Desatada una autentica operación
de encubrimiento y mentira -algo parecido a una emergencia de estado- con la diferencia de que no es el gobierno el
que asume el poder de censura y control de daños, sino los poderes fácticos que
realmente mandan en México, encabezados por TELEVISA, TV Azteca, Milenio,
OEM-Sol de Toluca: se intenta ocultar nuevamente la catástrofe sufrida por Peña
Nieto. El ridículo cometido al visitar la Universidad
Iberoamericana, se suma al repudio brutal que concita el
Greña Gel, expresado por las 200, 300
mil o mas almas reunidas en el Zócalo de la Ciudad de México, en el concierto de Paul
McCartney y que a toda costa y cualquier precio se pretende esconder,
disfrazar, olvidar en la memoria y la inteligencia, en la razón de la población
de México.
Si las imágenes de la gente en la
capital de la República Mexicana,
chiflando y gritando en contra de Peña y apoyando desaforadamente a Andrés
Manuel, no se han difundido por ningún canal de televisión, tampoco lo harán
con las de los “chavos” gritando “¡la
Ibero no te quiere, la Ibero no te quiere!”… mientras el candidato de
TELEVISA huía por la puerta trasera de las instalaciones de la Universidad
Iberoamericana.
Los chavos de la Ibero, quienes días antes
despidieran a Andrés Manuel López Obrador entre vítores y gritos de
“¡Presidente, Presidente!”, se prepararon desde un día antes para no dejar
pasar la ocasión y poder expresar su repudio a Peña Neto. Es más, lo persiguieron
desde su escabullida del auditorio “José Sánchez Villaseñor” hasta su
camioneta… Peña Nieto apretó el paso, entró al edificio de Arquitectura pero,
tras de sí, iba una larga estela de jóvenes que no dejaban de gritarle
“¡Asesino, asesino!”
El testimonio de una alumna,
escrito en su blog Indeed dice “¿Creen que nos haga algo la Ibero? ¿Tomarán acciones
contra los que protestamos? Son algunas de las preguntas que surgieron días
antes del viernes. La respuesta fue
sencilla, estudiamos en una universidad que apoya la libertad de
expresión. El resultado no fue el esperado. Antes de las 9 de la
mañana los estudiantes se enfrentaron con una realidad diferente, acarreados en la puerta diez esperando para
entrar, claramente todos con pancartas que apoyan a Peña Nieto y todos bajando
de un camión de la policía. Pero no sólo eso, estudiantes de la
carrera de Diseño Industrial narraron cómo “uno señor de traje gris –que luego
identificaron en los videos que tomaron– les ofreció 250 pesos a cambio de que
no hicieran preguntas incómodas”.
Pero nadie aceptó dinero alguno
-en el estilo que tanto fascina y mal acostumbrados están los burócratas
mexiquenses- pues aunque al inicio las preguntas no fueron incómodas, las
realizaron de tal manera que evidenciaron parte de la ignorancia de Enrique
Peña Nieto. Por ejemplo, un joven preguntó: “¿Qué hará con la pobreza, los
indígenas y las ‘anomias’? Peña Nieto inclinó un poco su cabeza en señal de
desconocimiento (dicen que pregunto si el joven había dicho “a nomames”), por
lo que el interlocutor, regresó al lugar para explicarle que es la población
que vive entre una comunidad y otra y carece de identidad, documentos y
artículos de bienestar social. La reacción del mexiquense detonó que desde las
butacas surgiera un grito: “Pásenle un ‘tumba burros’”. Otro de ellos preguntó:
“¿Cuál considera que es el motivo por el cual las encuestas formales lo ponen
arriba y las informales abajo? Una interrogante más fue por qué se vendía como
un producto. Y mientras él evadía las respuestas, afuera del auditorio decenas
de jóvenes que seguían la transmisión por una pantalla gigante gritaban: “¡No
queremos producto chatarra!”. No obstante, hasta ese momento los gritos no
pasaban de “¡Fuera, fuera, fuera!” o la exhibición de cartulinas, en las que se
advertía: “Soy prole pero tengo memoria”. “¡No queremos a un títere!” “¡Atenco
no se olvida!” “¡La Ibero
no vota EPN!”… las consignas fueron subiendo de tono: “¡Asesino, asesino!”,
mientras otro grupo de jóvenes portaban pequeñas pancartas maquiladas en rojo,
en las que se advertía: “Contigo hasta Los Pinos”, al tiempo que coreaban
“¡Peña, Peña, Peña!”.
Para ese momento los chicos
Ibero sacaron una manta blanca, con letras negras y algunas pinceladas de
rojo: “Atenco somos todos!”. Afuera, los jóvenes empezaron a sacar máscaras de
papel con el rostro de Carlos Salinas y se las sobreponían en sus caras;
adentro, cuestionaban a Peña Nieto si el modelo económico que impondría, de
ganar, sería el mismo que el del expresidente. O, por ejemplo, ¿qué se debe
hacer con la corrupción en Coahuila? Y una más, de llegar a la máxima posición
de la administración federal, “¿qué garantía nos da de que no dejará un país
como en el Edo México, con un primer lugar en delitos, homicidios, feminicidios
y dos millones de pobres?”
Hasta aquí, Peña Nieto había
podido sortear sin mayores complicaciones los cuestionamientos, sin embargo,
cuando respondió que el caso Atenco fue una acción asumida para conservar el
orden público, provocó una reacción inesperada entre quienes se encontraban
fuera del auditorio, que para ese momento colmaban la plaza, escaleras y
puentes entre edificio y edifico. “¡Asesino, asesino, asesino!”, “¡Peña
asesino! ¡Peña, asesino!”, fue el grito que se volvió uno solo. “¡La Ibero no te quiere!”.
El candidato presidencial decidió
salirse por una de las puertas laterales del auditorio, utilizada sólo por el
rector de la
Iberoamericana. Y las mujeres universitarias parecían las más
ofendidas por la respuesta de Peña Nieto sobre el caso Atenco y empezaron a
gritarle, “¡Cobarde, cobarde!”, “Sólo las ratas se van por las alcantarillas”.
Entonces Peña Nieto apareció en
medio de la explanada y los jóvenes, al verlo, se fueron sobre él, por lo que
el candidato corrió junto con sus guardaespaldas El grupo compacto entró al
edificio de Arquitectura, ahí los guardias metieron al priista en el último
cubículo, donde permaneció por unos 20 minutos. “Luego salió de ahí, yo lo vi.,
tenía la cara como de espantado. Miró a toda la gente que lo esperaba abajo y
en las escaleras; entonces se metió al baño de mujeres, pero uno de los que
venía con él lo jaló y le abrió la puerta de hombres”.
El repudio de los estudiantes
contra Enrique Peña Nieto quedó atrás, y al día siguiente en Coahuila, regresó
a su zona de confort, donde él es el de la fotografía, del abrazo, el beso, la
sobada y el aplauso fácil. El mal sabor de su visita a la Universidad
Iberoamericana lo diluyeron cerca de 15 mil integrantes de la
estructura del PRI que lo arroparon…. Total TELEVISA, MILENIO, y sobre todo periódicos
de la OEM que
edita los Sol, en especial el de Toluca, afirman categóricamente “Éxito de Peña
Nieto pese a intento orquestado de Boicot”
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