Termino el Primer Congreso Nacional de Psicología (CoNaPsi) que se llevo a cabo en las instalaciones de la UAEM en Tejupilco y es momento de analizar y evaluar este evento, que por su naturaleza y origen, eminentemente estudiantil, tendrá que ser calificado con moderación y reserva. Un trabajo así es lo que necesita la educación pública en el Estado de México, para intentar salir de la atrofia en que vive. No obstante hay muchos “negativos” (así les llaman ahora los “payasos” que manipulan la opinión pública) que hay que señalar para que no se cometan nuevamente y que esta experiencia sirva realmente para los estudiantes que participaron, los organizadores, para la comunidad universitaria y para la Dra. Guadarrama, cabeza y responsable de que esta reunión, se haya desarrollado por primera vez en la región. Distingo tres flaquezas manifiestas a lo largo del Congreso, dos de las cuales no son atribuibles al trabajo de Rosalinda y sus muchachos, pero una sí lo es. Comenzaré por las dos primeras.
Es el sentido sofista de esta clase de eventos académicos. Es el glamour y efectismo, vanidad y apariencias, son los límites y carencias personales, es la nadería convertida en alfombra roja de farándula, funambulesca. Congresos, Seminarios o Conferencias son ocasiones que aprovechan quienes han convertido la Academia en guarida y estanco. Son el desfile de los antiguos duques condesas y barones, traducidos en maestrías y doctorados, en grados y calidades de acuerdo al origen de la fuente de las que brotan. No es lo mismo un master en Harvard –aunque sea el destinado a estudiantes latinoamericanos, de seis meses- que una maestría sabatina en la Leona Vicario de Tejupilco o la Zarate Albarran de Temascaltepec. De todas maneras ambos linajes no sirven para nada productivo y solo se utilizan para “galanear” en estas ferias de las vanidades
Inaugurado por el Dr. Tinoco que sigue sin ser confirmado en el puesto y la Dra. Guadarrama, Coordinadora de Psicología, se dio el banderazo de salida a las actividades programadas por este Congreso, desairado por la Rectoría Universitaria a pesar de su carácter nacional, primero y único en la región.
Un segundo aspecto negativo que influyo en el desarrollo del Congreso, fue la discordia que prevalece e impera en el Sur del Estado de México. Mientras que en la pasada clausura de cursos de la UNID, con Legionario de alza cuello blanco al frente, se reunieron en torno a la Dirección del Plantel, autoridades del Municipio de Tejupilco, lo mismo que de la Normal de Maestros, de las Preparatorias, la UAEM y la UTSEM, en cambio, un Congreso Nacional, académico y estudiantil, no posee mayor poder de convocatoria que la de sus propios organizadores. Es la grilla pueblerina, son los intereses minúsculos, inmediatos y netamente personales, son los compromisos cupulares, ciegos e ignorantes, inconscientes pero instintivos.
Precisamente allí es donde hay que buscar las causas que provocan el segundo tache en el desarrollo del CoNaPsi. Es la mala educación con que son deformados los estudiantes desde los niveles básicos. Hay envidia y falta de cooperación. Veo con profunda malestar y tristeza que la juventud, hombres y mujeres sureños ven en la caballerosidad o en la femineidad, síntomas de debilidad que no quieren demostrar. Son los miedos a ser atentos, amables y corteses. Es la brusquedad y la altanería, los gritos y el desdén. Resultaba increíble ver que los estudiantes de administración en el edificio frente al auditorio donde se desarrollaba el CoNaPsi, se negaron a bajar, entrar e involucrarse en una importante actividad académico-estudiantil. Lo mismo se pudo observar con la mayoría de los maestros y docentes que se sintieron amenazados, desplazados, observados por los demás, los otros que llegaron de diversas partes de la república mexicana.
Por falta de espacio seré breve en el punto relativo a las fallas imputables al grupo organizador. Estaban apáticos, desganados, sin entender, soberbios y poco entusiastas. La conferencia que me antecedió el día que participe, con el trabajo inédito sobre Ética y Psicoanálisis, estaba con un Auditorio medio lleno, después quedo medio vacío. Nunca antes se habían reunido en Tejupilco las voces de Aristóteles, Freud, Lacan, Platón Shakespeare, Gracián, Maquiavelo o Reyes Heroles, pocos oyeron lo que dije, espero que algunos hayan entendido. Con eso basta. Estoy enterado que la asistencia general fue muy reducida en todos los eventos.
Creo que gano la avaricia, por pretender cobrar a todo aquel que deseara estar presente. No hubo oportunidad de que entraran aunque fuera de oyentes el magisterio, la Normal, la UPN, la UTESEM o la UNID, pero no asistieron ni los estudiantes de semestres inferiores de la propia carrera de Psicología. En la juventud sureña se nota pereza mental, hay desánimo, hay resistencias a creer, a saber, estar informados y buscar oportunidades nobles y profesionales, frente a la savia embaucadora de la tentación por el narcotráfico o el empleo allende el Bravo.
Además falto mucha difusión al Congreso, fallas naturales, inexperiencia, es sumamente difícil concitar voluntades en el Sur de México, no obstante es el primer peldaño, espero de muchos más que pueden ser, siempre y cuando, no se manche este CoNaPsi con la promesa que se dice ya es un hecho, el de la plaza asegurada para los cabezas visibles del comité estudiantil. Son jóvenes aún, los conozco desde que iniciaron sus estudios y de ninguna manera el CoNaPsi se debe convertir en puerta para “conseguir chamba”, porque entonces se corrompe todo.
Ahora más que nunca, repito nuevamente lo que exprese en la Carta Sureña anterior, el CoNaPsi está obligado a convertir al campus Tejupilco, con humildad primero, en reino de la Libertad de Cátedra y gobierno de la sabiduría, trabajo e investigación.
Es el sentido sofista de esta clase de eventos académicos. Es el glamour y efectismo, vanidad y apariencias, son los límites y carencias personales, es la nadería convertida en alfombra roja de farándula, funambulesca. Congresos, Seminarios o Conferencias son ocasiones que aprovechan quienes han convertido la Academia en guarida y estanco. Son el desfile de los antiguos duques condesas y barones, traducidos en maestrías y doctorados, en grados y calidades de acuerdo al origen de la fuente de las que brotan. No es lo mismo un master en Harvard –aunque sea el destinado a estudiantes latinoamericanos, de seis meses- que una maestría sabatina en la Leona Vicario de Tejupilco o la Zarate Albarran de Temascaltepec. De todas maneras ambos linajes no sirven para nada productivo y solo se utilizan para “galanear” en estas ferias de las vanidades
Inaugurado por el Dr. Tinoco que sigue sin ser confirmado en el puesto y la Dra. Guadarrama, Coordinadora de Psicología, se dio el banderazo de salida a las actividades programadas por este Congreso, desairado por la Rectoría Universitaria a pesar de su carácter nacional, primero y único en la región.
Un segundo aspecto negativo que influyo en el desarrollo del Congreso, fue la discordia que prevalece e impera en el Sur del Estado de México. Mientras que en la pasada clausura de cursos de la UNID, con Legionario de alza cuello blanco al frente, se reunieron en torno a la Dirección del Plantel, autoridades del Municipio de Tejupilco, lo mismo que de la Normal de Maestros, de las Preparatorias, la UAEM y la UTSEM, en cambio, un Congreso Nacional, académico y estudiantil, no posee mayor poder de convocatoria que la de sus propios organizadores. Es la grilla pueblerina, son los intereses minúsculos, inmediatos y netamente personales, son los compromisos cupulares, ciegos e ignorantes, inconscientes pero instintivos.
Precisamente allí es donde hay que buscar las causas que provocan el segundo tache en el desarrollo del CoNaPsi. Es la mala educación con que son deformados los estudiantes desde los niveles básicos. Hay envidia y falta de cooperación. Veo con profunda malestar y tristeza que la juventud, hombres y mujeres sureños ven en la caballerosidad o en la femineidad, síntomas de debilidad que no quieren demostrar. Son los miedos a ser atentos, amables y corteses. Es la brusquedad y la altanería, los gritos y el desdén. Resultaba increíble ver que los estudiantes de administración en el edificio frente al auditorio donde se desarrollaba el CoNaPsi, se negaron a bajar, entrar e involucrarse en una importante actividad académico-estudiantil. Lo mismo se pudo observar con la mayoría de los maestros y docentes que se sintieron amenazados, desplazados, observados por los demás, los otros que llegaron de diversas partes de la república mexicana.
Por falta de espacio seré breve en el punto relativo a las fallas imputables al grupo organizador. Estaban apáticos, desganados, sin entender, soberbios y poco entusiastas. La conferencia que me antecedió el día que participe, con el trabajo inédito sobre Ética y Psicoanálisis, estaba con un Auditorio medio lleno, después quedo medio vacío. Nunca antes se habían reunido en Tejupilco las voces de Aristóteles, Freud, Lacan, Platón Shakespeare, Gracián, Maquiavelo o Reyes Heroles, pocos oyeron lo que dije, espero que algunos hayan entendido. Con eso basta. Estoy enterado que la asistencia general fue muy reducida en todos los eventos.
Creo que gano la avaricia, por pretender cobrar a todo aquel que deseara estar presente. No hubo oportunidad de que entraran aunque fuera de oyentes el magisterio, la Normal, la UPN, la UTESEM o la UNID, pero no asistieron ni los estudiantes de semestres inferiores de la propia carrera de Psicología. En la juventud sureña se nota pereza mental, hay desánimo, hay resistencias a creer, a saber, estar informados y buscar oportunidades nobles y profesionales, frente a la savia embaucadora de la tentación por el narcotráfico o el empleo allende el Bravo.
Además falto mucha difusión al Congreso, fallas naturales, inexperiencia, es sumamente difícil concitar voluntades en el Sur de México, no obstante es el primer peldaño, espero de muchos más que pueden ser, siempre y cuando, no se manche este CoNaPsi con la promesa que se dice ya es un hecho, el de la plaza asegurada para los cabezas visibles del comité estudiantil. Son jóvenes aún, los conozco desde que iniciaron sus estudios y de ninguna manera el CoNaPsi se debe convertir en puerta para “conseguir chamba”, porque entonces se corrompe todo.
Ahora más que nunca, repito nuevamente lo que exprese en la Carta Sureña anterior, el CoNaPsi está obligado a convertir al campus Tejupilco, con humildad primero, en reino de la Libertad de Cátedra y gobierno de la sabiduría, trabajo e investigación.
No comments:
Post a Comment