Considerada una obra maestra de la cinematografía y de las mejores secuelas jamás filmada, la película El Padrino II, retrata con maestría el sórdido mundo de los casinos. Teatros donde el asesinato, la prostitución, droga y alcohol, conviven con las fortunas que mueven estos centros de la apuesta y el juego, la diversión, iluminaciones, escaparates, brutalidad y artificios. La cinta interpretada en el rol principal por Al Pacino, conduce al espectador de la manera más didácticamente posible, a conocer este género de vida, propio de quienes se valen del tráfico de influencias, la destrucción de los vínculos de todo orden y la preeminencia de la ganancia monetaria, sobre la soberanía política de un país, las relaciones familiares, la vida de cualquier persona.
En la película extraída de sucesos ocurridos en la vida real, se conjugan las mafias pertenecientes a diferentes grupos, razas, uniones y familias, con personajes como Frank Sinatra y Albino Lucciani, quien unió los nombres de Juan XXIII y Paulo VI para nombrarse como Juan Pablo I y morir a las pocas semanas de su entronización como Papa, presuntamente ligado a pujas por lograr la limpieza de las dinastías y de las multimillonarias sumas acumuladas, por años de crimen y delincuencia. La trilogía del Padrino es la historia de la mafia norteamericana, la siciliana desde principios del siglo XX hasta la antesala del tercer milenio.
Pero la parte que recuerdo en este momento, en relación a lo que está ocurriendo en todo México, particularmente en Monterrey, la segunda ciudad del país con mayor número de casinos, es el momento en que en plena celebración del año nuevo de 1959, el dictador Fulgencio Batista, a pesar del apoyo de los norteamericanos que protegían las enormes inversiones en la isla de Cuba, renuncia al cargo tras desear los parabienes a la concurrencia que le acompañaba, mientras entraban casi de manera simultánea las tropas guerrilleras comandadas por Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara. Hasta la fecha, los yanquis no han perdonado ni olvidado, la manera en que fueron echados de Cuba por los revolucionarios, sublevados contra la explotación y discriminación, la pobreza y el abandono de su pueblo.
El asunto de los casinos en México es tanto o más complejo, porque es una creación deliberada de los gobiernos que ha encabezado el partido de Acción Nacional. Contra una reglamentación del juego que data de tiempos del General Lázaro Cárdenas, la abundancia de casinos demuestra las redes de complicidad, la lenidad de los interesados, la estupidez de los promotores, corrupción, vicio y muerte. En el asunto de los Casinos se conjuga la corrupción del poder Judicial, la prevaricación del Legislativo, la ambición traidora del Ejecutivo Federal y la sinvergüenza con que se manejan ahora los gobiernos de los estados de la república mexicana.
A este ingrediente hay que sumar que los casinos, son negocios en donde la naturaleza del negocio lo convierte en el punto clave para entender, por donde entran y se incorporan al sistema financiero nacional, las millonarias ganancias producidas por el narcotráfico y todo aquel delito que merezca el epíteto de organizado. Los casinos son gigantescas “lavadoras” de dinero”, entregadas para su aprovechamiento a pocos y selectos concesionarios, entre los que sobresalen lo mismo TELEVISA que Jorge Hank. El cuarto poder de la comunicación monopolizada y el heredero del icono del PRI, del maestro Carlos Hank, causante directo de las peores corrupciones de la vida política nacional. TELEVISA y PRI unidos para colocar al gerente PEÑA NIETO en la Presidencia, financiado con los ríos caudalosos de ganancias monetarias, producto del trasiego de la droga.
En medio de este siniestro panorama, convencidos que es el camino para hacer de México un país mediano, mediocre, de clase media consumidora, aterrorizado por el crimen, sin esperanza y dependiente del mercado norteamericano, se conocen ahora las historias de los Larrazábal y Juan José Rojas Cardona, el “zar de los casinos”, con otras fauna delegada, de las dependencias burocráticas federales, para proteger y mentir. Como Jonás, el hermano de Larrazábal, el Presidente Municipal de Monterrey, antes de San Nicolás de los Garza y en el ínterin responsable del CAPFCE, (que en vez de escuelas construyo la inútil Biblioteca Foxiana) y que “vende quesos” sin recibir facturas, por 400 mil pesos, en videos que se suponen filtrados por el PRI, que así busca desactivar las acusaciones contra su flamante presidente Humberto Moreira, por abusos tipificados durante su gestión al frente del gobierno de Coahuila, como de peculado y corrupción. Unos encargados ahora de operar políticamente a favor del Cordero presidencial y otros tratando de asegurar inmunidad política.
Han tenido que morir más de 50 personas adictas al juego, embelesadas por la promesa de la fortuna “que es mujer” diría Maquiavelo y pagar con la vida, mientras se fortalecen y afianzan estos imperios antinaturales al bienestar humano. Decía Aristóteles que de todas las formas de corrupción, la peor era la originada en el interés cobrado por el dinero, pues a diferencia de todo lo demás que existe en la naturaleza, el dinero produce hijos idénticos al padre.
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