Lunes 10 de
noviembre (5 A .m.)
Me preparo
para viajar a la ciudad de México, a donde he sido convocado para participar en
el VII Encuentro Nacional de Libreros-Editores, que tiene como escenario la 34
Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (34FILIJ), cuya sede es el
CENART (Centro Nacional de las Artes), un lugar que tanto disfrutamos los
cinéfilos de hueso colorado, cuando era la Cineteca Nacional ,
antes del cataclismo incendiario en tiempos de los López Portillo.
Este lugar,
hace que me recuerde yo, a bordo de mi Ford Mustang 1981 “Hard Top” color
blanco, con interiores diseñados por Pininfarina, volante de madera, portando
mi reloj extra plano, cuadrado, Gerard Perregaux de oro de 22 quilates, corbata
de seda Scapino y traje 100% lana virgen australiana. Me recuerdo arrogante y
desesperado, estacionado en uno de los embotellamientos mas descomunales de que
se tenga memoria, pues el incendio que consumió las instalaciones de la Cineteca , en la esquina
del viaducto Tlalpan y la avenida de Río Churubusco, contenían gran parte de la
historia del cine nacional e internacional, guardada en bóvedas de mala
factura, filmadas en cintas de nitrato de plata que ardieron de manera
terrible, manteniendo el tráfico automovilístico parado por más de seis horas.
Era Gerente de
una empresa paraestatal y Asesor de Pedro Aspe (quien estaba entonces al frente
del INEGI) y me creía “presidenciable” por mi ambición, mis relaciones, mi
inteligencia, mi locura delirante. Creía en ese juego del azar, el destino que
mueve las fichas de tal manera que un buen día te despiertas y las
circunstancias permiten que se den las combinaciones deseadas y necesarias y
¡zas! Llegas donde te lo propusiste.
Pero esa noche
de marzo de 1982, como pude me salí de Tlalpan y a duras penas llegué a un
boliche en Coyoacán, donde me la pase jugando hasta la media noche. Cuando salí
del bolerama, ya se empezaba a poder transitar en automóvil.
Resulta que
esta invitación que me ha hecho llegar la CANIEM (Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana)
responde a la presencia creciente de nuestra Librería El Areté de Tejupilco
y a la constante participación de mi hija Carmen, en la adquisición de
múltiples colecciones de libros y revistas infantiles, de muy variadas
presentaciones y precios. Al ordenamiento que ella lleva a cabo, la atención a
los niños y jóvenes que son la semilla y el objetivo (target dicen los
tecnócratas de la mercadotecnia) de nuestra empresa, a la belleza, más bien lo
bonito de su estilo, el de Carmen, que no deja de enviar fotografías a los
concursos a los que convoca esta Cámara Empresarial.
La invitación
tiene como objetivo entablar relaciones comerciales y de negocios entre las
editoriales especializadas en libros para este importante sector de la
población mexicana, el de los niños y jóvenes, y las librerías que como
nosotros somos una raquítica minoría formal en toda la república. Se calcula
que solo existen librerías establecidas en el 6% de los municipios nacionales y
si estos fueran tres mil, esto significaría que los municipios que cuentan con al
menos una librería, no serían más de 180 únicamente, pero como las entidades
municipales no superan los 2600 en total, quiere decir que no son más de 150
municipios, los que tienen este privilegio. Si consideramos que la ciudad de
México cuenta con 16 delegaciones políticas que se contabilizan como
municipales, se podrá comprender que el acceso a los libros, para la inmensa
mayoría de loa población, es muy reducido y limitado.
Pero no hay
que engañarse, los libros llegan al publico que los demanda, pero lo hacen a
través de agentes y vendedores que cobran el servicio a precios muy caros, o a
través del cambaceo, arcaico e insuficiente. Pero también lo hacen –comercio de
libros- mediante los puestos comerciales que ilegal y arbitrariamente se
instalan en pueblos como Tejupilco y que solo venden libros de factura
“pirata”, libro “hechizo” cuya oferta se limita a las novelas del corazón,
libelos de mentiras y superación, motivacionales, que engañan y distancian a
los lectores de los buenos libros. Otra forma de que lleguen los libros a los
estudiantes, es a través de sus maestros, los que nunca leen, pero que si se
“arreglan” con vendedores de libros sobre temas específicos, de moda, locales o
simplemente por negocio. Los malos “profes” obligan las lecturas de títulos que
van produciendo entre los alumnos un profundo desaliento, rechazo y
animadversión hacia los libros y la lectura en general.
Debo señalar
que la convocatoria a nuestra librería ha sido magnífica. La invitación incluye
la transportación y el hospedaje en el célebre Hotel Ritz de la calle de
Madero, casi esquina con el Zócalo capitalino, por supuesto que se incluyen los
alimentos durante la estancia y, hay que reconocerlo, que es un estimulo muy
importante, tan distinto y alejado de las expresiones culturales a las que
estamos habituados en estos pueblos sureños, decadentes, degradantes,
embrutecedoras.
Porque la
cultura genera un ánimo de convivencia en paz, porque la lectura lleva a tomar
consciencia de la realidad y entonces los lectores –particularmente niños y
jóvenes- procuran entender y mejorar el entorno que les rodea, donde viven.
Precisamente, sobre este tema, estuve la semana pasada en otro evento cultural
de singular importancia. Asistí al Primer Seminario “El Ajedrez como
herramienta pedagógica” y antes de despedir esta primera parte de tres -los
días que estaré reportando desde el CENART para nuestro periódico El Monitor-
quiero resaltar que mi participación en este evento ajedrecístico-pedagógico,
respondió al hecho de ser el primer evento de este tipo en México. Sin duda
alguna que es una brecha que hemos abierto un grupo como de 500 asistentes.
Organizado por
la Fundación Kasparov
para Iberoamérica, el Curso-Seminario duró dos días de manera presencial y
luego se necesitaran cubrir cinco módulos en línea, para recibir la
certificación de la que es la más importante fundación internacional en pro del
Ajedrez, como “Maestro para la enseñanza del Ajedrez”.
Baste señalar
que los ponentes que encabezaron el Seminario fueron, el GMI Miguel Illescas
–en la primera sesión-; mientras que el segundo día, el anfitrión fue el decano
Leonxo Garcia. Dos instituciones históricas en el mundo del Ajedrez. Ambos con
merecimientos sobrados, uno como Campeón español y líder del equipo que dirigió
los programas que alimentaron a la computadora Deep Blue de la IBM en el mítico encuentro en
contra de Gari Kasparov y que marcó la primera vez que una maquina derrotaba a
un Campeón Mundial. El otro, el bonachón Leontxo, es además de ajedrecista, uno
de los periodistas más reputados, pedagogo y cronista del periódico El País,
del encuentro que disputan justamente, a un año de distancia, en la revancha,
el Campeón defensor Magnus Carlsen y el retador, Viswanathan Anand.
No hay que
olvidar que el Ajedrez es un juego que desborda la parte de entretenimiento y
penetra en consideraciones artísticas y por la complejidad (se estiman en 10
más 120 ceros el número de combinaciones posibles dentro del tablero) es una
ciencia. Pero además, para la juventud
mexicana, la enseñanza del ajedrez representa el desarrollo de la memoria y la
concentración, la combatividad y la autocrítica, el pensamiento científico y el
razonamiento lógico, la capacidad de cálculo, la planeación y la creatividad.
Al jugar al Ajedrez se ejercita la disciplina, el respeto al adversario y la
paciencia de los contrincantes. Se desarrollan la tenacidad, el cálculo de
riesgos y algo sumamente importante, no común en la enseñanza de otras
disciplinas es el cálculo espacial, nacido de la observación a “profundis” de
los diferentes escenarios alternativos. No hay que olvidar también que todo
jugador de ajedrez no puede vivir sin la praxis de la sangre fría que deriva
del juego, ni la atención a varias cosas a la vez, de manera simultánea.
Hay que
recordar que el ajedrez, dicen que parte de una leyenda fundacional: la de un
Rey tiránico que maltrataba a sus súbditos y que cansado y aburrido (como
Murillo Karam, supongo) de la vida exagerada y rutinaria, de un pueblo muerto
de miedo, sometido y obediente (como la clase media en México, me imagino),
pidió, exigió que alguien le enseñara algún pasatiempo, algo que le distrajese
y entretuviera. Entonces, un viajero que pasaba y que se enteró del mal
gobierno (como el del PRI de Peña Nieto, concluyo) que asolaba a la población,
acudió con el rey y le enseñó el juego del Ajedrez, que entonces se llamaba
Chaturanga, pues el mito que platico se originó en la lejana India.
Cuentan que el
Rey se fascinó con el juego y que de inmediato empezó a mover las piezas,
tratando de ganar el juego moviendo solamente el Rey de su tablero, que en el
Ajedrez era con la que el mismo se identificaba. Para su sorpresa, pronto, su
monarca quedo acorralado y puesto en Jaque Mate. Agradecido, por la lección y
por la enseñanza del juego, el Rey que a partir de entonces se propuso cambiar
para bien, porque entendió que sin la ayuda y con el apoyo de las demás piezas
del tablero, de la sociedad, recuerden que “solo el pueblo puede salvar al
pueblo”, el Monarca Tirano o Real, no puede conseguir nada y termina por perder
o perderse. Dicen que como recompensa, el Rey le ofreció al viajante cumplir el
deseo que quisiera, sin límite alguno y
dicen, que el viajero entonces le dio otra enseñanza: pidió que “solamente” le
dieran una cantidad de granos de trigo equivalente a la suma de los granos
duplicados por cada uno de los 64 escaques con que cuenta el tablero del
Ajedrez, es decir un grano por el primer cuadro, dos por el segundo, cuatro por
el tercero, ocho, 16, 32 y así hasta completar el total de los sesenta y cuatro
casillas. Que entonces el Monarca Real ordenó la entrega inmediata de la
cantidad solicitada, pensando que el premio requerido era algo sumamente
modesto, sin darse cuenta, precipitándose nuevamente, por no saber calcular,
pues el total de granos de trigo ascendía a 18, 446 744, 073 709, 551 615
(dieciocho trillones, cuatrocientos cuarenta y seis mil billones, setenta y
tres mil millones, quinientos cincuenta y un mil seiscientos quince granos de
trigo) esto es mas de 21 mil veces la cosecha completa de trigo, sembrada en
todo el planeta tierra de acuerdo al ciclo 2013-2014. Nuevamente el Rey
humildemente ahora, agradeció la paciencia y la enseñanza de su joven amigo y
modesto Maestro, al que reconoció así.
Miércoles
12 de noviembre (19:30 horas)
Ha sido
una jornada magnífica en la 34FILIJ. Dejaré para una leyenda posterior la
descripción de los asistentes a la Feria, los conocimientos adquiridos, las
reseñas de las conferencias. Sin duda que eventos de esta naturaleza son de
gran ayuda para la industria editorial, para nosotros los libreros, para los
niños y jóvenes a quienes estuvo dirigido este evento, pero sobre todo para
favorecer a la Lectura.
Asistimos,
nosotros la Librería El Areté de Tejupilco, como invitados “becados” al
encuentro entre editores y libreros. Fueron dos días de trabajo intenso, de
jornadas de 9 de la mañana a 8 de la noche, adecuados para propiciar un diálogo
entre vendedores y compradores. Entre las empresas editoriales y las librerías
independientes.
Traigo
muchas experiencias y conocimientos importantes, recomendaciones y contactos
comerciales que serán de gran ayuda para nuestra librería y consecuentemente
para Tejupilco y toda la región sur del estado de México donde influye.
Porque
hay que decirlo con toda la fuerza de las palabras: Se dice y se sabe que las
Librerías, mas que vender libros, son Centros Culturales. Las librerías son
recintos para el encuentro entre autores y lectores, oráculos donde encontrar
resoluciones a las dudas de cada uno y de todos, son ventanas para asomarse a
lo desconocido, puertas para abrir, espacios infantiles, diálogos con la
historia, arcanos de poder, valladares contra el oscurantismo, barreras
infranqueables, la última línea contra el despotismo de los gobernantes. En
Tejupilco, somos más que eso.
Porque
nosotros somos la Política Cultural. Encargados de las lecturas que se deben
leer, combatientes contra los vicios y corrupción de las mafias magisteriales,
de aquellos que han prostituido el oficio de Maestro, metamorfoseado en “profes”
corruptos y mañosos. Somos el único eslabón que vincula lectura con cultura y
sin embargo enfrentamos a las mafias criminales auspiciadas por el Gobierno
municipal que permite, tolera y fomenta la venta de libros que no pagan
derechos a los autores, mal editados, peor seleccionados: son los libros
“pirata” Los que destruyen los apetitos culturales de la gente, libros que
equivalen a la “música enferma”, no veo diferencias entre Carlos Cuauhtemoc
Sánchez, el prolijo autor de libros del chantaje y las aspiraciones, con el
Komander y sus “ondeados”. Y sin embargo se agarran la plaza pública, se roban
la luz, ensucian, enferman a los lectores, engañan, distorsionan el mercado
nacional, desalientan, no pagan impuestos ni derechos, ni renta ni nada. Lo
denuncié, quedo asentado en la bitácora del evento. Desgraciadamente, como
consuelo para los burócratas que se amafian con el comercio informal de la
“piratería”, este cáncer se encuentra diseminado en todo el estado de México.
A pesar
de ello, Nosotros, la Librería El Areté participamos con gusto, calidez, al
grito de Tejupilco “tierra de mujeres hermosas y gallos cumplidores”… ya les
seguiré contando estas leyendas…
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