La historia es la gran maestra de la vida. Y nuestras raíces, las de México y su origen, destino, fundamentos, gestas, costumbres no podían sostener, de ninguna manera, un gobierno del PAN, su clase e historia propia; si acaso de manera coyuntural, los gobiernos conservadores y reaccionarios han sido causantes de afrentas, mutilaciones, de las peores humillaciones que no se olvidan: el Te Deum que celebra la usurpación de Victoriano Huerta y antes las campanas echadas a vuelo en la Catedral Metropolitana, tras el asesinato de Madero y Pino Suarez no son diferentes a las declaraciones de Gerardo Ruiz –que por si no lo sabe es- secretario de Economía, quien dijo que si llegara a ganar el PRI, gobernaría un narco a México. Que se hacen drogadictos los jóvenes porque no creen en Dios, dijo Felipe Calderón; y en Los Pinos, ante gobernadores priístas exclamaría: Dios no permita que el PRI regrese al poder presidencial.
No podía continuar esta farsa ilusionista, pero el gran perdedor es el PRD. Incapaz de generar ofertas, de ponerse de acuerdo, de concitar voluntades, de encausar destinos, encabezar mayorías, enfrentar a los enemigos y combatir con razones. En cambio, los gobernadores priistas respondieron con capacidad de buenos operadores políticos –es decir, fraudes hormigas y masivos- Apabullaron al PAN y derrotaron en toda la línea a la tortuosa campaña sucia de inspiración falangista. Ganaron donde gobierna el PRI, dicen. Y no: en Morelos ganaron las cinco diputaciones federales, Cuernavaca y otros 15 municipios. Y en Jalisco ganaron el gobierno de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Lagos de Moreno y Puerto Vallarta. Recuperaron Querétaro con José Calzada, y San Luis Potosí con Fernando Toranzo. Ganó Mario Anguiano en Colima, Rodrigo Medina en Nuevo León y Fernando Ortega en Campeche.
En Sonora pagó el PRI la prepotente estulticia de Eduardo Bours: “es la economía, estúpido”, repetía Bill Clinton en campaña, y no, en México es la moral estúpido, es la corrupción de toda ética, el carácter de quienes con el gobierno predican con el mal ejemplo y siembran la discordia y desilusión: los 48 niños criminalmente muertos en Hermosillo, son testimonio irrefutable de la avidez y corrupción en la complicidad de la subrogación: es la frivolidad, cinismo, la insensibilidad de Daniel Karam, el encargado del despacho del IMSS, igual a toda la clase que somete y tiraniza de manera despótica a México.
Y vuelta a la teoría del carro completo: 19 gobernadores del PRI, y 10 ganaron de todas, todas: Félix González Canto, las 3 de Quintana Roo; Ivonne Ortega, las 5 de Yucatán; Jorge Carlos Hurtado, las 2 de Campeche; Humberto Moreira, 7 de Coahuila; Ismael Hernández Deras, las 4 de Durango; Eugenio Hernández, las 8 de Tamaulipas; Miguel Osorio Chong, las 7 de Hidalgo; Jesús Padilla, contra viento y marea, las 8 de Sinaloa, Ulises Ruiz, 11 de 11 en Oaxaca. El activismo eficaz de Enrique Peña Nieto concentró la atención del futurismo; el estado de México tiene el mayor número de votantes; 44 distritos electorales y el PRI ganó 40.
Mientras tanto a México sus burócratas le cuestan 75% del presupuesto, es decir que
El gobierno invierte entre 20 y 25 por ciento de su presupuesto en gasto productivo, lo demás se va en salarios, prestaciones, bonos y prebendas de la burocracia.
Mientras siguen las acciones criminales y la guerra sin sentido político contra traficantes de drogas y caen muertos más y más victimas inocentes, como los mormones de Chihuahua, la Sra. Coopel y el país se incendia.
No podía continuar esta farsa ilusionista, pero el gran perdedor es el PRD. Incapaz de generar ofertas, de ponerse de acuerdo, de concitar voluntades, de encausar destinos, encabezar mayorías, enfrentar a los enemigos y combatir con razones. En cambio, los gobernadores priistas respondieron con capacidad de buenos operadores políticos –es decir, fraudes hormigas y masivos- Apabullaron al PAN y derrotaron en toda la línea a la tortuosa campaña sucia de inspiración falangista. Ganaron donde gobierna el PRI, dicen. Y no: en Morelos ganaron las cinco diputaciones federales, Cuernavaca y otros 15 municipios. Y en Jalisco ganaron el gobierno de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Lagos de Moreno y Puerto Vallarta. Recuperaron Querétaro con José Calzada, y San Luis Potosí con Fernando Toranzo. Ganó Mario Anguiano en Colima, Rodrigo Medina en Nuevo León y Fernando Ortega en Campeche.
En Sonora pagó el PRI la prepotente estulticia de Eduardo Bours: “es la economía, estúpido”, repetía Bill Clinton en campaña, y no, en México es la moral estúpido, es la corrupción de toda ética, el carácter de quienes con el gobierno predican con el mal ejemplo y siembran la discordia y desilusión: los 48 niños criminalmente muertos en Hermosillo, son testimonio irrefutable de la avidez y corrupción en la complicidad de la subrogación: es la frivolidad, cinismo, la insensibilidad de Daniel Karam, el encargado del despacho del IMSS, igual a toda la clase que somete y tiraniza de manera despótica a México.
Y vuelta a la teoría del carro completo: 19 gobernadores del PRI, y 10 ganaron de todas, todas: Félix González Canto, las 3 de Quintana Roo; Ivonne Ortega, las 5 de Yucatán; Jorge Carlos Hurtado, las 2 de Campeche; Humberto Moreira, 7 de Coahuila; Ismael Hernández Deras, las 4 de Durango; Eugenio Hernández, las 8 de Tamaulipas; Miguel Osorio Chong, las 7 de Hidalgo; Jesús Padilla, contra viento y marea, las 8 de Sinaloa, Ulises Ruiz, 11 de 11 en Oaxaca. El activismo eficaz de Enrique Peña Nieto concentró la atención del futurismo; el estado de México tiene el mayor número de votantes; 44 distritos electorales y el PRI ganó 40.
Mientras tanto a México sus burócratas le cuestan 75% del presupuesto, es decir que
El gobierno invierte entre 20 y 25 por ciento de su presupuesto en gasto productivo, lo demás se va en salarios, prestaciones, bonos y prebendas de la burocracia.
Mientras siguen las acciones criminales y la guerra sin sentido político contra traficantes de drogas y caen muertos más y más victimas inocentes, como los mormones de Chihuahua, la Sra. Coopel y el país se incendia.
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