Sunday, February 02, 2014

LAS BATALLAS EN EL DESIERTO

He leído dos o tres veces Las Batallas en el Desierto y ya me disponía nuevamente, ahora que lamentamos la ausencia del Escritor, pero me he topado con la película “Mariana, Mariana” (1987), basada en la obra de José Emilio Pacheco, con buenas actuaciones de Pedro Armendáris en el papel de Carlos,  Mariana interpretada por Elizabeth Aguilar -reina de belleza y primera Playmate mexicanita- la del chico Quiroz como Carlitos, que me recordó la teleserie Papa Soltero, los papeles de la madre y el padre muy bien interpretados por Saby Kamalich y Aarón Hernán. Una buena película que transporta al lector a otro mundo que permite reflexionar la vida de manera diferente. Es lo que llamo Galaxia Gutenberg, la de las letras  por supuesto, y Galaxia Lumiere, la de las visiones, la que diera inicio hace más de 125 años, cuando los hermanos Nicolás y Juan Lumiere  convirtieran el hallazgo del descubrimiento de la electricidad de Alva Edison, en un espectáculo por excelencia.

El ordenamiento correcto en la educación natural,  permitió entonces, a partir de la lectura, transportarme al mundo de las imágenes para desatar recuerdos, mitos, tabús, temores, fobias, filias y cuantas tentaciones conscientes y ocultas anidan en el ser de toda la humanidad. Así pude experimentar las siguientes impresiones: La obra de José Emilio es un clásico de la literatura universal, porque podría ser  la vida de cualquier persona. Como en el Rojo y Negro de Stendhal, Carlitos es Julián Sorel, es la biografía de los neuróticos obsesivos, atrapados en los delirios de Edipo, haciendo trampas en el amor, asediando a las doncellas de dudosa reputación, propiedad de otro hombre, mayores de edad, dispuestos a rescatar a la damas en desgracia, el romanticismo excelso, el todo a cambio de nada, la fascinación por completar la falta, el atrevimiento, lances imposibles...
Quede mudo -por eso escribo- por las escenas de la peli donde los Padres de Carlitos se muestran inflexibles en el cuidado del control de las pasiones de la carne, la moral chata, envidiosa, asustada, censora, retrograda, mortal. Por recuerdos que son miles de veces peores, cada vez que mi despertar sexual era descubierto por mis Pa's....
La escena del pinche maldito cura... esa mojigatería que descubrí tan rápido y deseche, en razón de la inteligencia natural que nació conmigo, que hace que seamos así en México. Cuando la sociedad nacional apachurra la inteligencia y de manera darwiniana, esta se moviliza hacia escondrijos, tentaciones, dudas... Nada más mexicano que la envidia, los celos, la desestimación. Nada es más amenazante en nuestro país que la brillantez.
Ver las imágenes me hizo detenerme y pensar que, de haber recibido un trato justo, en razón de mi naturaleza, seguramente ya seria ahora Premio Nobel en Literatura o en Física o en Economía o Presidente de México. Pero la moral espantada, la necedad por igualar a los hermanos, los celos inconscientes me convirtieron durante muchos años en un "durmiente" -me ahorro lo de bello-, un francotirador, una inconsciencia de la que, por fortuna, estoy despertando a la medianía de mi edad...de mi vida.
Y concluyo con las escenas de destrucción de la Colonia Roma, tras el Terremoto de 1985. Esta parte no existe en la obra original, es el recreo del Director de la película (Alberto Isaac) y del argumentista (Vicente Leñero). Ambos figurones de la cinematografía, que transportan al espectador a comprender el contexto de una de las frases finales del libro, es el dialogo entre Carlos ya mayor de edad y su amigo Rosales, quien le revelara el destino de Mariana, tras ser descubierta como icono venerado de Carlitos, el amor sentido por la Mamá de Jimmy… “ese mundo nuestro ya no existe... se derrumbo..."
Fue entonces, cuando por instinto... tome la decisión de mudarme al Sur del estado de  México...
Describo este caso personal, por necesario, pues pocas veces he entendido cabalmente la razón de mi mudanza a estos parajes campiranos. Porqué importa resaltar la relación libro-película y señalar que la operación inversa no es posible. No son multiplicaciones y aquí el orden de los factores altera completamente el producto. Sencillamente no existe un puente del “Homo videns” al “Homo Sapiens”. Todo lo contrario. Leer y escribir permite construir humanidad, ergo, el orden contrario, ver imágenes sin el hábito de la lectura, destruye a la humanidad. Allí está la “causa necesaria” de la Mala Educación que se impone a la niñez mexicana. Vale la pena señalar como “causa primera”, la que está en el origen de la acción deliberada, en mal educar a los estudiantes del sistema público, radica en la intención de formar consumidores, para el mercado pactado hace 20 años con los EUA, vía TLC. Y como “causa eficiente”,  la que se disputa en este momento, entre los miles o millones de personas convencidas de las bondades de la ganancia monetaria, los teleadictos,  los peones de las corporaciones vendedoras de toda clase de productos y servicios, los histéricos que no viven sin identificarse con el dinero, los esclavos de la pasión del oro, los defensores de los significantes fálicos en  Freud y Lacan.
Son Batallas en el desierto las que se libran en estos momentos en México 2014, semejantes a las descritas entre judíos y árabes en México 1948. Divertimentos bélicos de todo tipo, entre los abogados de la educación para la obediencia -Televisa, TV Azteca, el Magisterio Público, Hollywood, el PRIANRD, el Congreso de la Unión y sus videos nauseabundos, CEPROPIE y sus producciones que “mueven” a México. Batalla desnivelada, contra nosotros, millones de mexicanos, capitaneados por una pequeña parte consciente, de lo que está en disputa. Somos la defensoría de oficio,  de la educación para pensar y no de la educación para obedecer.
Escaramuzas contra soldados peligrosos, por el fanatismo que los mueve, por creerse parte de una cruzada atemperada, necesaria contra la inteligencia mexicana, calificada como irracional, resentida, vandálica. Duelos entre lectores y asaltantes a favor de hurgar en los bolsillos de las masas intemperantes. Encuentros frontales entre el intelecto y los promotores de la narcocultura, de las expresiones de infracultura como la próxima “fiesta” en Tejupilco, con la presencia estelar del Komander. Igual que el Gobierno de Michoacán envuelto en un escándalo con Melissa Plancarte, hija del líder de los Templarios y  un video musical en las instalaciones del Poder Judicial. Son los Directores de escuelas que dicen  en el mejor estilo de Esteban Arce “me gustaría leerle una propuesta razonable y no sus resentimientos” (de un tal Ricardo Ortiz) Quienes solo atienden que “la sociedad lo consume, ellos le darían una mejor opinión!” (Abiud Hernández). No existe otro argumento que justifique la presencia o no de un producto en el mercado, ya sea  una crema que rejuvenece, una maquina de ejercicio, un tónico para el vigor, o la impudicia de fascinarse con Tejuyork (Sergio Cardoso), los imaginarios de los wanabe tejones. Hay otras puertas por supuesto. En el mismo estado de Michoacán, la guardia comunitaria de Cherán, impidió la presentación de “El Komader” en su comunidad por promover la llamada “narcocultura”.

"Por su universalidad y su tendencia a la hegemonía, lo audiovisual se ha convertido en un elemento decisivo de la cultura". Pero la condición cultural del cine y la televisión es negada o está confiscada por fuerzas políticas o intereses económicos" que los convierten en instrumentos de poder o de cambio. De otra manera, tal como se dijo en uno de los debates de Delfos: "No existe diferencia jurídica alguna entre un filme de Fellini y un paquete de cigarrillos". (Declaración de Delfos 1988)

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