Tras ser exhibido nuevamente Enrique Peña Nieto, en menos de una semana, por la prensa española que le entrevisto, al no saber a cuanto asciende el salario mínimo en México, (lo que equipara al candidato del PRI con el precandidato del PAN apellidado Cordero, quien declara que $6 mil pesos mensuales alcanza a una familia para comer, vestir, estudiar, pagar casa, auto y escuela particular). Es necesario saber algo más que el origen familiar del pretendiente; de su formación en escuelas religiosas, de su filiación al OPUS DEI (el de los flagelos en el Código Da Vinci), el de su precocidad sexual y la infidelidad que lo estigmatiza; o el ser padre de dos hijos fuera de matrimonio –uno de los cuales murió- de sus olvidos y aversión a la lectura. Hay que saber más para entender a este animal político.
Pensando donde encontrar pistas me detuve en una novela escrita por Patricio Marcos titulada El Procastrinador, (el hábito de no hacer algo por negligencia) que aunque escrita en referencia a Vicente Fox, me parece que ayuda también, para tratar de explicar la naturaleza de Peña Nieto. Suceden los siguientes diálogos en el acto I
CONSEJERO… Si hay un lugar que simbolice la paternidad en México ese es la Presidencia. Es cierto, hasta hoy una paternidad mancillada, delincuente, abusiva, criminal, mentirosa, mucho mas pariente del tirano que del padre. Tu, por una misión salvadora inexplicable, hija de un misticismo absurdo, has buscado con ahínco ocupar ese lugar a pesar de la fascinación y horror que te produce.
Fíjate bien, otra vez el destino pone ante ti, quizá por última vez, la oportunidad de anudar los hilos más importantes de tu vida: tu principio y tu fin. Si atas una cosa con la otra resucitaras de la muerte monigota en la que vives. Si no, te enterraras, todavía más.
FELIX.- No entiendo ni jota. Aclara rápido las cosas que salgo a atender a mis partidarios, desde hace rato esperan ansiosos mi presencia…
CONSEJERO:- ¿A que Presidente te pareces más?
FELIX.- Todos lo dicen… Madero… ¿Qué tanto me parezco?
CONSEJERO.- el era bajito, tu altote; el católico y voluntarista, tu también; para colmo el era espiritista, tu feroz iconoclasta y vives la fantasía de ser el Gran Salvador de la Patria, por razones religiosas. El era soltero, al igual que tu. Eso si, nunca fue padre ni tuvo hijos como tu, que sin haberlos tenido, eres después de un mat6rimonio marcado por la tragedia de la paternidad padre sustituto, artificial. Cuatro entenados te agenciaste, retoños de árboles diferentes. ¿Los adoptaste o fue simulación para ser adoptado por ellos?
FELIX… no creo en las familias reconstruidas. En el pasado eso tenia nombres espantosos. Si me casara otra vez, además de padre adoptivo, mis cuatro pobres hijos contarían con dos madrastras.
CONSEJERO…Lo tuyo no son las mujeres; no se si las canicas lo fueron en tu infancia, pero las mujeres es lo que menos se te da en la vida. Para ti son y serán enigmas sacramentales, tentaciones peligrosísimas, por las que te desPeñas, promotoras virtuales que hacen de tu locura accidental algo permanente… Detalle adicional. De traicionarte harías el ridículo: mientras tus odiados antecesores entraron casados y salieron con amantes, tú entrarías con amante y saldrías casado…
Calibra esto, ocuparas el puesto de mayor poder que hay en México, la ciudadela de las decisiones. Mezclar eso con tu destruida capacidad para elegir es tan explosivo como volverte a casar ya que una u otra cosa conducirá a que el drama vivido de la paternidad pueda desembocar en algo trágico para el país.
¿De vivir, no te hubiera cuestionado tu progenitor sobre este mal papel teatral de padre adoptivo? ¿Por qué si rehúyes a la paternidad, a la que desde adolescente criticabas de hipócrita, insistes en ella? …¿No era tu pretensión evitar, a cualquier precio, la repetición de las cosas mal hechas por tu madre y por tu padre?
A menos que juzgues que el daño en los hijos ajenos es menor que en los propios…
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