En las postrimerías de la
celebración del día del Padre, considero que el mejor regalo que he recibido en
mi vida, ha sido la convivencia con jóvenes estudiantes pertenecientes al movimiento
#Yo Soy 132 Estudiantes Libres de Tejupilco y la extraordinaria sobremesa, de
casi tres horas con mi familia, analizando, debatiendo, comentando las noticias
nacionales, internacionales y locales de esta expresión política, inédita y
ejemplar. Porque es la hora esperada hace más de dos décadas.
Porque hoy que reviso las
primeras informaciones y las notificaciones del día, me encuentro con una
declaración del candidote de la maestra Gordillo, todo un provocador que
califica de enigmático el apoyo que la juventud mexicana y de America Latina
brinda a los programas de izquierda; pero también veo que un adolescente
sureño, perfectamente identificado, escribe consignas amenazantes (los voy a
atropellar, los ¡mataré!) en la imagen del movimiento juvenil en el sur del
estado de México. Entonces me pregunto ¿Cuál es mayor amenaza? ¿Un joven aun
infantil que agrega que López Obrador es un peligro para México, producto de la
soberana ignorancia y el enorme miedo que existe en la sociedad sureña? ¿O la
insolencia del farsante del PANAL, cuya mayor sorpresa que le da forma a su
enigma, es la falaz certeza de que la estructura magisterial que lo impulsa
(como puede comprobarse lamentablemente en la UPN Tejupilco) había llegado a
un perfeccionamiento en la deformación de las mentes juveniles, convertidos
supuestamente en seres apáticos,
individualistas, irresponsables?
Es que la realidad demuestra que
la primavera estudiantil no es sino la actual vanguardia de un movimiento
masivo, popular, insertado en la vida comunitaria o familiar, que ha decidido
luchar contra una realidad excluyente que los desprecia y desampara. Los
jóvenes #Yo Soy 132 han hecho consciente las perversas consecuencias de un
modelo que, durante las últimas tres o cuatro décadas los ha dejado, sin
contemplaciones humanas, a la vera del presente nacional. Se resisten a
continuar por la senda, ciertamente benéfica para unos cuantos, que ha venido
marcando sus nublados destinos. No aceptan el asignado rol de parias ni la
exclusión de un desarrollo que debían ser para todos. Y están dispuestos a
enfrentar el horror y la descalificación, las advertencias, la censura, los
castigos e incluso las represalias de parte de la burocracia servil. Pero eso
se va a acabar.
“Yo soy 132” no es un grito, es una
declaración de reconocimiento del otro, de exposición de motivos individuales y
colectivos, una aglutinación de conciencias, de voluntades que nos enseñan que
ser joven no significa ser sumiso, indolente, apático, ajeno a las decisiones
que determinan el futuro de su país. Son las conciencias más claras y
transparentes que aún ven una posibilidad para salvarnos de la decadencia y el
mal tiempo. “Yo Soy 132”
son los primeros brotes de una primavera mexicana; no es un voto, es una
necesidad inaplazable, un imperativo categórico, una voz que nos llama a ser.
Porque la juventud libre emerge
de manera inesperada para agentes como Quadri, para niños como López, pero
emerge de manera organizada. Surge como resultado de un proceso histórico.
Existen luego entonces, porque nosotros sus padres mantuvimos viva la llama de
la rebeldía y el deseo eterno de la libertad y de la independencia. Sin conocer
a ninguno aun, los padres de cada uno de los jóvenes que se están organizando y
manifestando en todo México, son el auténtico tesoro nacional, que mantendrá
viva a la nación mexicana.
Vale recordar entonces, en este
día, algunos de los puntos fundamentales para entender la paternidad, ese lugar
de la locura y la muerte, sujeto a los más perros ataques, virulentos y sistemáticos,
por los beneficiados del regicidio, que se ha vuelto parricidio cotidiano. Los ínclitos
miembros de las oligarquías dominantes: es decir los meros ricotes asociados a
los políticos más veniales y mortales y la iglesia católica puestísima en
primera fila, para ofrecer el auxilio de su padre imaginario, de su dios
protector, el gran salvador y lavador de culpas.
Es momento de recuperar la
esencia del ser humano, porque solo quienes eligen el género de vida activo o
político eligen un género de vida superior. De ellos puede decirse con justeza
que son seres humanos. Mientras los que sin ninguna deliberación o menos
todavía de elección, viven bajo alguna de las espacies o formas de vida pasiva
o pasional, habrá que decir que son mas animales que políticos, porque a pesar
e contar con inteligencia se muestran incapaces de ejercerla, viviendo en
vigilia como en sueño, dormidos por mas que tengan los ojos abiertos. Son las
huestes del PRI y del PANAL.
Quiero dejar asentado que si algo
pensé, tras la invitación (primera que recibo en 20 años de vecindad sureña)
para participar y conocer a los jóvenes que organizan la Marcha del próximo domingo
24 de junio, que partirá a las 10:30 de la mañana de la Ciudad deportiva de
Tejupilco, fue la presencia reunida de alegría con inocencia, de valor con
determinación y conciencia social, de inteligencia, fortaleza y unidad. Casi
olvide las voces dormidas, los ojos de “toro loco”, los desánimos dipsómanos y
viciosos de muchos otros estudiantes, frustrados, redomados por pseudo maestros
que matan las acrópolis juveniles (dice una maestra de Psicología “ya no es lo
que eran” hablando del movimiento #Yo Soy 132 y corre a seguir enchuecando
destinos) Jóvenes que por carecer de los ejemplos necesarios han sido victimas
y victimarios. ¡Ya no más!
Frente a la retórica burda y hueca
del PRI y de los grupos cuasi paramilitares que enfrentan con violencia (por ejem.
en el Estadio Azteca) a los otros, nosotros de voz y voto decisivo. Contra las
pantomimas simuladas de otras personas que solo existen a cambio de dinero, de promesas
y de tortas y frutsis. En apoyo moral, político, social y económico de la
juventud, que abiertamente se declara en contra de la manipulación de la
información por los medios masivos de comunicación y de la imposición del
candidato Peña Nieto,
Por todo ello y por más que vendrá
de aquí al 1 de julio, en forma de fraude, corrupción, violencia y provocación.
Por la presencia real de la amenaza surgida del miedo y de la ignorancia y por
el peligro del cinismo y la fatalidad que enfrentan quienes ya se soñaban
dueños nuevamente de México, sin ninguna oposición…
En este día del Padre hay que
recordar nuevamente que nosotros somos aquellos que aquilatamos perfectamente
la diferencia que existe entre el padre y el déspota: que en tanto que el padre
gobierna en beneficio de la esposa y los hijos y solo de manera accidental se
favorece él mismo con su gobierno, el déspota manda exclusivamente buscando su
propio provecho, del que solo por accidente se benefician la esposa y los hijos…El
primero es el Padre a favor de un gobierno para todos, el de AMLO, mientras que
los segundos, son los déspotas que desean el retorno del PRI.
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