Había leído desde hace varios años, de las andanzas del Gordo Montiel o el Luis Miguelon, pa'los cuates: que el Porta di Roma, que cheques de 25 mil para hacer cuentas al final de la farra o ahí que quede; que de orgias y de guaruras en Hummers. Me acorde de aquella entrevista al Padre, Arturo Montiel, en casa de los Santines. Me daba asco su cercanía. Destilaba nauseabundo y hediondez.
Hace unos´días leí un testimonio de un compadre que se topo con un Ferrari en Metepec, al que le dio el paso, pero, inmediatamente después varias Meches Benz, le cerraron el paso a este vecino, y a punta de pistola estuvieron a punto de asesinarlo. Nuevamente era uno más de los testimonios de la vida del hijo de Arturo y Paula.
Pero ayer me toco vivir un hecho horroroso. Resulta que se me ocurrió tomar un vapor en unos Baños, la verdad modestos, sobre Tollocan, cerca de la zona de hospitales, mientras que le hacían una "talacha" a mi automóvil.
La cosa es que al salir, inmediatamente me percate de la presencia de un sujeto de traje y corbata, oscura, en la recepción de los dichosos baños. Instalaciones muy regulares, para gente común y corriente, para amantes desesperados y para crudos irredentos.
Pero de pronto note, pues era evidente, la presencia de dos mujeres, chaparras, medio robustas, de trajes grises y de corbatas también. Mientras las miraba note que entraba por la puerta que da al estacionamiento un cuate como de 2 metros de altura, de pelo medio chino, de cara redonda, blanco y rubio; vestido con chaleco café, con una bandera de México a la altura del pecho derecho y que se metió a la zona de vapores generales. Me pareció extraño pero no asocie nada, en ese momento.
Pero al salir a la calle, veo que Tollocan esta extraña: en la esquina de la avenida veo a un sujeto muy moreno (un gorila) con lentes negros, traje u corbata y mirada retadora; sobre la misma banqueta, pero en la esquina contraria esta una mujer mas alta y fornida, con traje negro y corbata, quien recorre la acera y sube a un puente peatonal.
Entonces me doy cuenta de lo que pasa, al menos eso creo en ese momento: están dos camionetas negras estacionadas y una gris, de vidrios polarizados, así como unas 3 motonetas negras, Hardley Davidson.
A la entrada del estacionamiento de los baños públicos, miro como unos 6 policías estatales, los de solapas verde limón están parados en la entrada junto a unos 4 o 5 "gorilas" mas, aparte de todos los que he descrito.
En ese momento relaciono todo y concluyo que es el hijo de Arturo Montiel, aunque me pregunto ¿que hace aquí? Sostengo la mirada en el ¿policía, guardaespaldas, asesino, delincuente, gorila? de la esquina y me increpa: "¿que me ves hijo de tu puta madre?" literal
Detengo un taxi, para que me transporte al taller donde deje mi automóvil y al platicar lo que vi, el taxista me dice ¡ah, si! todas las semanas pasa lo mismo. "Es que ya pusieron jacusi es que ya hay jacusi en los Baños...."
Me siento provocado, increpado, desafiado, humillado, torturado. NO se puede seguir como estamos.
Hago un llamado urgente a un levantamiento armado inmediato, antes que sea tarde y tengamos que enfrentar a los Marines gringos. Estos que tiranizan, aun son cobardes y pendejos.
Hace unos´días leí un testimonio de un compadre que se topo con un Ferrari en Metepec, al que le dio el paso, pero, inmediatamente después varias Meches Benz, le cerraron el paso a este vecino, y a punta de pistola estuvieron a punto de asesinarlo. Nuevamente era uno más de los testimonios de la vida del hijo de Arturo y Paula.
Pero ayer me toco vivir un hecho horroroso. Resulta que se me ocurrió tomar un vapor en unos Baños, la verdad modestos, sobre Tollocan, cerca de la zona de hospitales, mientras que le hacían una "talacha" a mi automóvil.
La cosa es que al salir, inmediatamente me percate de la presencia de un sujeto de traje y corbata, oscura, en la recepción de los dichosos baños. Instalaciones muy regulares, para gente común y corriente, para amantes desesperados y para crudos irredentos.
Pero de pronto note, pues era evidente, la presencia de dos mujeres, chaparras, medio robustas, de trajes grises y de corbatas también. Mientras las miraba note que entraba por la puerta que da al estacionamiento un cuate como de 2 metros de altura, de pelo medio chino, de cara redonda, blanco y rubio; vestido con chaleco café, con una bandera de México a la altura del pecho derecho y que se metió a la zona de vapores generales. Me pareció extraño pero no asocie nada, en ese momento.
Pero al salir a la calle, veo que Tollocan esta extraña: en la esquina de la avenida veo a un sujeto muy moreno (un gorila) con lentes negros, traje u corbata y mirada retadora; sobre la misma banqueta, pero en la esquina contraria esta una mujer mas alta y fornida, con traje negro y corbata, quien recorre la acera y sube a un puente peatonal.
Entonces me doy cuenta de lo que pasa, al menos eso creo en ese momento: están dos camionetas negras estacionadas y una gris, de vidrios polarizados, así como unas 3 motonetas negras, Hardley Davidson.
A la entrada del estacionamiento de los baños públicos, miro como unos 6 policías estatales, los de solapas verde limón están parados en la entrada junto a unos 4 o 5 "gorilas" mas, aparte de todos los que he descrito.
En ese momento relaciono todo y concluyo que es el hijo de Arturo Montiel, aunque me pregunto ¿que hace aquí? Sostengo la mirada en el ¿policía, guardaespaldas, asesino, delincuente, gorila? de la esquina y me increpa: "¿que me ves hijo de tu puta madre?" literal
Detengo un taxi, para que me transporte al taller donde deje mi automóvil y al platicar lo que vi, el taxista me dice ¡ah, si! todas las semanas pasa lo mismo. "Es que ya pusieron jacusi es que ya hay jacusi en los Baños...."
Me siento provocado, increpado, desafiado, humillado, torturado. NO se puede seguir como estamos.
Hago un llamado urgente a un levantamiento armado inmediato, antes que sea tarde y tengamos que enfrentar a los Marines gringos. Estos que tiranizan, aun son cobardes y pendejos.
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