Muestran en Twitter
#ApoyoMundialAMLO
Sin que lo sepa aún, la columna
invitada en este Sueño Sureño, es la voz y letra de Epigmenio Ibarra, uno de
las protagonistas de la comunicación, que mas ha luchado por una televisión
libre. Su trabajo defiende esta vocación, que ha producido materiales muy
importantes como la telenovela Mirada de Mujer o Capadocia. Cabe señalar que
Epigmenio fue corresponsal de guerra, antes de fundar en sociedad con Carlos
Payan (La Jornada)
la compañía Argos, una de las pocas empresas culturales independientes en
México.
Critico independiente, declarado
ciudadano en movimiento, activista a favor del cambio verdadero que encabeza Andrés
Manuel López Obrador, Epigmenio publicó en el Periódico Milenio esta columna
que lleva el nombre de la Hora
de la Verdad y
que trata sobre la necesaria oportunidad que la vida política, le ha deparado a
Josefina Vázquez Mota: el gesto republicano, para sumar fuerzas en contra de la
dictadura perfecta, los poderes de facto y el títere que pretenden imponer como
presidente: Peña Nieto.
“No hay plazo que no se cumpla.
Finalmente Josefina Vázquez Mota, los panistas que la siguen y quienes, hasta
ahora y sin partido, están decididos a votar por ella tendrán que tomar una
decisión. Es evidente que su candidatura no da para más. Su franco declive
habrá de hacerse aún más pronunciado en los próximos días. No es ella quien
cerrará el paso a Enrique Peña Nieto. Al contrario. Si, pese a
la evidencia, Josefina persiste en la carrera, además de irse a un vergonzoso
tercer lugar será el escalón sobre el que se monten el PRI y Peña Nieto para la
restauración del régimen autoritario.
Triste y trágico será para los
panistas honestos y patriotas que sus votos solo sirvan para que regresen a la Presidencia aquellos a
los que, en 2000, prometió Fox sacar a patadas de Los Pinos. Toda una historia
de lucha por la democracia se verá entonces traicionada. Inútil habrá sido el
empeño de panistas ilustres, luchadores por la democracia, como Manuel
Clouthier. Puede Josefina, con un acto de honestidad y valentía, recuperar los
principios de su partido. Principios que Diego Fernández de Cevallos, Vicente
Fox y Felipe Calderón atropellaron.
Vergonzoso sería que, a cambio de
impunidad para los gobernantes actuales, Vázquez Mota, cuyas posibilidades de
ganar son nulas, terminara como alfil de la campaña de Peña Nieto. Refrendar la
complicidad con los priistas es, a estas alturas, una traición que el PAN puede
pagar con su propia existencia. Difícil será que sobreviva como alternativa
democrática viable si termina haciendo el trabajo sucio para Peña Nieto.
En esa dirección se mueven,
precisamente, los integrantes del equipo de campaña de Vázquez Mota. En la
línea de Los Pinos, y sabiendo que su candidata no es competitiva, han decidido
meter las manos al fango y enderezar sus estrategias de guerra sucia
contra López Obrador. Los ataques contra Peña Nieto demostraron ser tan
ineficientes como superficiales. Esa era una contienda puramente escenográfica.
La realidad es que el candidato de Felipe Calderón no era Ernesto Cordero, sino
Enrique Peña Nieto.
Debe Josefina Vázquez Mota
decidir ahora —y mandar una franca señal a sus simpatizantes— si permite que se
la utilice otra vez o si, por el contrario, se presta y presta a México un
servicio histórico. Debe, pues, Josefina Vázquez Mota sumarse a la tarea
patriótica de detener el regreso al pasado de este México herido. Nada obtendrá
Josefina, más allá de la vergüenza de haber contribuido a que México se hunda
en el autoritarismo, si continúa en la contienda. Dos proyectos se enfrentan en
las urnas y ella debe decidir si está a favor de la transformación profunda que
México necesita o si, por el contrario, se pronuncia por aquellos que, por
décadas nos han saqueado.
Llamar a sus seguidores a votar
por Andrés Manuel López Obrador. Sumar fuerzas con los que pretenden salvar a
México de ese vergonzoso e incomprensible retorno al pasado es un acto de
patriotismo y racionalidad. No importa lo que digan las encuestas, ella, frente
al espejo, sabe que sus posibilidades se reducen dramáticamente.
No se trata de un problema de
competencia personal, sino del legado de ineficiencia criminal y guerra que,
muy a su pesar estoy seguro, ella terminó encarnando. Nada le dice al votante
su discurso. Menos le dicen sus múltiples errores. Va cuesta abajo y no hace
falta que nadie se lo diga. Ella lo sabe. Va cuesta abajo, además, porque, como
en el dominó juega contra dos enemigos y un traidor. Felipe Calderón y antes Vicente
Fox han pasado 12 años fortaleciendo al PRI, preparando su regreso.
Ninguna posibilidad hubieran
tenido esos (el PRI) que hundieron al país en la miseria, la impunidad y la
corrupción si esos dos mandatarios panistas, traicionando el mandato recibido
en las urnas, no les hubieran tendido la mano. Dinero, influencia, espacio
político; una verdadera plataforma para recuperar la Presidencia de la República construyeron
Fox y Calderón para los priistas.
No se trata solo de los errores
cometidos, que son muchos y pesan. Se trata fundamentalmente de una franca y
sucia complicidad, establecida, desde la Presidencia de la República con aquellos a
los que era su deber someter ante la justicia. Porque de eso, precisamente, es
de lo que hablamos; de que un partido que ha cometido incontables delitos
vuelva, impune y legitimado, por sus fueros. Lo cierto es que estamos ante la
hora de la verdad. Honestidad, valentía y patriotismo se necesitan para detener
a la maquinaria del revolucionario institucional.
Si Josefina da un paso al frente
eso será posible. Si a ella la acompañan los que por el PAN quieren votar no
llegará a Los Pinos Enrique Peña Nieto. Es el momento de sumar fuerzas. No hay
derrota que pese cuando se salva, con un gesto valiente, a un país entero de
caer de nuevo en el pasado.
No comments:
Post a Comment