Jugué con los títulos de esta CARTA, que pudo llamarse “Candidatos” o también “A mí que me importa quien es” pero decidí el titulo que hace referencia a la obra escrita por Paco Ignacio Taibo II. Porque es la impresión que me provoca el momento político de la sucesión, en las Presidencias Municipales, en las Cámaras Legislativas Estatales y de la Federación. Que más parece un carnaval, por el travestismo, por la exhibición en cueros, por el desfile de bailarinas exóticas. En realidad es una comelitona, en que disfrutan hienas y chacales, zopilotes y buitres. Y así no debe ser la política.
El día de ayer opine en el Noticiero del Canal 28, sobre el comentario de mi compañero Ignacio Macedo, por afirmar que “la ignorancia no lleva a ningún lado” y a continuación declararse orgullosamente Priista. Doble desacierto, pues el candidato del PRI es el prototipo de la ignorancia, combinada con la sevicia y el descaro. Peña Nieto es el súmmum de la hondonada a que ha llegado México, como país y sociedad.
Ahora toca el turno a todos aquellos, que en esta temporada de zopilotes hacen del periodismo, una suerte de congal y de los periodistas una bola de pirujas. Son la mezcla de gracejadas combinadas con el rumor, es la pluma en subasta para escribir o no escribir al servicio de quien paga el arrabal aventurero. Son espaldarazos mal redactados; intrigas palaciegas con remitente encriptada. Es un barranco en que se despeña el noble oficio de comunicar a la sociedad, en aras de intereses muy particulares, sin cuidado de las formas y menos del estilo literario.
Es el momento del chayote y del embute, son ríos de dinero que corren desde las oficinas de comunicación social, al servicio de los ediles que marcan favoritos, a favor de sus patrimonios, para presionar: es coerción, es extorsión. Porque en ningún panfleto oportunista, en los tabloides vergonzantes, que se ofrecen como golfas de Sullivan o Villalongin, se encuentran noticias que hablen sobre programas, planes, proyectos, debates, opiniones, currícula, foros, o encuentros en donde la sociedad sepa, conozca y decida realmente quien puede y debe gobernar.
Sin pudor alguno, se mencionan los dos o tres nombres para las Presidencias Municipales de Tejupilco, Temascaltepec, Amatepec, San Simón, dando por hecho que uno debe ser el afortunado. Igualmente sucede con los aspirantes a las diputaciones locales y estatales. Se acusan de favorecer a fulano o zutano, de que el diputado local quiere (así dicen ¡Quiere!) ser ahora diputado federal, mientras otro ¡Quiere! regresar a ser presidente. No menciono nombres, porque no soy comparsa de esta orgia sinvergüenza, que me causa estertores estomacales tempraneros. La política es un honor que deberíamos recordar todos, es una responsabilidad y es una experiencia compartida, transparente y diáfana.
Recuerdo que hace cosa de 25 años, dirigí la campaña, mas bien la intención amistosa, para apoyar a un Catedrático Emérito, en su propósito de ser designado Director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Por cierto no resulto elegido por el Consejo Universitario, en virtud de los devaneos caprichosos y amanerados, del entonces Rector Jorge Carpizo. Sin embargo el método es lo relevante. Se llamo Diagnóstico y Sucesión, y cobro tal interés entre la comunidad universitaria, que la revista PROCESO 580, dedico un espacio, donde por cierto destaca la calidad de la publicidad, de la metodología y del planteamiento frente a los estudiantes, catedráticos y trabajadores.
Como el cargo de Director es un asunto académico, el diagnostico tenía que partir de asuntos relacionados con la investigación, la docencia, publicaciones y méritos culturales. Luego fue construir el perfil de los candidatos que se conocían en la Facultad, así como las Fortalezas y Debilidades, de cada uno de ellos. El trabajo incluyo entrevistas con los Maestros mencionados y todo el material se envío a Rectoría, para que a su vez se turnara al Consejo, pues es la forma como se gobierna la UNAM.
Entonces, ¿si en la UNAM, el Consejo Universitario decide con su voto de naturaleza aristocrática quien dirige a cada Facultad, porque, si en el sur del estado de México, la elección recae en los ciudadanos empadronados, no se consulta a las bases para designar a los candidatos del PRI o de la Izquierda (PRD-PT-MORENA) que son los que cuentan con la fuerza electoral para triunfar en los comicios?
¿Que méritos tienen realmente, no con simulaciones, Noe Barrueta o Guillermina Cacique o Isael Villa, para creer que deben seguir como representantes populares en las legislaturas? O ¿porque creer que el apoyo que pueda dar el presidente o el diputado, basta para ser ungidos, para que después y solo entonces después, intentar persuadir, engañar, convencer a la ciudadanía por su voto?
Son sabidas las “negociaciones” para seleccionar a los candidatos mexiquenses. Es uno de los tópicos más siniestros, que urge desterrar en el estado de México. Porque el entregar cantidades de dinero para fulano, tales regidurías para zutano, es inaceptable: es la práctica común. En el estado de México no se gobierna con los mejores ciudadanos. El sistema político local, es un negocio repulsivo, que cada vez causa más pobreza y atraso. Es indispensable participar activamente y desaparecer esta practica viciosa. Hace falta un programa político claro y que considere los temas centrales de Gobierno: Obra Pública. Transparencia. Rendición de Cuentas y Auditorias. Educación. Cultura. Deporte. Turismo. Vialidades. Programas Sociales. Relaciones con el Gobierno Estatal y con la Federación. Aplicación Irrestricta de la Ley. Seguridad y Narcotráfico.
Por eso ¿A mi que me importa quien sea, sino que se propone hacer y con quien va a gobernar? Yo tengo mi programa y lo voy a detallar la siguiente CARTA SUREÑA
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