Existe una amenaza que se
extiende a lo largo y ancho de nuestro país. Un peligro que parece invisible en
virtud de que adopta variadas formas, nombres, temas, ideas, pero que coinciden
en la esencia y en la norma: que existe un libro sagrado “fundamental”; el
empleo de técnicas de la mercadotecnia comercial; un rechazo al conocimiento científico
y al saber probado; estar en contra de la separación iglesia-estado; y como
oferta irresistible, el dulce bálsamo de la igualdad a todos sus adeptos y las
mieles fascinantes de la salvación y de la superioridad “altísima”, frente a
quienes no lo son.
El nombre genérico de este veneno
que se esparce en México, nada casualmente, es el de fundamentalismo y sus orígenes están
bien precisados en la historia de los EUA –donde nació el término- y aunque
existen movimientos fundamentalistas en derredor del Coran o del Talmud, en
sectores importantes de las sociedades musulmanas y judías, son los movimientos
cristianos, los que propalan la infabilidad de la Biblia , los que representan
una amenaza a la seguridad nacional de nuestro país.
Porque el fundamentalismo asume características
imperiales de invasión ideológica y política. Porque las reivindicaciones de
iglesias como la denominada de Jesucristo de los santos de los últimos días o
Mormona, así como la Congregación
Cristiana de los testigos de Jehová, -“los atalayos”- que
cada día se observan mas activamente en nuestro país, además de tener su origen
y sede en los EUA, abanderan causas que van en contra de los estados políticos
constituidos. Y aunque los movimientos fundamentalistas suelen ser confundidos
con movimientos propios del fanatismo, del mesianismo e incluso del extremismo
–mas a tono con grupos políticos radicales- la realidad es que el
fundamentalismo esta en contra de la
separación entre religión y Estado, y la aceptación de que las leyes humanas
predominen sobre las divinas.
El fundamentalismo es sin duda una
forma de rechazo a las consecuencias secularizadoras –lo que no es religioso-
de la modernidad, pero surgido desde la modernidad tecnológica. El
fundamentalismo es un concepto moderno que surge como reacción, cuando la
sociedad moderna empieza a guiarse por leyes humanas y deja de lado las divinas;
y son reacciones de la humanidad más escasa, que se ve a sí misma como la clave
para acabar con los problemas de la sociedad moderna.
Uso el término escasa humanidad,
para no emplear el mejor concepto aristotélico de la naturaleza bestial de aquellos
seres humanos, que por obedecer a las pasiones y apetitos del cuerpo, dejan de
serlo. Son creencias que se basan precisamente en las ideologías cristianas
protestantes que, enarbolando la infalibilidad de la Biblia , aceptan con ceguera
la interpretación literal del Génesis, al tiempo que rechazan categóricamente
la teoría de la evolución de las especies de Darwin. Una humanidad que no se
acepta en evolución, que se entiende como producto de una creación divina, que
no cree en la muerte sino en la vida eterna y el día del juicio final..
Contrariamente a la certidumbre estadística
de la muerte “como destino propio y de todos nuestro semejantes, conocidos o
desconocidos, odiados o amados… esa certeza universal es la que nos convierte
en humanos.” Así desarrolla Fernando Savater en su Diccionario Filosófico, que
es la conciencia de la muerte, lo que permite entender la existencia de la
vida: la inmortalidad estará en el recuerdo y ejemplos que transmitan los hijos
propios del cuerpo y en los testimonios escritos en los hijos del alma. Para
que el orden natural tan propio de la razón humana, la de la vida como un don
recibido de nuestro Padre, al que por ello “únicamente le debemos las gracias”, no sea desbancada, frente a las
imposturas de estos farsantes que comercian con el temor humano, la ignorancia
y sus adjetivados deseos yuxtapuestos
Son fundamentalistas todos
aquellos que corrompen el lenguaje (positivo, guerreros, energía, primero dios…),
que corrompen la razón (habrá un juicio final, existe Satán…) que corrompen
todo lo que les rodea, todo lo que se les acerca, como una enfermedad, como una
peste, y que reaccionan como animales atrapados, con agresividad al verse
descubiertos (“lo único que haces es atacar, tu no tienes la verdad”) Imperio
de la mediocridad “aspiracionista” (creída, fatua, acomplejada) que como
modernos reyes Midas, transforman en oro todo lo que tocan, en esa doble
acepción de metal brillante y de excremento repulsivo: son los productos “mágicos”
son cedazos, son trampas de la fe, son signos de impotencia y enfermedad
social.
Para México, la existencia de
estas manadas fundamentalistas, representan varios problemas, el primero de ellos,
radica en que toda iniciativa fundamentalista está abocada a inmiscuirse en la
política del Estado, por su misma naturaleza moralista y reformista, y porque
es el Estado el que posee el monopolio de la educación. El caso mas claro y
patético en este momento, es lo que esta aconteciendo en tierras michoacanas,
en la comunidad apodada Nueva Jerusalén, bastión electoral del PRI, reserva de
impunidad, zona de conflictos y donde abiertamente se oponen, a que se
proporcione educación obligatoria a todos los niños en edad escolar.
El segundo problema que hay que
señalar, tiene que ver con la inversión de principios, de tal forma que la
naturaleza de la política real, como sinónimo de autoridad que proviene del
Padre de familia y la existencia natural de Estados justos y nobles, no se
reconoce frente a creencias que atribuyen virtudes y leyes solo a dogmas de fe
y que al asociar la voz política con la corrupción, deriva entonces un deber
ser sofistico, para que las leyes de Dios, estén por encima de las del Cesar.
La tiranía de la ignorancia.
El tercero y quizás el peor
problema, es tolerar que las supercherías fundamentalistas, se propalen hacia muchas otras formas de
creencias que no proceden sólo de la religión: hay secularistas tan
fundamentalistas como las iglesias, tales como astrólogos, esoteristas, poderes interiores, energías, hipnotismo, telekinesia,
telepatía, herbolaria, aromaterapia, masajes, reprogramación,
transposición cibernética, interpretación de los sueños y así ad infinitum. Son
la parte más farisea y norteamericana de despojar de todo a los fieles
seguidores. Son estafas, son robos basados en la ignorancia, en la fe y en los miedos
Son legiones de charlatanes que venden
cursos y talleres, de todo lo que padece la raza humana: del buen amor, del
malo también, de prosperidad, de las leyes de atracción y de la reacción. Son los grupos de AA y particularmente en este
Sur del estado de México, son los grupos de 4 y 5 grado, que se dedican a la extorsión
y el abuso de gente que padece o es victima de sus incontinencias, sus miedos y
sufrimientos.
La base y razón de la existencia
de estos “guerreros” (sic) es el dinero “la marmaja” la lana y proliferan
gracias a la enorme ignorancia que padece la sociedad mexicana, a los malos
desgobiernos y a la peor educación, que llevamos padeciendo los últimos 40
años, a la sumisión completa al imperio gringo, al dominio que ejercen los
monopolios de las comunicaciones que se aprovechan de ese miedo y peor
ignorancia, para hacer comerciales y vender medicamentos, anticipar el futuro,
comerciar con la suerte, transmitir La
Rosa de Guadalupe, para ofrecer un confort imaginario,
seducir, esclavizar, “ayudar” al TeleTonto, o escuchar las mañanitas el 12 de
diciembre, a “nuestra madre” la Virgen Morena …
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