medianas librerías en México.
Hace 15 años, el afamado Mauricio Achar, en una
entrevista a la revista PROCESO, señalaba la inequidad de las comparaciones: en
México existen 400 librerías, en cambio en Estados Unidos, una sola cadena
tiene más de 800. Actualmente se reconocen
600 librerías registradas, en tan solo el 6% de los municipios.
Calculamos que descontadas las delegaciones y municipios conurbados a la Ciudad
de México, Guadalajara, Monterrey y las capitales principales del país, resulta
que los lugares donde encontrar alguna librería, se reducen al 3% del
territorio nacional: algo así como 67 municipios, de un total de 2500.
Déjenme plantear una paradoja, que nos ha ocurrido antes
de viajar a este ágape: cuando un buen amigo, nos aconsejó que “no fuéramos
–insistió- hacer bullying”.
Lo paradójico es que, así como el Presidente de la
República se ha embarcado en reformas dice, de gran calado (las de
telecomunicaciones, la de educación, la fiscal, la laboral y la energética),
nosotras creemos que se necesitan reformas en el mercado editorial, que cambien
las rígidas reglas de compra y crédito
mercantil, porque así no’mas, no se fomenta la lectura.
El crédito, consignación y devolución son el medio,
nos consta, para que libreros y las libreras hagamos de oficiantes y no tan
solo de intermediarios, como ocurre en la actualidad.
Necesitamos de ustedes, amigos nuestros, a los que
agradecemos enormemente la oportunidad de estar aquí y ahora, un año más en la
FIL en Guadalajara.
Antes de concluir, quisiéramos reconocer a un amigo,
maestro y promotor de LibrArte, el primero que confió en nosotros, al que hemos
acudido cada que necesitamos un consejo, una opinión, y que como siempre, nos
acompaña en este desayuno: Noé Villaseñor: Gracias Noé
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