Mi
vida no me pertenecería, si no hubiera conocido a los Maestros que me
enseñaron, educaron y despertaron vocaciones, hambre de entender, de
conocimientos, alientos para no desmayar en el camino, apetitos por el saber,
espíritu deportivo, de competencia y compañerismo, cariño, afecto, patriotismo
y amistad. Las Maestras Guillermina,
Ernestina y Teresa Soto Cienfuegos, en la Primaria, me enseñaron hacer de los
conocimientos herramientas, a leer y escribir correctamente, a pensar y hablar
en público, incluso cortejar con delicadeza y corrección a la niña de mis
amores, al despertar a la sexualidad.
Yo
no sería quien soy, si no hubiera recibido las enseñanzas en matemáticas de la
Maestra Robertina en la Secundaria, de las Maestras Peñafiel o María Teresa
Landa en la Preparatoria y puedo seguir recordando con afecto y agradecimiento
a todos los Maestros que me formaron para bien, en escuelas públicas, en las
que hice toda mi instrucción escolar y después universitaria.
Por
lo tanto no puedo más que sentir una gran decepción, al conocer la información
que publica el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), que presentó
el primer mapa salarial de maestros en el país: docentes que ganan más que el presidente de la República,
que tienen un sueldo mensual de 193 mil 478 pesos. El informe Mejora tu Escuela
del IMCO, indica que el sueldo promedio de los maestros es de 25 mil 153 pesos
al mes y que 91 mil 129 docentes entran en el 10% de los hogares más ricos de
México, de acuerdo a sus percepciones; que más de 90 mil maestros perciben
ingresos superiores a $44 mil pesos, en tanto 7,183 maestros obtienen ingresos
que superan los 100 mil pesos. El caso de un maestro en Oaxaca cuyas
percepciones ascienden a $603 mil pesos mensuales, o el de una escuela en
Iguala Guerrero que paga una nomina de 85 mil pesos al mes, para atender
solamente a un alumno. Las historias no tienen fin, el gremio magisterial está
corrompido de pies a la cabeza y aunque existen plazas con sueldos entre $5 mil
y $29 mil pesos, aun faltan por agregar bonos, estímulos, gratificaciones,
méritos, antigüedades, menos los descuentos, comenzando por las aportaciones a
los sindicatos, nacional y estatal.
Peor ha sido la
respuesta inmediata de Juan Díaz de la Torre, quien despacha como “encargado”
de la dirección del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación
(SNTE) y que había estado prácticamente escondido en las oficinas que ocupara
hasta principios del año pasado Elba Esther Gordillo. El “interino” dijo que
habría un aumento salarial al gremio magisterial, retroactivo al 1 de enero,
y descalificó el informe del IMCO sobre
el estado que guardan algunos aspectos relativos a percepciones e ingresos,
plazas, escuelas y condiciones generales de la educación, con base en datos
que fueron obtenidos de reportes que
presentaron las secretarías de Educación estatales a la SEP en el cuarto
trimestre del 2013, de la nómina magisterial que se paga con el fondo de
aportaciones para la educación básica. La crítica a la crítica es recurrente en este gremio
-lo hicieron con la película ¡De Panzazo!- gritonean, se rasgan las vestiduras, chillan “que
son ataques de la derecha, que no es verdad, que hay intenciones políticas,
detrás de los diagnósticos”
Hay una
realidad ineludible y que es la sentencia mayor, la razón primera, se trata de los
alumnos y de la educación de México: Son los niños y jóvenes que estudian y no
aprenden nada bueno. Por el contrario la presencia escolar, que alguna vez fue
obligatoria, laica y gratuita, se ha convertido, para los niños y jóvenes
mexicanos, en un pasaje obligatorio para aplastar sus encantos naturales, para
mochar la imaginación, para engendrar vicios y enseñar con maestría, a
obedecer. Se ha llegado al punto en que sería bueno que en la sociedad, los
Padres de Familia, se deban plantear seriamente la pregunta ¿se debe estudiar
en el sistema oficial? ¿Por qué no seguir el método Polgar? ¿Por qué si mi
bisabuelo no cursó ni la primaria, sabía tanto y construyo en la ciudad de
México casi una centena de casas y edificios, que aún se mantienen en pie a la
fecha? ¿Por qué en Temascaltepec las personas más sabias e inteligentes que
conozco, no cursaron una especialidad de agronomía y son expertos en la
agricultura?
Por eso, poco
importa si los datos que descubre públicamente el IMCO son exactos o no lo son,
o que si la gran mayoría de docentes percibe sueldos que van de los seis a los
ocho mil pesos mensuales, y por lo tanto se invalidan las conclusiones que se
desprenden de la investigación referida. El fraude capital es que el trabajo
que entrega el Magisterio a cambio es fatal, es un auténtico golpe de estado en
la parte más valiosa de la nación mexicana: son en la niñez y juventud.
Es mayor el
coraje que produce esta triste realidad, la Mala Educación, cuando el nivel de desagregación
se hace menor y entonces se conocen los casos cercanos, los datos sensibles de
nuestro entorno vecinal y familiar: es la chica de Luvianos que compró una
plaza en 100 mil pesos, el amigo que trabaja en el municipio y que durante la
campaña del actual edil, estuvo cobrando de “aviador” en Valle de Bravo
(aviador, es decir cobrar sin trabajar, sin estar presente), son los numerosos
casos de maestros que ocupan cargos públicos municipales sin más méritos que
haber trabajado en la “campaña”, o los regidores que se rodean de asesores que
cobran en la nomina municipal. Son las operaciones políticas en las elecciones,
bajo amenazas y extorsiones desde la Normal de Tejupilco Son los maestros que
“militan en la izquierda pero cobran con la derecha”, fanáticos religiosos que
hacen de sus cargos en la UAEM o la UPN atalayas religiosas. Enterarse de
escuelas premiadas por corporaciones multinacionales en Temascaltepec, en
Tejupilco y que en realidad responden a intereses muy específicos, a vínculos
familiares con el Presidente Municipal en turno y de allí se selección y
triunfos “gloriosos”. Son las porras y “goyas y cachunes” a la UTSEM por
destrozar un proyecto educativo, mientras los maestros agrupados en el
sindicato cumplen ya 10 años al frente y lo festejan al grito de “total, si el líder
Hernández Juárez ya cumplió 30 años”, ¿Por qué yo no? Es la frase inmortal, en
el Restaurante La Misión, de un Maestro, que con júbilo festivo presume que en
el SNTE nacional se hacen millonarios en 10 años y en cambio, en el estado de
México, solamente les lleva tres años. Son la rispidez de las respuestas,
cancelar el dialogo en redes sociales, es el primitivismo ideológico
provinciano de quienes se ofenden y son alérgicos a la crítica.
Entonces se vuelve reiterativo, fastidia tener que estar haciendo
precisiones y separando a unos de otros -onda el “portero de Eugenio Derbez córtale
mi schavoo”- porque la realidad social es que cada maestro, por la Mala
Educación recibida, es un ser alienado en la preparación individualista,
rigorista, egoísta y llena de vanidades. Salinas de Gortari eligió con
precisión quirúrgica, el sector social ideal para encabezar el proyecto de
enajenación y sometimiento a la economía y a la política de los EUA, tras la
firma del TLC. El magisterio se revela como un paradigma perfecto, su perfil
personal los coloca en la vanguardia del camino a la nueva esclavitud, el del
consumo y la sumisión: porque los maestros solo tiene ojos para ellos mismos y no alcanzan,
no les da sus talentos y menos sus
deseos, para ver más allá de su cheque de nomina.
Quizás habría que distinguir a los Maestros de alguna manera.
Hay que adjetivarlos con el “verdadero, o así como la parte más conservadora
del catolicismo se oponen a la unión entre homosexuales, y discuten y proponen
que su tolerancia cedería si le cambian de nombre al producto de esa relación
–hasta proponen como nombre “chulimonio” en vez de matrimonio- Habría que
pensar en un nombre diferente para los Malos Maestros, los “profes” y dejar el
nombre de Maestro, para los Maestros de Verdad
Porque
el magisterio sindical se ha convertido en el verdadero brazo de control y
manipulación, de la infancia y la juventud en México. El maestro llega a todas
las comunidades, a las rancherías más apartadas, pero lleva el mensaje de
dominio y de sumisión al poder. Son operadores políticos al servicio de los
gobernadores del PRI, de los programas sociales. Maestros que se niegan a
trabajar o a ser calificados. Maestros consumidores de las guías escolares
impresas que les releve del trabajo de pensar, Maestros fascinados en la
creencia post socrática del “Yo sé que no sé nada, pero se enseñar” Y la necesaria realidad
nacional, es que México requiere de saber y no de “artilugios pedagógicos.”
Saber leer y saber pensar, es requisito indispensable.
Me ha tocado desempeñar un papel muy cercano al Magisterio sureño, y
puedo dar fe sentida de que las tesis publicadas por Zaid, Sheridan Taibo II,
Didricksson se quedan cortas frente a realidades tales como que los Maestros no
leen. En la librería El Areté de Tejupilco puedo identificar perfectamente a
los Maestros de los “profes”: los Maestros van y se pasan horas caminando entre
el enorme acervo bibliográfico, disponible en este establecimiento, los
“profes” mandan por títulos de superación personal, por guías didácticas que
les resuelva su trabajo docente o para encargar algún libelo zarrapastroso. Termino
con un regalo, inspirado en el pensamiento de Fernando Savater, publicado en mi
libro Cartas Sureñas, un sincero homenaje a
los Maestros, en su día: “Como las soluciones no son fáciles, ni
mágicas, empezaría por proponer la necesidad de un espíritu crítico, un
análisis diferente de un problema que se agrava en la medida que crece la
población que demanda educación. Hace falta un espíritu inspirado en Voltaire,
a quien se le puede reconocer como el inventor del intelectual moderno: un
oficio que toma algo del agitador político, bastante del profeta y no poco del
director espiritual. Maestros quienes estén en disposición de ejercer con la
educación, un poder benéfico y curativo, que pueda aliviar del poder despótico
de los gobernantes y del poder oscurantista de los clérigos”
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