La estadística es la parte de las matemáticas que mas se presta para engañar y mentir. Antiguamente era el Banco de México quien se encargaba de dar cifras oficiales, prácticamente de todos los rubros que importan a la nación. La responsabilidad que esto significaba, convertía al Banco de México en una institución de gran respeto. Datos sobre inflación de precios, producción industrial, construcción, salud, prácticamente toda la cuenta del ritmo y rumbo de la nación, se tomaba con base en el Anuario que publicaba esta institución financiera.
Quizás lo más importante eran las metodologías que se empleaban para construir los indicadores, tanto por las fuentes de origen, como los años y puntos de comparación, los modelos matemáticos en que se sustentaban y la interpretación de cada uno de estos datos. La fiabilidad de los datos estadísticos califica el ejercicio de los gobiernos, da confianza y permite tomar decisiones correctas respecto lo que debe hacerse o aquello que hay que dejar de hacer. Por ejemplo, el día de ayer se publicaron los datos económicos correspondientes al trimestre pasado en los EUA, país que vive diariamente de la toma de decisiones financieras y donde no es posible gobernar con cifras falsas, como ocurre en México y cada día es mayor este vicio, que retrata a un Estado dictatorial, porque así ejerce el poder, mediante dictados.
Son dictados las promesas de campaña que ofreció Eruviel Ávila, como lo fueron anteriormente las de Peña Nieto, con una salvedad: Enriquito se comprometió con 600 y Ávila con ¡6 mil! Se ha desbarrancado por completo la idea central de que el gobierno es ante todo educación, es la preparación y enseñanza de la sociedad para ser feliz y no en cambio, hacer costumbre el rendimiento de cuentas. No me imagino como Padre, comprometiéndome con mis hijas en tantos numéricos (pañales, juguetes, Gerber, leche, estudios, mascotas… tendrían que ser entonces mis promesas ante notario) el mejor y único legado verdadero, bien se sabe, es la educación a los hijos, pero poco se recuerda que es el ejemplo mismo del Padre y de la Madre, el que forma la ética o carácter de los hijos.
¿Cuantos compromisos son los que ha aceptado Eruviel Ávila, quien los eligió, porque, como, de donde provienen los recursos, quien los va a administrar, cuanto corresponde a inversión y cuanto es gasto, que efectos concatenados tendrán sobre la economía, como se eslabonan con otros sectores, que derrama generan, a quien benefician? ¿Quiénes intervienen, como se financian o que porcentaje representan del Presupuesto Publico? El gobierno de Peña Nieto ha ejercido más de 700 mil millones de pesos de Presupuesto Estatal, de los cuales más del 70 % han sido recursos transferidos por el Presupuesto Federal, 5% representa Deuda Pública Estatal y solo 20% son recursos propios vía impuestos, productos o derechos. ¿Saben ustedes amables lectores que los compromisos de Peña no sumaron ni el 10% del enorme presupuesto ejercido? ¿ En que se gasto el resto del dinero público, cuanto se asigno para su promoción personal, seguirá favorecido el Estado de México y su nuevo Gobernador? ¿Cuál es el costo social, ecológico, político, educativo?
Al término del sexenio del actual gobernador, las enormes transferencias se han convertido en obras de relumbrón y escaparate, en un enorme gasto en promoción, publicidad y en aumento terrible de las burocracias estatales y municipales. Hace seis años no se daba esta duplicidad de funciones en los municipios, como sucede ahora con las Direcciones creadas, mas sus asesores, secretarias, choferes y tanta parafernalia inútil, que solo representa gasto y despilfarro.
Son tiempos preliminares a la elección principal, la de Presidente de México y se utiliza la información a contentillo de intereses personales. Es fácil ahora demostrar que el PAN ha sido un absoluto fracaso en el gobierno, con solo comparar cualquier indicador con cifras y datos antes del 2000 y después de este año: antes del incontinente Fox y del sanguinario Felipe. No obstante presento una síntesis de un reporte que pública Milenio esta semana, que demuestra, la peor realidad: Todos estamos más pobres.
“De acuerdo a la información oficial, los ingresos mensuales promedio de todos los hogares mexicanos (ricos, pobres y de clases medias) cayeron de 12 mil 518 pesos en el año 2000, a 11 mil 645 en el 2010… los hogares más pobres apenas alcanzó dos mil 54 pesos el año pasado, lo que ni siquiera alcanza para cubrir el costo de la canasta básica alimentaria. Si comparamos los niveles de ingreso que teníamos en 2000 con la reciente cifra de 2010 y lo contrastamos con el potencial (desaprovechado) de crecimiento que nos hubieran dado el boom petrolero y las remesas que nuestros paisanos mandaban del extranjero, quedaría de la forma siguiente: el ingreso real promedio trimestral (medido a precios del 2010) era de 36 mil 518 pesos en 2000, que fue el último año de la administración de Ernesto Zedillo; al final de la década de los gobiernos de Fox y Felipe Calderón, en 2010, dicho ingreso cayó a 34 mil 936 pesos, es decir, sufrió un deterioro de 4.3 por ciento. El producto per cápita de 1980 fue 35 por ciento superior al de 1971, y aún si incluimos la severa crisis de 1995, de 1991 a 2000 el mismo, aumentó en más de 12 por ciento. El derrumbe de los ingresos promedio es de por sí lamentable, pero resulta más trágico al darnos cuenta del potencial de crecimiento que tuvo México en años cuando las remesas enviadas por nuestros paisanos aumentaron 224 por ciento: de mil 643 millones de dólares en promedio trimestral en 2000, a cinco mil 318 millones en 2010. Por su parte, la generación de excedentes petroleros fue considerable, pues el precio promedio anual de la mezcla mexicana de petróleo de exportación, aumentó 191 por ciento: de 24.8 dólares por barril en 2000, a 72.2 en 2010”
Somos más pobres todos los mexicanos y más pobres, los que somos mayorías. Por la ineptitud descarada del Presidente del “cambio” y por obra y gracia del “usurpador”, pero creo que sobre todos ellos, los mexicanos nos hemos empobrecido económicamente y moralmente, por la férrea dictadura impuesta por el PRI, en Congresos y Estados donde gobierna y es mayoría, donde la caradura y mañas de este partido político ha conseguido acumular triunfos, como es el caso del Estado de México
Quizás lo más importante eran las metodologías que se empleaban para construir los indicadores, tanto por las fuentes de origen, como los años y puntos de comparación, los modelos matemáticos en que se sustentaban y la interpretación de cada uno de estos datos. La fiabilidad de los datos estadísticos califica el ejercicio de los gobiernos, da confianza y permite tomar decisiones correctas respecto lo que debe hacerse o aquello que hay que dejar de hacer. Por ejemplo, el día de ayer se publicaron los datos económicos correspondientes al trimestre pasado en los EUA, país que vive diariamente de la toma de decisiones financieras y donde no es posible gobernar con cifras falsas, como ocurre en México y cada día es mayor este vicio, que retrata a un Estado dictatorial, porque así ejerce el poder, mediante dictados.
Son dictados las promesas de campaña que ofreció Eruviel Ávila, como lo fueron anteriormente las de Peña Nieto, con una salvedad: Enriquito se comprometió con 600 y Ávila con ¡6 mil! Se ha desbarrancado por completo la idea central de que el gobierno es ante todo educación, es la preparación y enseñanza de la sociedad para ser feliz y no en cambio, hacer costumbre el rendimiento de cuentas. No me imagino como Padre, comprometiéndome con mis hijas en tantos numéricos (pañales, juguetes, Gerber, leche, estudios, mascotas… tendrían que ser entonces mis promesas ante notario) el mejor y único legado verdadero, bien se sabe, es la educación a los hijos, pero poco se recuerda que es el ejemplo mismo del Padre y de la Madre, el que forma la ética o carácter de los hijos.
¿Cuantos compromisos son los que ha aceptado Eruviel Ávila, quien los eligió, porque, como, de donde provienen los recursos, quien los va a administrar, cuanto corresponde a inversión y cuanto es gasto, que efectos concatenados tendrán sobre la economía, como se eslabonan con otros sectores, que derrama generan, a quien benefician? ¿Quiénes intervienen, como se financian o que porcentaje representan del Presupuesto Publico? El gobierno de Peña Nieto ha ejercido más de 700 mil millones de pesos de Presupuesto Estatal, de los cuales más del 70 % han sido recursos transferidos por el Presupuesto Federal, 5% representa Deuda Pública Estatal y solo 20% son recursos propios vía impuestos, productos o derechos. ¿Saben ustedes amables lectores que los compromisos de Peña no sumaron ni el 10% del enorme presupuesto ejercido? ¿ En que se gasto el resto del dinero público, cuanto se asigno para su promoción personal, seguirá favorecido el Estado de México y su nuevo Gobernador? ¿Cuál es el costo social, ecológico, político, educativo?
Al término del sexenio del actual gobernador, las enormes transferencias se han convertido en obras de relumbrón y escaparate, en un enorme gasto en promoción, publicidad y en aumento terrible de las burocracias estatales y municipales. Hace seis años no se daba esta duplicidad de funciones en los municipios, como sucede ahora con las Direcciones creadas, mas sus asesores, secretarias, choferes y tanta parafernalia inútil, que solo representa gasto y despilfarro.
Son tiempos preliminares a la elección principal, la de Presidente de México y se utiliza la información a contentillo de intereses personales. Es fácil ahora demostrar que el PAN ha sido un absoluto fracaso en el gobierno, con solo comparar cualquier indicador con cifras y datos antes del 2000 y después de este año: antes del incontinente Fox y del sanguinario Felipe. No obstante presento una síntesis de un reporte que pública Milenio esta semana, que demuestra, la peor realidad: Todos estamos más pobres.
“De acuerdo a la información oficial, los ingresos mensuales promedio de todos los hogares mexicanos (ricos, pobres y de clases medias) cayeron de 12 mil 518 pesos en el año 2000, a 11 mil 645 en el 2010… los hogares más pobres apenas alcanzó dos mil 54 pesos el año pasado, lo que ni siquiera alcanza para cubrir el costo de la canasta básica alimentaria. Si comparamos los niveles de ingreso que teníamos en 2000 con la reciente cifra de 2010 y lo contrastamos con el potencial (desaprovechado) de crecimiento que nos hubieran dado el boom petrolero y las remesas que nuestros paisanos mandaban del extranjero, quedaría de la forma siguiente: el ingreso real promedio trimestral (medido a precios del 2010) era de 36 mil 518 pesos en 2000, que fue el último año de la administración de Ernesto Zedillo; al final de la década de los gobiernos de Fox y Felipe Calderón, en 2010, dicho ingreso cayó a 34 mil 936 pesos, es decir, sufrió un deterioro de 4.3 por ciento. El producto per cápita de 1980 fue 35 por ciento superior al de 1971, y aún si incluimos la severa crisis de 1995, de 1991 a 2000 el mismo, aumentó en más de 12 por ciento. El derrumbe de los ingresos promedio es de por sí lamentable, pero resulta más trágico al darnos cuenta del potencial de crecimiento que tuvo México en años cuando las remesas enviadas por nuestros paisanos aumentaron 224 por ciento: de mil 643 millones de dólares en promedio trimestral en 2000, a cinco mil 318 millones en 2010. Por su parte, la generación de excedentes petroleros fue considerable, pues el precio promedio anual de la mezcla mexicana de petróleo de exportación, aumentó 191 por ciento: de 24.8 dólares por barril en 2000, a 72.2 en 2010”
Somos más pobres todos los mexicanos y más pobres, los que somos mayorías. Por la ineptitud descarada del Presidente del “cambio” y por obra y gracia del “usurpador”, pero creo que sobre todos ellos, los mexicanos nos hemos empobrecido económicamente y moralmente, por la férrea dictadura impuesta por el PRI, en Congresos y Estados donde gobierna y es mayoría, donde la caradura y mañas de este partido político ha conseguido acumular triunfos, como es el caso del Estado de México
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