La revisión anual del contrato colectivo entre la SEP y el SNTE, aunado al periodo electoral sexenal y los ataques que ha recibido el gremio de los maestros, provoco que el fin de semana, el sindicato “endureciera su postura” entre otras cosas, rechazando “checar tarjeta” con un reloj en el sitio de trabajo, no permitir que se nombren directores en los planteles de bachillerato adscritos a la SEP y no aceptar los resultados de los exámenes de evaluación, para discriminar a los buenos de los malos maestros, en un juego maniqueísta, que solo puede tener una lectura por la sociedad: ¡Auxilio!
La respuesta del SNTE, al igual que la CNTE y en general de todos los maestros oficiales ha sido la denegación, el rechazo al extremo, la incapacidad para reconocerse, la híper sensibilidad a la critica, la desvergüenza, cinismo y falta de amor propio, a la sociedad y a la nación que esta depositada en sus manos para ser educada.
El grito de ¡Auxilio! Es para que lo escuchen todos los ciudadanos mexicanos. Incluso aquellos que están embelezados en el Bajío, haciendo caravanas al Papa Benedicto XVI. También a los jóvenes dichosos que eligieron ser parte del Vive Latino 2012, en vez de perderse en la ignorancia fantasiosa de los ministros de culto del Vaticano, azuzados por los demagogos de la televisión, que matan con la palabra hueca, que asesinan las almas impreparadas con peroratas vacías, porque este fin de semana murió más gente, murió del corazón, que los muertos por la guerra de Felipe Calderón.
Es el caso del sur del estado de México y específicamente en Tejupilco, descomunicado, sin radio y con una sociedad afectada por la discordia, impulsada y capitalizada por las elites políticas que se benefician y aprovechan del egoísmo sembrado, de la envidia causada por las formas y modos, del individualismo que campea, de la sospecha eterna ante la mentira y los condicionamientos a la sociedad.
A diferencia de la Ciudad de México, donde la presencia de cientos, miles de estaciones radiales, de medios impresos, de fuentes de información diaria y fidedigna, en Tejupilco hay dos estaciones legales que repiten la nefasta programación de TV Azteca y la peor canalla de Radio mexiquense. Por eso, es que en estos momentos en que se acercan los tiempos electorales, el paisaje sureño reproduce estampas idénticas a las mostradas por la película La Ley de Herodes, -que responde ¡claro esta! al o te chingas o te jodes- Filmada en 1999 y dirigida por Luis Estrada, protagonizada por Damian Alcazar y Pedro Armendáriz (q.e.p.d) la película detalla el momento previo al “destape” al gobierno de un una entidad federativa, que bien podría ser el estado de México.
Las horas de angustia que vive el lic. Fidel López (Armendáriz) en la esperanza de que su amigo se convierta en candidato del PRI, transcurren al parejo de la viveza de “Varguitas” (Alcazar) aprendiendo el oficio de Presidente Municipal de San Pedro de los Saguaros. Basada en la obra homónima de Jorge Ibarguengoitia, el filme retrata un momento político acontecido en 1949, en tiempos de aquel desaguisado nacional, que represento el gobierno del “cachorro de la Revolución” Miguel Alemán Valdés.
Lo terrible del caso es que las formas, modos, usos y costumbres, la imposición de los candidatos, la espera y la desesperanza, la sumisión incondicional, la farsa y pantomima de las promesas, obras, entregas, ideas y cacicazgos que ocurrían hace mas de 60 años en México, permanecen iguales en este año 2012 en el estado de México y cito a la Carpeta Angular del 18 de marzo de Jorge Díaz Navarro “los aspirinos les restaría pasar a la etapa de espera, de morderse las uñas, caminar en círculos, mantener sus celulares con pilas y crédito suficiente…” La única diferencia es que en La ley de Herodes, el teléfono tradicional es el punto de reunión y angustia de los “suspirantes” de los que continúan en la creencia de que “el que no transa no avanza”, del “estas pobre porque quieres”, y de “si en este país hubiera democracia, el presidente usaría sotana”
Frente a la designación piramidal, ante el ungimiento vertical y desde arriba, en la angustia de ver salir “humo blanco”, las huestes de los hombres que esperan ser designados candidatos por el PRI, solo atinan a guardar las formas mientras el gran elector, decide a “quien le toca” sin mediar en absoluto la base social. Sin consultar a la gente y sin importarle tampoco si el designado es el candidato correcto o no.
Al igual que con la educación, para que regrese el buen gobierno a México, es indispensable la presencia de la gente, su participación activa. La educación debe ser arrebatada al magisterio, por los padres de familia que educan a sus hijos, porque las elites que viven de los presupuestos públicos, no harán nada que les pudiera afectar su propia y única intención, de continuar viviendo del presupuesto publico. Porque la simbiosis entre malos gobiernos y peores maestros, es fortaleza que sostiene a la dictadura.
Por eso ha crecido la fuerza del magisterio sindical al grado actual. Por la indiferencia de la sociedad, por aceptar la obediencia impuesta, por ignorancia y por soberbia. Y lo puedo decir yo, que he sido testigo aislado, segregado, desde que llegue a esta región y me encontré con una forma de comunicación chocante e inexplicable: se trata de la palabrita “dicen” y parece que con ello va todo, la vida, el destino, la fe, la certeza, la elección, la determinación total, toral, absoluta, sin mácula ni preguntas de mas… “dicen” es decir así es. Sin reflexión, sin preguntas, ni respuestas, sin dudas, sin nada mas que el “dicen” Expresión fatal de la ignorancia, el desprecio al saber, el deseo de cambiar, y que es la palabra que mas repiten precisamente los encargados de la educación, los maestros sureños, que “dicen” y allí quedan, hasta ahí llegan.
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