Thursday, August 23, 2012

MOLICIE MUNICIPAL



Creo que la palabra molicie, es lo que mejor define la práctica del mal manejo de las economías, en todos los municipios de la República Mexicana, a partir de las reformas constitucionales plasmadas en el decreto del 30 de abril de 2001. Porque el despilfarro y la quiebra generalizada en que se encuentran los ayuntamientos en todo el país, no se reduce a un asunto de mera corrupción o de incompetencia, va mas allá y hay que encontrar palabras como blandura, flojera, relajación, abandono, pereza, ocio, regalo, desidia, incuria, para intentar entender y explicar los montos de las transferencias, el estado fallido de las obras y la quiebra técnica y financiera de las administraciones locales.
Un análisis demoledor de la insensatez municipal, algo así como una suerte de incontinencia urinaria que ha llevado a los municipios –destacan particularmente los del estado de México- a orinarse para todos lados, es la que comparadas en monedas ajustadas en el tiempo y los precios,  las transferencias realizadas por el famoso Plan Marshall o el de las transferencias de fondos de la Unión Europea a sus miembros menos desarrollados, con las transferencias y aportaciones federales –particularmente a partir de las modificaciones al ramo 33 presupuestal- a las arcas municipales: insisto en que comparadas en unidades monetarias del año 2009, el Plan fabricado por George Marshall y que llevo el nombre de European Recovery Program y que tuvo como destino realizar las inversiones necesarias, para reactivar las economías de los países devastados por los efectos de la Segunda Guerra Mundial, sumo entre 1948-1951 la cantidad de 1.6 billones de pesos (1 millón de millones, 600 mil millones de pesos). Por su parte los recursos puestos a disposición de los países emergentes  en Europa, tras el derrumbe de la URSS, entre 2000 y 2006 fueron de 0.6 billones de pesos (600 mil millones de pesos). Es decir que sumados en el tiempo y espacio ambas inversiones inmensas suman 2.2 billones de pesos (2 millones de millones 200 mil millones de pesos)
Resulta indignante saber que las transferencias a los municipios de México,  han sido entre el año 2000 y el 2006  de 4.7 billones de pesos (4 millones de millones, 700 mil millones de pesos) y que del 2006 al 2009, año de comparación el mismo concepto ascendió a 2.5 billones de pesos (2 millones de millones 500 mil millones de pesos). Y mientras Europa se recupero de la destrucción total y hoy es fuente de inspiración, cuna tecnológica, acopio de la ciencia, del arte, de la modernidad  en todos los órdenes sociales y educativos, en cambio, los municipios mexicanos son reflejo de un desastre anticipado, de carreteras en pésimas condiciones, de obras irrelevantes, “elefantes blancos”, escuelas que no lo son, palenques tan inútiles e innecesarios, como templos religiosos tan contrarios a la naturaleza de esta nación, que se declaro laica por necesaria sobrevivencia.
Es decir, que los municipios nacionales han recibido en un lapso de nueve años, mas de tres veces los apoyos “aliados” concedidos a los países europeos, incluidos los países enemigos como fueron los casos de Alemania, Italia y Japón, quienes hoy dominan el panorama internacional en muchos sentidos vanguardistas, mientras que en nuestro país, ya sea en ayuntamientos de Baja California, o el de Cuernavaca y prácticamente los 125 municipios del estado de México, se declaren en bancarrota, no se paguen los sueldos a los empleados y las obras reluzcan por lo pesimamente planeadas, lo peor ejecutadas y la completa y absoluta opacidad en el ejercicio del gasto.
Es contrario a toda lógica democrática que se mantenga una actitud cerril, por parte de los cabildos y Presidentes Municipales. La realidad indica que nadie sabe, ni es posible exigir conocimiento respecto al origen y determinación de las obras. ¿Quien las autorizo? ¿Qué planeación se hizo? ¿Quién la realizo? ¿Qué presupuestos se erogaron? ¿Quién auditó las obras y el gasto publico municipal?
Justamente el adjetivo molicie se convierte en sustantivo, al momento de profundizar en el estado de las economías locales: arruinadas, viviendo al día, asistencialmente, de sobrevivencia, condicionadas. Todo un despilfarro inaudito que comienza a tomar forma,  cuando se revisan las curriculas de los encargados de la aplicación de los monstruosos presupuestos: burócratas completamente incompetentes. El “cuatachismo” y compadrazgo, las “negociaciones” para que las aéreas de empleo, turismo, economía queden en manos de personas sin ningún merito académico, ni intelectual, ni moral, ni experiencia probada. Resulta peor  enterarse, de quiénes son los designados para encargarse de la obra pública municipal, la “cueva de Ali Baba”
Es necesario de manera urgente que se promueva y acepte la participación de la sociedad en la determinación del gasto público y en la organización de las economías. El ingente despilfarro y la enorme corrupción a que se ha llegado, vuelve irreversible que las cosas se hagan de otra manera: la realidad ha demostrado palmariamente la incapacidad toral de la forma de gobierno y de los usos y costumbres políticas, para organizar la administración pública municipal.
En cambio, son muy señalados los progresos económicos de los titulares de los municipios. Las noticias y las imágenes del dominio público, reflejan la acumulación de pequeñas o grandes fortunas, que constituyen una afrenta, una autentica provocación, un insulto a la ciudadanía, que hoy como nunca se encuentra en pie de guerra.




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