He leído dos o tres veces Las
Batallas en el Desierto y ya me disponía nuevamente, ahora que lamentamos la
ausencia del Escritor, pero me he topado con la película “Mariana, Mariana” (1987),
basada en la obra de José Emilio Pacheco, con buenas actuaciones de Pedro Armendáris
en el papel de Carlos, Mariana
interpretada por Elizabeth Aguilar -reina de belleza y primera Playmate mexicanita-
la del chico Quiroz como Carlitos, que me recordó la teleserie Papa Soltero,
los papeles de la madre y el padre muy bien interpretados por Saby Kamalich y Aarón
Hernán. Una buena película que transporta al lector a otro mundo que permite
reflexionar la vida de manera diferente. Es lo que llamo Galaxia Gutenberg, la
de las letras por supuesto, y Galaxia
Lumiere, la de las visiones, la que diera inicio hace más de 125 años, cuando
los hermanos Nicolás y Juan Lumiere convirtieran el hallazgo del
descubrimiento de la electricidad de Alva Edison, en un espectáculo por
excelencia.
El ordenamiento correcto en la educación
natural, permitió entonces, a partir de
la lectura, transportarme al mundo de las imágenes para desatar recuerdos,
mitos, tabús, temores, fobias, filias y cuantas tentaciones conscientes y ocultas
anidan en el ser de toda la humanidad. Así pude experimentar las siguientes
impresiones: La obra de José Emilio es un clásico de la literatura universal,
porque podría ser la vida de cualquier
persona. Como en el Rojo y Negro de Stendhal, Carlitos es Julián Sorel, es la
biografía de los neuróticos obsesivos, atrapados en los delirios de Edipo,
haciendo trampas en el amor, asediando a las doncellas de dudosa reputación,
propiedad de otro hombre, mayores de edad, dispuestos a rescatar a la damas en
desgracia, el romanticismo excelso, el todo a cambio de nada, la fascinación
por completar la falta, el atrevimiento, lances imposibles...
Quede mudo -por eso escribo- por las
escenas de la peli donde los Padres de Carlitos se muestran inflexibles en el
cuidado del control de las pasiones de la carne, la moral chata, envidiosa,
asustada, censora, retrograda, mortal. Por recuerdos que son miles de veces
peores, cada vez que mi despertar sexual era descubierto por mis Pa's....
La escena del pinche maldito
cura... esa mojigatería que descubrí tan rápido y deseche, en razón de la
inteligencia natural que nació conmigo, que hace que seamos así en México. Cuando
la sociedad nacional apachurra la inteligencia y de manera darwiniana, esta se
moviliza hacia escondrijos, tentaciones, dudas... Nada más mexicano que la
envidia, los celos, la desestimación. Nada es más amenazante en nuestro país que
la brillantez.
Ver las imágenes me hizo
detenerme y pensar que, de haber recibido un trato justo, en razón de mi
naturaleza, seguramente ya seria ahora Premio Nobel en Literatura o en Física o
en Economía o Presidente de México. Pero la moral espantada, la necedad por
igualar a los hermanos, los celos inconscientes me convirtieron durante muchos
años en un "durmiente" -me ahorro lo de bello-, un francotirador, una
inconsciencia de la que, por fortuna, estoy despertando a la medianía de mi
edad...de mi vida.
Y concluyo con las escenas de
destrucción de la Colonia Roma, tras el Terremoto de 1985. Esta parte no existe
en la obra original, es el recreo del Director de la película (Alberto Isaac) y
del argumentista (Vicente Leñero). Ambos figurones de la cinematografía, que
transportan al espectador a comprender el contexto de una de las frases finales
del libro, es el dialogo entre Carlos ya mayor de edad y su amigo Rosales,
quien le revelara el destino de Mariana, tras ser descubierta como icono
venerado de Carlitos, el amor sentido por la Mamá de Jimmy… “ese mundo nuestro
ya no existe... se derrumbo..."
Fue entonces, cuando por
instinto... tome la decisión de mudarme al Sur del estado de México...
Describo este caso personal, por necesario,
pues pocas veces he entendido cabalmente la razón de mi mudanza a estos parajes
campiranos. Porqué importa resaltar la relación libro-película y señalar que la
operación inversa no es posible. No son multiplicaciones y aquí el orden de los
factores altera completamente el producto. Sencillamente no existe un puente
del “Homo videns” al “Homo Sapiens”. Todo lo contrario. Leer y escribir permite
construir humanidad, ergo, el orden contrario, ver imágenes sin el hábito de la
lectura, destruye a la humanidad. Allí está la “causa necesaria” de la Mala
Educación que se impone a la niñez mexicana. Vale la pena señalar como “causa
primera”, la que está en el origen de la acción deliberada, en mal educar a los
estudiantes del sistema público, radica en la intención de formar consumidores,
para el mercado pactado hace 20 años con los EUA, vía TLC. Y como “causa
eficiente”, la que se disputa en este
momento, entre los miles o millones de personas convencidas de las bondades de
la ganancia monetaria, los teleadictos, los peones de las corporaciones vendedoras de
toda clase de productos y servicios, los histéricos que no viven sin
identificarse con el dinero, los esclavos de la pasión del oro, los defensores
de los significantes fálicos en Freud y
Lacan.
Son Batallas en el desierto las
que se libran en estos momentos en México 2014, semejantes a las descritas
entre judíos y árabes en México 1948. Divertimentos bélicos de todo tipo, entre
los abogados de la educación para la obediencia -Televisa, TV Azteca, el
Magisterio Público, Hollywood, el PRIANRD, el Congreso de la Unión y sus videos
nauseabundos, CEPROPIE y sus producciones que “mueven” a México. Batalla
desnivelada, contra nosotros, millones de mexicanos, capitaneados por una
pequeña parte consciente, de lo que está en disputa. Somos la defensoría de
oficio, de la educación para pensar y no
de la educación para obedecer.
Escaramuzas contra soldados peligrosos,
por el fanatismo que los mueve, por creerse parte de una cruzada atemperada,
necesaria contra la inteligencia mexicana, calificada como irracional,
resentida, vandálica. Duelos entre lectores y asaltantes a favor de hurgar en
los bolsillos de las masas intemperantes. Encuentros frontales entre el
intelecto y los promotores de la narcocultura, de las expresiones de
infracultura como la próxima “fiesta” en Tejupilco, con la presencia estelar del
Komander. Igual que el Gobierno de Michoacán envuelto en un escándalo con
Melissa Plancarte, hija del líder de los Templarios y un video musical en las instalaciones del
Poder Judicial. Son los Directores de escuelas que dicen en el mejor estilo de Esteban Arce “me
gustaría leerle una propuesta razonable y no sus resentimientos” (de un tal
Ricardo Ortiz) Quienes solo atienden que “la sociedad lo consume, ellos le
darían una mejor opinión!” (Abiud Hernández). No existe otro argumento que
justifique la presencia o no de un producto en el mercado, ya sea una crema que rejuvenece, una maquina de
ejercicio, un tónico para el vigor, o la impudicia de fascinarse con Tejuyork
(Sergio Cardoso), los imaginarios de los wanabe tejones. Hay otras puertas por
supuesto. En el mismo estado de Michoacán, la guardia comunitaria de Cherán, impidió la
presentación de “El Komader” en su comunidad por promover la llamada
“narcocultura”.
"Por su universalidad y su
tendencia a la hegemonía, lo audiovisual se ha convertido en un elemento
decisivo de la cultura". Pero la condición cultural del cine y la
televisión es negada o está confiscada por fuerzas políticas o intereses
económicos" que los convierten en instrumentos de poder o de cambio. De
otra manera, tal como se dijo en uno de los debates de Delfos: "No existe
diferencia jurídica alguna entre un filme de Fellini y un paquete de
cigarrillos". (Declaración de Delfos 1988)
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