Sunday, March 20, 2011

ENSAYO POLÍTICO: DE TEPITO A TEJUPILCO

Con la autorización del autor que soy yo mismo, me da mucho gusto presentar un adelanto de mi primer libro sobre el Sur del Estado de México:
“No he podido borrar los recuerdos de mi primera visita a Temascaltepec, con el tiempo, por el contrario, se hicieron más poderosos en mi conciencia… Apenas tenía seis años y me aprestaba a realizar un viaje con rumbo a lo desconocido, solo con mi Papá, en la camioneta guayín nueva de mi Abuelo… Fue muy emocionante lanzarse a la aventura, a bordo de un vehículo inapropiado para transitar por los caminos inciertos y en búsqueda de las señales que indicarían el arribo al pueblo encantado. Había que localizar un cerro con forma de “bola”, una cruz y bajar por ese lugar… A partir de allí comenzó lo mejor, porque la vereda que bajaba al centro de Temas estaba enfangada, era tiempo de lluvias y los resbalones y patinazos de las llantas del auto, que se coleaba no se comparaban con ningún tiovivo, con ningún tobogán. Mas emociones extremas llegaron al subir al “rancho”, otra vez las señales eran pasar un puente y doblar a la izquierda. Entonces sí que ya no se pudo, el auto se atasco, llegamos a unos 50 metros de la entrada de la propiedad, enclavada en la confluencia de los Barrios de Magdalena, Peñas y Gachupina… allí se encontraba también la Abuela Ángela, recia, gruesa, china, chata, morena, dientona, risueña, muy enojona… Allí quedaron las anécdotas de ese primer viaje, allá por el año de 1962. Son fotografías que se detuvieron para siempre… allí la sensación inolvidable de nadar encuerado en la cisterna rebozada de torrentes de agua, y los nombres de Martín y su Papá, Don José, el “voyyvengo”, por su acuciosidad en el trabajo, obsesión en los deberes y fuelle incansable.
Esa primera visita despertó mi interés en la naturaleza y sus múltiples significados y sensaciones; en la oscuridad negra total, los sonidos. En el Don de Mando, los sabores y olores verdaderos, en los huevos fritos de ambos lados, el comal caliente con leña, las tortillas realmente hechas a mano, de maíz molido en la mañana, el café puro y fuerte. En el esfuerzo al caminar por laderas inclinadas, el sudor chorreante y la satisfacción al recoger con las propias manos los frutos que en abundancia brotaban de los árboles: aguacates, duraznos, limones, mangos, arrayanes, nísperos, limas, chiles, manzanas. Allí regresé muchos años después”

Es parte del prólogo que introduce al lector al primer Ensayo Político escrito sobre esta región tan distante de Toluca, la Capital, cercenada de todo México, la República.
“Cartas Sureñas” se inscribe dentro de dos grandes tradiciones literarias, la del ensayo político sobre nuestra historia e instituciones constitucionales, y la del ensayo realizado en epístolas extensas, el “gustus”, el del estilo de la prueba inaugurado por Montaigne en el siglo XVI. En Occidente, el género se remonta a las “Cartas Provinciales” de Pascal, para adquirir el rango clásico conocido como las “Cartas Persas” de Montesquieu, publicadas por vez primera en 1721. Más tarde Voltaire cultivaría la misma especie con sus “Cartas Inglesas”, mientras que en España esta tradición se seguiría con las “Cartas Marruecas” de Cadalso.
En México este género de la literatura encuentra en las Cartas Mexicanas de Alfonso Reyes, compiladas por el Colegio de México y en las Cartas Mexicanas escritas por Patricio Marcos, un abismo en el tiempo, en el método y la forma, suficientes y ejemplares para analizar a todo México, desde el triángulo sureño, el formado por las fronteras de los Estado de México, Michoacán y Guerrero.
En estas CARTAS SUREÑAS el lector encontrará un mosaico contrastante que va del análisis político a la gastronomía, del recuento histórico a las fiestas y la danza, del enfoque psicoanalítico al catálogo de barbaridades de los últimos años: Paulette, Legionarios de Marcial Maciel, la bestialidad del narcotráfico, el asesinato de Juan Camilo Mouriño y sus similitudes con Luis Donaldo Colosio.
Hay recuerdos de personajes ilustres en la historia literaria nacional: Octavio Paz, Emilio Rabasa, Monsiváis, incluso Germán Dehesa (mas que por sus escritos, por su conteo exacto de los días de infamia de Arturo Montiel) o Emilio Pacheco y Gabriel Zaid, además de los universales Garcia Marquez, Saramago, Shakespeare y Vargas Llosa.
Son CARTAS de obligada lectura las que analizan la Dictadura Perfecta, la Bufalada y la Herencia Sucesoria, para quienes desde el PRI o fuera del RIP, pretendan anticipar con exactitud milimétrica el devenir de la comedia ritual, con variantes drásticas a las que marcaron una tradición y costumbre: del fiel de la Balanza al destape TELEVISADO, del Presidente de la República al Capo di tutti los Capos.
Hay CARTAS premonitorias que tratan de Conspiraciones, o del Apocalipsis prevenido hace 500 años por la sabiduría maya y que se empata con la fantasía del PRI, por reconquistar el poder y retornar a los Pinos, en contra de la maldición atlacomulca. Otras CARTAS en cambio, contienen pasajes destinados al futbol, al beisbol e incluso al fut americano. Reflexiones sobre el tiempo libre y sus usos, el amor, los libros, la lectura y la palabra, a los festivales, los campamentos y congresos universitarios.
Son CARTAS clave aquellas que tratan sobre el Proyecto Temascaltepec, la cuarta Etapa del Sistema Cutzamala, donde la originalidad económica supera a la exactitud de la ingeniería, en un ansia de revalorar obligadamente el intercambio entre la ciudad y el campo. Y las que abordan los temas del Progreso Improductivo, inserto en la cultura del desperdicio, del frenesì consumista; y la Duda en el Hombre, apenas un vistazo en la Ética a Nicomaco, el padre de Aristóteles, al acto de la deliberación y la elección, en un México al que se le pretenden cancelar, totalmente, las puertas alternas para ser de otro modo.
Sea entonces en esta semana del parto en el monte, el advenimiento de una obra destinada a hacer política. Política clásica, basada en el conocimiento, al análisis, la opinión y el debate. Tratado en contra del ostracismo, el tartufismo y la maquinaria del establishment, de la mafia resistente en todos los estadios, las partes y entrañas del Estado Nacional, particularmente y con virulencia en el Estado de México.
Es mi espada en prenda, un guante arrojado en franca y abierta lid a nuestros adversarios. CARTAS SUREÑAS podrá ser adquirida a partir de mañana en la Librería la WeB o N@D@, en esta primera edición artesanal, numerada y de colección
“Desde Tejupilco, tierra caliente, tierra del color, del calor, tierra de gallos y mujeres hermosas” La Gran Comilona. Presencia Sureña en Expo-Sam’s. CARTAS SUREÑAS, pagina 68.

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