EL PROYECTO TEMASCALTEPEC: ¿PARTE AGUAS EN EL SIGLO XXI?
1. Carácter estratégico del proyecto.
Por no llamarle político, por la confusión de los términos, el carácter del proyecto Temascaltepec, cuarta etapa del denominado sistema Cutzamala, resulta estratégico tanto por el motivo que lo origina, el agua, como por el objetivo que se propone: abastecer a la ciudad de México, la gran capital de la República Mexicana; fenómeno de urbanización sin par, centro político y económico, cultural y social. El Valle de México: medio México.
Pues allí confluyen y se concentran más del 50% de todas las actividades económicas de país. La ciudad de México es hoy en día, en su enormidad, en sus dimensiones, en su peso especifico tanto por lo que necesita diariamente, como por lo que aporta sin cesar, resultado no previsto de la interacción de diferentes elementos tanto políticos y económicos como geográficos y poblacionales.
2. La Ciudad y el agua
Motivo de orgullo hace apenas 30 años, la concentración en la metrópoli y sus alrededores, hoy se vuelve absurda y gravosa, irracional y amenazante. El desbordante crecimiento del área metropolitana, comienza a situar las posibles soluciones a sus problemas más allá de lo socialmente deseable.
Pues ¿Que tipo de obras y transportes será necesario construir para combatir el desperdicio invaluable de millones de horas - hombre, perdidas diariamente, en la vialidad de la ciudad? ¿Que medidas se tendrán que tomar para controlar los establecimientos industriales que influyen en la contaminación ambiental? ¿Como evitar el colapso urbano que traerá consigo el incremento en el número de vehículos automotores que circulan por el reducido espacio urbano? ¿Es conveniente para la sociedad mexicana la desviación de cauces lejanos que satisfagan las necesidades de la industria y los habitantes del área?
A mediados del siglo pasado, apenas con más de 2 millones de habitantes, que vivían prácticamente dentro de la Ciudad de México, se inicia el abastecimiento de agua a la metrópoli, de fuentes lejanas. En 1948 las obras de Lerma en el estado de México habrían de dotar hasta 14 m³ x seg. a la capital. Fue necesario la construcción de acueductos, sifones y túneles.
Ya para entonces el abastecimiento de aguas exteriores resulta imprescindible para el Valle de México, que enfrentaba problemas alarmantes de hundimientos e inundaciones. En relación a 1900, en 1960 la ciudad se hundió más de 6 metros. Para 1997 el nivel de hundimiento fue de 8 metros y en algunas partes de la ciudad supero los 9.50 metros.
Este fenómeno ocasionó graves problemas en la red de drenaje, en la de agua potable y fue causa de las inundaciones que anualmente afronta la ciudad.
Entre 1950-1970 la concentración económica y poblacional en le Valle de México observo un enorme crecimiento. A partir de 1960 comienzan a crecer los municipios conurbados; surgen las ciudades satélites, la mancha urbana crece incesantemente. Sin embargo, durante todos estos años no hubo fuentes adicionales de agua en la ciudad.
A principios de los años 70¨s la demanda del líquido hizo crisis y fue necesario tomar medidas de emergencia. El plan de “acción inmediata” significó la perforación de baterías de pozos profundos que perseguían cubrir las necesidades de agua en el DF. y su zona metropolitana.
Fue entonces cuando la Secretaria de Recursos Hidráulicos comenzó a estudiar el abastecimiento de agua para la ciudad. Se analizaron las cuencas de Tecolutla y Tula, los estados de Veracruz y Puebla. En 1973 se determino que la cuenca del Cutzamala era la más conveniente para satisfacer las necesidades de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México.
En ese año se iniciaron los estudios preliminares del sistema Cutzamala y dos años más tarde comenzaron las obras por las que suspiraba la capital y sus alrededores.
3. El sistema Cutzamala
Las obras que forman el sistema Cutzamala fueron construidas a mediados de los años 40’s con la finalidad de generar energía eléctrica para la ciudad de México. Años después las modernas hidroeléctricas de Infiernillo, Malpaso y la Angostura, ocasionaron que el sistema Cutzamala no resultara conveniente para seguir generando la energía eléctrica que le dio origen, y por lo tanto se tomo la decisión de utilizarlo para el abastecimiento de agua para la capital.
En 1975 se inicio la transformación del sistema Cutzamala en este sentido y se programó la realización del proyecto en cuatro etapas: las tres primeras etapas aprovecharían las presas de Villa Victoria, Valle de Bravo y Colorines en el estado de México; así como dos pequeñas presas en Michoacán, ya construidas por la Comisión Federal de Electricidad; mientras que la cuarta etapa sería la única que supondría la construcción de la presa del Tule, en el municipio de Temascaltepec en el estado de México.
Entre 1975 y 1996 se ejecutaron las obras y entraron en operaciones sucesivamente: la primera etapa en la presa de Villa Victoria, con un caudal de 4 m³ x seg.; la segunda etapa la forman las presas de Valle de Bravo y la de Chilsedo que aportan respectivamente 6 y 1 m³; por último la presa de Colorines constituye la tercera etapa del Sistema Cutzamala y participa con 8 m³ x seg. de agua.
A la fecha el sistema Cutzamala abastece a la Zona Metropolitana de la Ciudad de México de un total de 19 m³ x seg. , que son enviados a través de un acueducto de 225 Km. de distancia, mediante bombas que la suben a más de 2,500 metros de altura, para ser repartidas en dos ramales: uno que corre hacia el sur de la ciudad y otro hacia el norte.
Pendiente está la cuarta etapa, planeada para producir un flujo de 5 m³ x seg. con lo que se completaría el sistema y se aprovecharía al 100% los dos ductos que ya están operando y que fueron construidos para transportar hasta 24 m³
Cabe señalar que dos de las razones en que insisten los responsables del Proyecto Temascaltepec son: que el agua de la cuarta etapa se utilizará en los 18 municipios del estado de México que se encuentran conurbados a la capital; y que el agua servirá para detener los pozos profundos en la cuenca del Lerma y en el municipio del Chalco, donde los hundimientos son de lo más acelerados.
4. Proyecto Temascaltepec: Cuarta etapa del Sistema Cutzamala.
Dotado de grandes recursos naturales, en Temascaltepec el recurso más valioso es su gente. Desde la época colonial, el Real de Minas de Temascaltepec fue referencia constante y fuentes de oro y plata extraídas del subsuelo por empresas españolas, norteamericanas, alemanas e inglesas.
El México revolucionario y el agotamiento de sus recursos minerales, bajo las técnicas de extracción y explotación de la época, alejaron al municipio de Temascaltepec de los nuevos rumbos por donde se movía entonces el país. La concentración industrial y la urbanización de las ciudades olvidaron el sur del estado de México del que es puerta de entrada Temascaltepec.
A principios de 1996, arrancaron en el municipio los trabajos de exploración y análisis con el objetivo de continuar con la cuarta etapa del sistema Cutzamala. El proyecto contemplaba en ese entonces la construcción de una presa de 100 metros de altura; con una capacidad de 80 millones de m³ de agua, para ser transportada a través de un túnel de 16 Km. de longitud por 3.5 m de diámetro. El inicio de la obra se programó en octubre de 1996 para ser terminado en diciembre de 1999.
A cambio de la construcción de las obras necesarias para la ejecución de la presa, se ofrecía una derrama económica directa por el empleo de 1500 trabajadores y la compra de los materiales necesarios en la región.
En octubre de 1998 se decidió replantear el proyecto Temascaltepec, ante la inconformidad de la población del municipio, así como de comunidades de Michoacán y Guerrero.
La sequía de los manantiales aguas abajo, pero también aguas arriba de la presa, junto con el desperdicio del preciado líquido en el Valle de México fueron el pretexto, las razones esgrimidas.
El proyecto actual considera la construcción de dos presas, de menor altura, de 13 y 31 metros respectivamente. El diseño de la infraestructura hidráulica así como las características del proyecto pretenden convencer a los habitantes de esta región, particularmente los que se suponen serán afectados, de que el nuevo proyecto no perjudicara en absoluto la dotación del agua acostumbrada y en general los usos de la zona.
Conducida ahora por una tubería de acero y concreto que habrá de rodear por los municipios de Zacazonapan, Santo Tomas de los Plátanos y Otzoloapan, habrá de llegar a la presa de Colorines y allí desaguar los 5 m³ x seg., con los cuales se redondearía el sistema Cutzamala.
La oferta a cambio del agua, pretende ser mejor: $20 millones de pesos en obras, supuestamente ya invertidas; un programa de desarrollo regional, un fideicomiso que asegure su cumplimiento; y 4000 empleo directos, en los dos años que tardaran las obras de construcción de las presas, de conducción del agua, de bombeo, torres de oscilación, canales y tanques. Derrama económica que al cabo de dos años podría ser cercana a los $48 millones de dólares al tipo de cambio actual, sin contar los beneficios que reportarían las compras y ventas indirectas, ni los perjuicios que acompañan la realización de estas inversiones: contaminación, inflación, depredación, delincuencia y muchas más.
En nuestra región la gente no es muy abierta a expresar sus opiniones, sin embargo una buena parte de la población se opone decididamente a esta obra, a cualquier precio; y hay otra parte de los habitantes que tampoco la quieren, aunque no lo digan.
5. El valor del agua.
Es propósito de este trabajo aportar algunas reflexiones y comparaciones respecto al intento de llevarse las aguas de Temascaltepec a la Zona Metropolitana de la Ciudad de México.
Independientemente de la certeza o lo razonable de la oposición regional al proyecto Temascaltepec, cabría preguntarse: ¿que son 5 m³ x seg.? ¿que valor se le esta imputando al recurso agua? ¿que garantías existen para que el crecimiento monstruoso de la megápoli no demande más y más agua, si ahora no le satisfacen 65 m³ x seg.? , y además se tira y desperdicia y no se reutiliza.
En un día, el agua que saldría de la presa del Tule a través del sistema Cutzamala equivale a 432 mil m³, y si un m³ equivale a 1000 litros, ¿porque no comparar este flujo de 432 millones de litros de agua diaria, con el precio del líquido embotellado?
Por ejemplo, si en lugar de agua fuera Coca Cola, el valor de un día a razón de 5 m³ x seg., supondría nada más la suma de $288 millones de dólares; si fuera gasolina, el valor del flujo de agua ascendería a $260 millones de dólares. Y si parece absurdo ¿que tal si se compara nuestra agua contra un barril de petróleo, que con 159 litros de crudo y a $21 dólares el barril, equivaldría a $57 millones de dólares; esto es, que un día de agua a precio de petróleo es más que la derrama económica generada por los 4000 empleados en la construcción del proyecto, durante los dos años que duraría.
6. Cultura por el agua o guerra
El problema del agua no termina con el proyecto Temascaltepec. La misma Comisión Nacional del Agua afirma que el país se seca. Si en los albores del siglo XX se transitó por una revolución cruenta por la tierra, al despuntar el tercer milenio, el inicio del siglo XXI se encamina hacia una guerra por el agua.
En nuestro país llueve mucho, pero en tanto el sureste nacional registra una precipitación media de 2000 Mm.; en el norte del país la precipitación apenas es de 500 Mm. Llueve mucho: 5125 m³ por habitante; 13 veces más que en Israel, país que en el desierto cosecha vergeles, pero en México apenas el 11% se almacena en presas. De estas últimas: 137 de las 200 presas de mayor capacidad, se encuentran en el límite de su vida útil. Mantener estas presas le costara al país más de $7,500 millones de dólares; y más del doble si se busca renovarlas por completo.
Contaminados todos los cuerpos de agua; infestados por descargas industriales y urbanas los más importantes vasos acuíferos; azolvadas las presas por la deforestación indiscriminada del territorio nacional: el agua, estratégica y prioritaria para la vida humana, requiere mucho más que una cultura del agua que la cuide, que la aprecie, que la utilice racionalmente y que la valore.
Con un consumo promedio diario de 300 litros de agua por habitante, la ciudad de México y sus municipios conurbados, registran índices alarmantes en todos los órdenes, sobre todo si se consideran las tasas de crecimiento poblacional, que prevé un aumento de 17 a 30 millones de habitantes en la zona metropolitana para el año 2010.
El año 2000 es símbolo de cambio en México. Esperanza renovada de que las cosas pueden y deben ser de otra manera; quizás lo primero que tenga que cambiar sean las relaciones entre la ciudad capital y el resto del país; y en seguida replantear los términos de intercambio de nuestros recursos naturales.
Si bien el artículo 27 constitucional establece claramente que todas las aguas son originariamente de la nación, es de elemental justicia y equidad que el proyecto Temascaltepec se realice en términos muy diferentes a los hasta ahora planteados; no tanto en su ingeniería sino en la relación de intercambio. Resulta inconcebible que un litro de Coca Cola se venda en seis pesos, en tanto que 5 m³ x seg. de agua, no valgan nada.
Como en el mito donde se origina el juego del ajedrez, las cuentas por el agua pueden alcanzar cantidades exorbitantes; tan solo a un centavo el litro, el precio diario por el agua de la cuarta etapa sumaría más de $480 mil dólares diarios, más de 150 millones de pesos al mes. La moraleja del origen del ajedrez era enseñarle al rey, que solo con la ayuda de todas las piezas del tablero saldría adelante y que pequeñas partes pueden sumar cantidades inimaginables.
Por lo que significa el agua, en un México que quiere cambiar para mejor, es probable que los campesinos que hoy se oponen al proyecto Temascaltepec, se conviertan en héroes del nuevo país y no en mártires.
EL TULE
Sitio exacto donde se construiría la presa en Temascaltepec Estado de México