El edificio de la Secretaria de Educación Pública lo he tenido presente toda mi vida. Desde que hice la primaria, a dos cuadras de distancia, el punto de la parada ideal, del camión que me transportaba a la casa de mi familia, era en los portales de la Plaza de Santo Domingo, al lado de los “evangelistas” que con sus máquinas Rémington, lo mismo escribían cartas de amor, que escritos de toda especie. Frente a la Iglesia del mismo nombre, contra esquina del Antiguo Palacio de la Santa Inquisición y luego Escuela de Medicina (que contiene un mural, donde se retratan los saberes médicos del Dr. Alfonso Segura, miembro de una dinastía que sobrevive en esta población de Temascaltepec) y en la esquina sur, el majestuoso edificio de la SEP.
Hasta allí llegaba caminando diario al salir de la Secundaria #7, un poco mas alejada, desde la Av. Izazaga, lo que hacia mas entretenido el recorrido por diferentes rutas, atravesando las calles de San Jerónimo, Regina, Mesones, Salvador, Uruguay, Venustiano Carranza, 16 de Septiembre, Madero, 5 de Mayo, Tacuba y Donceles. Mas tarde, tuve a la SEP como vecina, el tiempo en que curse la Preparatoria en el Colegio de San Ildefonso a media cuadra apenas. Finalmente, antes de emigrar al Sur de México colabore dentro este recinto, en un programa que me permitió terminar de conocer el edificio, los murales, la arquitectura, la burocracia, las mañas y la asfixia de un sindicato que comenzaba a despuntar en el año de 1988.
A noventa años de que José Vasconcelos creara la Secretaría de Educación Pública, su hijo, el embajador Héctor Vasconcelos, asegura que el sistema educativo vive un conjunto de “tragedias”, entre las cuales existe un “entreverado perverso” entre educación y política, que ha hecho imposible que ocurran reformas de fondo para formar a los ciudadanos que México necesita.
Héctor Vasconcelos califica como una “aberración que mi padre apenas podría haber considerado”, que el “misticismo” que llevó a los maestros a realizar la primera campaña de alfabetización y las misiones culturales por todo el país, y que llamó el “apostolado del magisterio”, se haya transformado en un “aparato de operadores políticos”, en una “mercancía política (suripantas) que se ofrece a los candidatos y a los partidos, pensado solamente en los intereses de la dirigencia del sindicato”.
Cabe señalar que fue en el año de 1921 cuando el escritor, intelectual y filósofo José Vasconcelos crea la Secretaria de Educación Pública. Ahora, su hijo, asegura que las otras “tragedias educativas” son el analfabetismo, ahora funcional por la mala calidad que tienen la primaria y la secundaria, la falta de oportunidades para muchos jóvenes y un Estado laico vulnerado.
A nueve décadas de la creación de la secretaría “me parece que es evidente que la educación nacional se encuentra en una situación de postración. Hay que revisarlo todo” “José Vasconcelos ideó la función del maestro como una tarea verdaderamente, casi apostólica. Me refiero al sentido laico de la palabra, del apostolado por la educación y la cultura, y que esto se haya convertido, bajo el liderazgo del sindicato de maestros, en una especie de mercancía política que se ofrece a candidatos y a partidos, pensado solamente en los intereses de la dirigencia del sindicato, me parece una aberración que mi padre apenas podría haber concebido”.
Basta ver que en estos días, en que el Estado de México se preparan las elecciones de Gobernador, se dio un episodio repugnante, con la asunción del Candidato del RIP Eruviel Ávila, ahora también como candidato del PANAL, un adefesio creado y controlado por la líder del SNTE, quien ni siquiera se digno asistir y envío a una de sus hijas, Mónica, orgullo de su nepotismo, el mejor ejemplo, de lo peor que se pueda conceder de ejemplo, a los maestros y maestras mexicanas.
Durante estos 90 años la SEP ha transitado por una auténtica edad de oro, entre 1946-1976, durante los sexenios de Miguel Alemán, Ruiz Cortínez, López Mateos, Díaz Ordaz y Luis Echeverria. En estos periodos de Gobierno, la SEP tuvo únicamente un titular sexenal y entonces los planes y programas educativos, mostraron el mejor desarrollo y ejecución nacional. En esos años destacaron particularmente como Secretarios: Don Jaime Torres Bodet y Agustín Yáñez. Todo lo contrario sucedió a partir del periodo de López Portillo, al que le es impuesto Porfirio Muñoz Ledo en la SEP; o con Miguel de la Madrid que si bien empezó nombrando a Jesús Reyes Heroles, tras su muerte repentina delega la Educación Pública, en las manos de González Avelar, cuyo único mérito (fue mi jefe y lo se bien) es que era el que le conseguía las chavas buena onda al “Perfumado” Presidente.
La catástrofe educativa no obstante inicia con Salinas de Gortari, quien entrega la SEP a Elba Esther Gordillo y cambia cuatro veces de Secretario –caso inédito hasta entonces- Por su parte Ernesto Zedillo empieza por nombrar al Dr. Alzati… que ostenta un titulo falso y así hasta la vergüenza actual, que relega la SEP al papel de contenedor de pasiones juveniles, manipuladora de conciencias y generadora de mano de obra para el mercado norteamericano (se necesitan las remesas para balancear los Presupuestos de Divisas que obliga el TLC) y por ende la deja en manos de Josefina Vázquez “Prestas” y ahora Lujambio, dos orates impertérritamente cínicos y desvergonzados, al gusto de la Maestra devoradora.
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