Mi tesis Profesional para obtener el título de Economía, la titulé “Hacia un Enfoque Cibernético de la Economía. El Caso de México” y la presente el 20 de marzo de 1981 en la Facultad de Economía de la UNAM, ante un jurado presidido por el Maestro Gallart, y como sinodales el Maestro Jaime Balbuena, dos marxistas mas que no entendieron nada y mi asesor de Tesis, el Dr. Jaime Zurita, un simpático refugiado chileno que tuvo en suerte que yo supiera que hablaba en sus clases de computadoras, gracias a lo cual lo contacté para pedirle que me firmara los documentos necesarios, para presentar mi proyecto, para fijar fecha de examen profesional.
Recuerdo muy bien el día que conocí al maestro Zurita; estaba en su cubículo pequeño, obscuro y lleno de estudiantes que se embelesaban con su discurso cantadito, con sonsonete latinoamericano. Pregunte por él, me miro, le explique lo que quería, le hablé de mi tesis, me barrio con la mirada y dijo “se lo regalo”, un librito que decía “Método PERT para hacer Tesis”. Seco, le conteste: ya la tengo terminada. Hizo cara de chileno ofendido, me dijo que le dejara una copia y que regresara después. Nos hicimos muy amigos, exigio y obtuvo que mi trabajo fuera premiado con Mención Honorífica.
Estudie Economía en una época en que el mundo seguía dominado, por la cristiana idea de que la historia de la humanidad era producto de la dialéctica de las fuerzas productivas, de que la economía era causa de los cambios en la superestructura de las sociedades, en donde habitaban lo mismo los automóviles que el arte, el diseño que la opera, el talento, todo ello, supeditado a la explotación del hombre por el hombre y las relaciones de producción. Realmente una estupidez total, en la que siguen embelesados la gran mayoría de los románticos parricidas clásicos, insertados como lastre, en la llamada izquierda mexicana, en el PRD , el PT o peor, en grupúsculos orillados al terror.
Elegí estudiar Economía porque me interesaba mucho gobernar mi país, convertirme en un hombre de Estado y porque me desagradaba la idea de ser abogado, me aburría el terreno de las leyes, el camino clásico y obligado para entrar al mundo de la Política. Tampoco me satisfacían las Ingenierías, porque no me llamaba convertirme en un hombre de técnicas y de concretos. Estudie Economía por intuición. La gran sorpresa comenzó cuando me topo con unos estudios plagados de banalidades, lacrimosos y completamente inaceptables para una mente brillante, que para entonces sabía a la perfección que me definía a mí ser. Siempre he vivido a base de golpes de la fortuna y de un chingo de trabajo. Conocí a Elena Kovalsky, la gran maestra universitaria, quien me enseño las matemáticas necesarias para dominar el plan de estudios. Pronto me convertí en el estudiante más destacado en matemáticas, en una Facultad en donde nadie sabía ni aritmética, excepto Héctor, un hombre genial y perverso. Casi nunca asistía a las clases de su seminario de Métodos Cuantitativos Aplicados a la Economía; el horario de 8 a 10 de la noche se convertía, cuando llegaba, en clase de 9:30 a 1 de la madrugada; precursor de la Programación Lineal aplicada a la Economía, en realidad Héctor Espinosa Berriel, era el auténtico fundador de la computación aplicada a la economía en México.
Los métodos de simulación, la teoría de juegos, los métodos estocásticos, las matrices de insumo producto, la programación no lineal, la imperturbable econometría, eran la materia prima donde construir los paradigmas portentosos, con los cuales deslumbrar a la competencia de cualquier especie. Me hice discípulo de Héctor, me invito a trabajar a su despacho y en su oficina, con computadoras de escritorio marca Cromemco, con 64 k bytes de memoria total; elaboramos programas de estadística a la Comisión Federal de Electricidad, me convertí en experto programador, en lenguaje ensamblador, antes de los metalenguajes (FORTRAN, BASIC, ALGOL). Entre 1977 y 1979 me pasaba prácticamente la vida en la oficina, pegado a las computadoras. Trabajaba día y noche en lenguaje maquina, a veces incluso en binario, en octal, en hexadecimal. Hoy las computadoras son unos flanes y nadie, solo pocos las entienden.
Me hice un “hacker” capaz de hacer lo que quería con las micros de entonces, me fastidie, me harte de todo. Además no era ese el camino que me llevaría a donde quería llegar. Nuevamente la fortuna me bendijo y el día en que me renuncian, salgo a sabiendas que vivo de mi sueldo, sin ahorros, me dirijo a la Facultad de Economía, estaba a poca distancia, busco a mi Maestra Kovalsky y me entrevisto con su esposo Ariel, ambos argentinos, ambos judíos y tras breve platica, me ofrece hacerme cargo del programa matemático de la Subsecretaria de Programación, a cargo de Pancho Labastida, del quien era su Asesor Externo de cabecera.
La tesis que elabore entonces fue un trabajo enorme que incluyo teoría cibernética, un modelo de simulación formado por cuatro países con economías figuradas por matrices insumo-producto de 52 sectores, y la aplicación de ocho métodos de análisis de interrelación económica, el Chenery Watanabe, el Rassmusen, El Von Gunter Strassert, el “Z” y otros que cada uno seria una tesis Doctoral, per se.
Cambié la cibernética por la filosofía y estudie para Filósofo, me adopte ahora hijo de Aristóteles. Me di cuenta que el saber esta en las profundidades del inconsciente y me entregue al Psicoanálisis y me harte entonces de las burocracias y las perversiones de la política que se inauguraban hacia finales de los años ochentas. Entonces, cambie mi residencia a este sur de México.
Hoy que se llama una Revuelta Cibernética, por Julian Assange fundador de Wikileaks, perseguido, acosado por los imperios; 30 años después de mi alejamiento de la cibernética, me rejuvenece saber que ha llegado el momento de volver a usar las computadoras para algo más que “chatear”, bajar música o ver películas XXX.
Recuerdo muy bien el día que conocí al maestro Zurita; estaba en su cubículo pequeño, obscuro y lleno de estudiantes que se embelesaban con su discurso cantadito, con sonsonete latinoamericano. Pregunte por él, me miro, le explique lo que quería, le hablé de mi tesis, me barrio con la mirada y dijo “se lo regalo”, un librito que decía “Método PERT para hacer Tesis”. Seco, le conteste: ya la tengo terminada. Hizo cara de chileno ofendido, me dijo que le dejara una copia y que regresara después. Nos hicimos muy amigos, exigio y obtuvo que mi trabajo fuera premiado con Mención Honorífica.
Estudie Economía en una época en que el mundo seguía dominado, por la cristiana idea de que la historia de la humanidad era producto de la dialéctica de las fuerzas productivas, de que la economía era causa de los cambios en la superestructura de las sociedades, en donde habitaban lo mismo los automóviles que el arte, el diseño que la opera, el talento, todo ello, supeditado a la explotación del hombre por el hombre y las relaciones de producción. Realmente una estupidez total, en la que siguen embelesados la gran mayoría de los románticos parricidas clásicos, insertados como lastre, en la llamada izquierda mexicana, en el PRD , el PT o peor, en grupúsculos orillados al terror.
Elegí estudiar Economía porque me interesaba mucho gobernar mi país, convertirme en un hombre de Estado y porque me desagradaba la idea de ser abogado, me aburría el terreno de las leyes, el camino clásico y obligado para entrar al mundo de la Política. Tampoco me satisfacían las Ingenierías, porque no me llamaba convertirme en un hombre de técnicas y de concretos. Estudie Economía por intuición. La gran sorpresa comenzó cuando me topo con unos estudios plagados de banalidades, lacrimosos y completamente inaceptables para una mente brillante, que para entonces sabía a la perfección que me definía a mí ser. Siempre he vivido a base de golpes de la fortuna y de un chingo de trabajo. Conocí a Elena Kovalsky, la gran maestra universitaria, quien me enseño las matemáticas necesarias para dominar el plan de estudios. Pronto me convertí en el estudiante más destacado en matemáticas, en una Facultad en donde nadie sabía ni aritmética, excepto Héctor, un hombre genial y perverso. Casi nunca asistía a las clases de su seminario de Métodos Cuantitativos Aplicados a la Economía; el horario de 8 a 10 de la noche se convertía, cuando llegaba, en clase de 9:30 a 1 de la madrugada; precursor de la Programación Lineal aplicada a la Economía, en realidad Héctor Espinosa Berriel, era el auténtico fundador de la computación aplicada a la economía en México.
Los métodos de simulación, la teoría de juegos, los métodos estocásticos, las matrices de insumo producto, la programación no lineal, la imperturbable econometría, eran la materia prima donde construir los paradigmas portentosos, con los cuales deslumbrar a la competencia de cualquier especie. Me hice discípulo de Héctor, me invito a trabajar a su despacho y en su oficina, con computadoras de escritorio marca Cromemco, con 64 k bytes de memoria total; elaboramos programas de estadística a la Comisión Federal de Electricidad, me convertí en experto programador, en lenguaje ensamblador, antes de los metalenguajes (FORTRAN, BASIC, ALGOL). Entre 1977 y 1979 me pasaba prácticamente la vida en la oficina, pegado a las computadoras. Trabajaba día y noche en lenguaje maquina, a veces incluso en binario, en octal, en hexadecimal. Hoy las computadoras son unos flanes y nadie, solo pocos las entienden.
Me hice un “hacker” capaz de hacer lo que quería con las micros de entonces, me fastidie, me harte de todo. Además no era ese el camino que me llevaría a donde quería llegar. Nuevamente la fortuna me bendijo y el día en que me renuncian, salgo a sabiendas que vivo de mi sueldo, sin ahorros, me dirijo a la Facultad de Economía, estaba a poca distancia, busco a mi Maestra Kovalsky y me entrevisto con su esposo Ariel, ambos argentinos, ambos judíos y tras breve platica, me ofrece hacerme cargo del programa matemático de la Subsecretaria de Programación, a cargo de Pancho Labastida, del quien era su Asesor Externo de cabecera.
La tesis que elabore entonces fue un trabajo enorme que incluyo teoría cibernética, un modelo de simulación formado por cuatro países con economías figuradas por matrices insumo-producto de 52 sectores, y la aplicación de ocho métodos de análisis de interrelación económica, el Chenery Watanabe, el Rassmusen, El Von Gunter Strassert, el “Z” y otros que cada uno seria una tesis Doctoral, per se.
Cambié la cibernética por la filosofía y estudie para Filósofo, me adopte ahora hijo de Aristóteles. Me di cuenta que el saber esta en las profundidades del inconsciente y me entregue al Psicoanálisis y me harte entonces de las burocracias y las perversiones de la política que se inauguraban hacia finales de los años ochentas. Entonces, cambie mi residencia a este sur de México.
Hoy que se llama una Revuelta Cibernética, por Julian Assange fundador de Wikileaks, perseguido, acosado por los imperios; 30 años después de mi alejamiento de la cibernética, me rejuvenece saber que ha llegado el momento de volver a usar las computadoras para algo más que “chatear”, bajar música o ver películas XXX.
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