Ernesto Zedillo es el primer candidato del PRI, a la presidencia de la República Mexicana, que no llega por la voluntad y decisión del hombre que le antecede en el mismo cargo. Por lo tanto, es el primer presidente, al que no le atan vínculos de lealtad, respeto y compromiso con su antecesor. Menos aún de agradecimiento.
Esta fractura, crucial en el modelo de poder, y en la forma de transmisión política de la Presidencia de la República, sienta las bases para poder explicar, la naturaleza y esencia de la forma de gobierno que asumió el Estado Mexicano, a partir de ese preciso momento.
El titular del Poder Ejecutivo, es el responsable de la conducción del Gobierno Federal, y tiene competencia directa, en la obtención de los ingresos necesarios y en la ejercicio del gasto público, de acuerdo a un plan de gobierno, socialmente sancionado.
El Presidente de la República es la institución en quien reside la Soberanía Nacional, en relación a los demás países. Es el responsable de la defensa y aprovechamiento de nuestros recursos naturales y de nuestras fronteras, de la contratación y firma de tratados y acuerdos diplomáticos, con el resto del mundo.
La tercera y fundamenteal responsabilidad del Jefe del Ejecutivo, la que atañe al verdadero rostro del poder, estriba en el puesto de Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, y por consiguiente, del monopolio de la fuerza.
El ejercicio de la política, el manejo de la economía y el uso de la fuerza pública comprenden la triada básica, en que se sustenta y deposita la razón de ser de la primera magistratura. No obstante, existen otras funciones, tareas y responsabilidades que convierten al Presidente en el hombre más poderoso del país: por ejemplo las comunicaciones, bancos, salud, educación o justicia, entre otros.
La paradoja es que todo lo anterior, resulta insuficiente y nuestra historia lo comprueba una y otra vez: por las características geográficas de nuestro país, asi como las raíces de nuestra historia y el sincretismo de nuestro presente.. Los 3000 kms. de frontera con el imperio más despótico y abusivo de la historia; y los 300 años de colonia explotada y conquistada, por una España crisohedónica y clerical, todavía nos someten, como nación.
De manera brillante, la visión de nuestros padres fundadores, los revolucionarios que ganaron la guerra, contra los privilegios y desigualdades sociales: los profesionistas, campesinos, labriegos, obreros; los intelectuales, caudillos, mujeres, las adelitas revividas a la fecha, que discutieron, sancionaron y aprobaron la Constitución Política de 1917, deliberadamente fortalecieron al Presidente de México, con guardas y salvaguardas extralegales y metalegales, más allá del estado de derecho apegado a la pura letra: artículos como el 27 o el 82 constitucionales, antes de ser reformados, o los artículos 3 y el 27 que son presa de asedio, comprueban este diagnóstico.
La transición del poder ejecutivo en México, ha tenido momentos realmente buenos y venturosos, antes de que las ambiciónes y maquinaciones, desde el poder mismo, pervirtiera al Estado Mexicano y se llegara al estado de desgracia y fragilidad, que hiciera posible la ocurrencia de golpes políticos capaces de desarmar, al último presidente que intento gobernar con un manto repúblicano en medio de un circo de leones, chacales, hienas y depredadores. Carlos Salinas perdió el poder a manos de la parte menor del Estado mexicano, por el número, pero la porción superior, por los privilegios y el poder necesario, para atender y satisfacer los deseos de los enemigos ancestrales de la nación mexicana.
La cadena de golpes de estado, en el año de 1994, abiertamente en contra del Presidente en funciones, comenzaron con el levantamiento armado en Chiapas, el mismo primero de enero; prosiguió con el asesinato del candidato elegido por Salinas de Gortari, como su sucesor y heredero. Los secuestros de prohombres como el de Harp Helu, dueño de Banamex o las pataletas de Jorge Carpizo, Secretario de Gobernación, amagando con la renuncia al no ser bienvenido su trabajo de investigación, para aclarar el asesinato de un principe de la iglesia católica, ocurrido un año atras, en una muerte nunca aclarada, ante las evidencias de narcotrafico de por medio.
Esta fractura, crucial en el modelo de poder, y en la forma de transmisión política de la Presidencia de la República, sienta las bases para poder explicar, la naturaleza y esencia de la forma de gobierno que asumió el Estado Mexicano, a partir de ese preciso momento.
El titular del Poder Ejecutivo, es el responsable de la conducción del Gobierno Federal, y tiene competencia directa, en la obtención de los ingresos necesarios y en la ejercicio del gasto público, de acuerdo a un plan de gobierno, socialmente sancionado.
El Presidente de la República es la institución en quien reside la Soberanía Nacional, en relación a los demás países. Es el responsable de la defensa y aprovechamiento de nuestros recursos naturales y de nuestras fronteras, de la contratación y firma de tratados y acuerdos diplomáticos, con el resto del mundo.
La tercera y fundamenteal responsabilidad del Jefe del Ejecutivo, la que atañe al verdadero rostro del poder, estriba en el puesto de Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, y por consiguiente, del monopolio de la fuerza.
El ejercicio de la política, el manejo de la economía y el uso de la fuerza pública comprenden la triada básica, en que se sustenta y deposita la razón de ser de la primera magistratura. No obstante, existen otras funciones, tareas y responsabilidades que convierten al Presidente en el hombre más poderoso del país: por ejemplo las comunicaciones, bancos, salud, educación o justicia, entre otros.
La paradoja es que todo lo anterior, resulta insuficiente y nuestra historia lo comprueba una y otra vez: por las características geográficas de nuestro país, asi como las raíces de nuestra historia y el sincretismo de nuestro presente.. Los 3000 kms. de frontera con el imperio más despótico y abusivo de la historia; y los 300 años de colonia explotada y conquistada, por una España crisohedónica y clerical, todavía nos someten, como nación.
De manera brillante, la visión de nuestros padres fundadores, los revolucionarios que ganaron la guerra, contra los privilegios y desigualdades sociales: los profesionistas, campesinos, labriegos, obreros; los intelectuales, caudillos, mujeres, las adelitas revividas a la fecha, que discutieron, sancionaron y aprobaron la Constitución Política de 1917, deliberadamente fortalecieron al Presidente de México, con guardas y salvaguardas extralegales y metalegales, más allá del estado de derecho apegado a la pura letra: artículos como el 27 o el 82 constitucionales, antes de ser reformados, o los artículos 3 y el 27 que son presa de asedio, comprueban este diagnóstico.
La transición del poder ejecutivo en México, ha tenido momentos realmente buenos y venturosos, antes de que las ambiciónes y maquinaciones, desde el poder mismo, pervirtiera al Estado Mexicano y se llegara al estado de desgracia y fragilidad, que hiciera posible la ocurrencia de golpes políticos capaces de desarmar, al último presidente que intento gobernar con un manto repúblicano en medio de un circo de leones, chacales, hienas y depredadores. Carlos Salinas perdió el poder a manos de la parte menor del Estado mexicano, por el número, pero la porción superior, por los privilegios y el poder necesario, para atender y satisfacer los deseos de los enemigos ancestrales de la nación mexicana.
La cadena de golpes de estado, en el año de 1994, abiertamente en contra del Presidente en funciones, comenzaron con el levantamiento armado en Chiapas, el mismo primero de enero; prosiguió con el asesinato del candidato elegido por Salinas de Gortari, como su sucesor y heredero. Los secuestros de prohombres como el de Harp Helu, dueño de Banamex o las pataletas de Jorge Carpizo, Secretario de Gobernación, amagando con la renuncia al no ser bienvenido su trabajo de investigación, para aclarar el asesinato de un principe de la iglesia católica, ocurrido un año atras, en una muerte nunca aclarada, ante las evidencias de narcotrafico de por medio.
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