El tres de marzo publiqué una
carta titulada Gravedad, donde daba cuenta del triunfo de varios mexicanos en
artes y oficios tan diferentes como la cinematografía, el futbol y la práctica
de la arquería y relacionaba los logros personales de cada uno de ellos, de
Carlos Vela, de Lupita Nyong'o, de Aida Román o de Carlos Cuarón, con una
distancia muy marcada y crítica hacia el país que los vio nacer y crecer, hacia
México.
En este ensayo (que puede ser
consultado en mi blog que lleva el mismo nombre de esta editorial) me apresuré
a señalar que un día antes de la reunión en Hollywood, donde se reconoció como
mejor actriz de reparto a la keniana-mexicana Lupita y a los Cuarón Padre e
hijo, por su cinta Gravity, especialmente las concernientes a Mejor Película y
Mejor Director, en el periódico Milenio (de tufo impresentable por apestoso) se
publicó una entrevista a Enrique Peña Nieto, en la que opina y califica a
Carlos Cuarón, de estar mal informado, de “comprar” ideas equivocadas (del
remate y enajenación descarada de PEMEX, contraria a la expropiación llevada a
cabo por el General Lázaro Cárdenas), de no saber lo que dice, estar
desinformado. ¡Tómala Papá!
Sin saber, sin detenerse a pensar
este pobre animal político impuesto por TELEVISA, que la obtención de los
“Oscares” al otro día, colocaba a Carlos Cuarón en los reflectores de todo el
planeta, en las páginas de los principales medios de comunicación del mundo,
con reconocimiento en todos los órdenes artísticos, sociales y políticos y con
Autoridad suficiente para cuestionar una decisión política terrible, contraria
a la economía, a la salud mental, a la sociedad, pero sobre todo a la moral de
todos los mexicanos, aún de aquellos, de los mas obstinados partidarios de
entregar el país a pedazos al extranjero, de los mexicanos-americanos, con
espíritu de sirvientes y naturaleza de esclavos.
Quiero destacar que la entrada a
la que me refiero (Gravedad) ha tenido una buena cantidad de visitas, más de
quince veces que el promedio de los accesos que normalmente registran todas las
demás publicaciones que habitan en mi blog (395 entradas), lo que me lleva a
pensar que como yo, hay muchos mexicanos que enarbolamos una bandera en común,
un lema que nos unifica e identifica, como una parte de la sociedad que no se
ve representada por las partes institucionalizadas, ni por el PRI, el PAN, el
PRD y adláteres: somos los mexicanos que decimos “Este NO es el país en el que queremos vivir”
Que mejor prueba de esta bandera
reivindicadora, por un México diferente, que una Carta hecha pública hace unos
días por el mismo Carlos Cuarón, en respuesta a las banalidades conjeturadas en
la mísera alma del que debería ser el mejor de todos los mexicanos y no del que
está en una Presidencia “comprada”; en ella, Cuarón formula diez preguntas
dirigidas a Enrique Peña Nieto, y como en las historias de las Mil y una
Noches, diría, “y lo que paso después”…
Pues ha habido de todo, lamebotas
que respingaron al día siguiente de conocerse la carta en cuestión, tratando
con desprecio e injuriando a un mexicano más, que ataviado con los premios
conquistados se lanza al ruedo de la arena publica. Muchos mensajes en tuitter,
prometiendo, dando por sentado que se responderá, fijando fechas que luego se
cambiaron, medias respuestas, verdades a medias, en las voces de algunos de los
palafreneros del sistema, compinches a sueldo que se sienten lastimados en su
propiedad, al leer cuestionamientos relacionados con el cuidado del medio
ambiente, seguridades y plazos de que si se responderán estas preguntas, cuando
se aprueben unas dichosas leyes secundarias:
las guillotinas, revólveres, bazookas para demoler y aniquilar las
resistencias sociales, políticas e históricas que pudieran oponerse a las
decisiones mayores, las que contravienen el espíritu, el sentido, la naturaleza
de México, de la historia, de la aspiración de libertad, autonomía y soberanía nacionales.
Simulación y mentiras
Más de pronto, repentinamente,
apareció una respuesta en los medios, fuera de cartel, no oficial, pues no está
firmada por nadie, ni proviene de ninguna oficina pública tampoco. Menos porque
no es contestada por el Peña Nieto, pero tampoco por el Gobierno Federal, pues
tampoco existe en el legajo de trece cuartillas una mención o referencia a
dependencia pública y que únicamente lleva como título “Preguntas y respuestas
sobre la Reforma Energética”. Más Simulación y más mentiras.
No voy a proseguir en el
reportaje de los hechos que son del dominio público, ni tampoco pienso entrar
en esta Carta a reseñar a fondo cada una de las preguntas y respuestas y me
enfocaré mejor en la esencia de lo que sucede y existe. El problema mayor, el
auténtico debate en México, el que está latente, no es si son buenas o malas
las medidas que se proponen, negocian entre los Traidores Partidos Políticos y
se sancionan y aprueban. No me detendré en discutir si los empleos generados
por la Reforma Energética serán en verdad 2.5 millones en el 2025 o si el
encarcelamiento de la Gordillo hará que la educación mejore, y los niños
mexicanos ahora si puedan entender y saber y estar en condiciones de trabajar y
ser felices en la vida. No creo que sirva de nada discutir si la Reforma en
telecomunicaciones beneficiara al pueblo mexicano, con mejores programas de
televisión; que si las gasolinas bajaran de precio con la llegada de la Shell,
Exxon o Mobil Oil, o si la Reforma Política hará que los Presidentes
municipales gobiernen con sabiduría y justicia, al tener la posibilidad de
reelegirse por un periodo o más.
Mejor cito a uno de los Sabios de
los que más he aprendido y además mi mejor amigo, quien con base en los
hallazgos freudianos y lacanianos, desde el registro del inconsciente y de la
política, en los verdaderos Maestros de la humanidad, especialmente en uno, el
más pervertido por el canijo desprecio y manipulación de que fue objeto su
saber, por los cristianos que abusaron de sus conceptos, de la profundidad de
sus libros, de todos y cada uno de ellos, especialmente los que abordan el
problema del carácter y la naturaleza de los pueblos y sus comunidades, desde
las Éticas de Aristóteles, hay que decir:
“Mientras los pueblos conservan
su género de vida político bajo cualquiera de sus especies, ya regia,
aristocrática o republicana, al no haber patologías en las comunidades regidas
por estos tres gobiernos paternales, la enfermedad en el registro ético tiende
a ser la excepción, nunca la regla. Una vez que las comunidades políticas dejan
de serlo y se transforman en sociedades animales –bien tiránica, bien plutocrática,
bien democrática- entonces la forma de vida patológica se transmite al registro
ético haciendo de la intemperancia, la incontinencia y la continencia las
reglas antes que excepciones. Dice Baltasar Gracián sus gobiernos son más bien
desgobiernos ya que atan todas las virtudes y desatan todos los vicios” (Ética
y Psicoanálisis de Patricio Marcos, Ed. Siglo XXI, citado en Cartas Sureñas
octubre 8 2010)
Entonces todo adquiere sentido y
otra vez podríamos ver los colores de verdad. En sociedades enfermas de locura,
delirantes y perversas (sentidos diferentes de la Autoridad Paterna), ninguna medicina alivia y no hay receta que
remedie los males. En cambio, la vida en sociedades políticas, los males son
accidentales y el bienestar común es la regla universal. Es donde los sentidos
perciben y registran la simpleza de la fruta fresca, de la brisa en el rostro,
de las risas infantiles, de la amabilidad y calidez de todos nosotros los
mexicanos, allí no existen posibilidades de equívocos en el Gobierno. Amarnos
con el principio maestro de la amistad basada en la virtud, la del mejor amigo,
la que es bella y agradable, y bien
intencionada, deliberadamente y consciente por ambas partes. Aspirar a vivir en
una ciudad perfecta, la que se origina en el cuidado del cuerpo, la gimnastica,
el conocimiento, las bellas artes, la retórica y la política. Entender que la
ciudadanía proviene de Ciudad y que es necesario cumplir con derechos y
obligaciones. Hacer lo necesario para vivir en libertad y en paz. Desalojar los
bienes exteriores como símbolos de una felicidad, que no es la que corresponde
a la parte mayor de la humanidad, la que habita en la Acrópolis de todo ser
humano. Voltear a los principios y sentir que las raíces que nos dan vida y fijan
a la realidad, son los valores únicos que Autorizan la plena felicidad.
Cultivar las artes tanto como la ciencia. Desear los placeres del bajo vientre para
cumplir con las necesidades propias de la existencia y nada más. Vivir soñando,
porque los seres mejores, nunca padecen pesadillas y disfrutan de la existencia
frugal y suficiente. Rendir culto a la sabiduría, a la belleza y a lo bueno. No
como ahora, la gloria reservada a la muerte, al incesto y al robo, que es la
única manera de comprender el sentido definitorio de las Reformas y de las
leyes secundarias con que se aplicarán.
¿Utopía? No, es el gobierno de
los Mejores, de la Naturaleza de las Cosas, del Bien Común.
Dice Cuarón...
Quiero también
aprovechar la ocasión para plantearle una preocupación que comparto, estoy
seguro, con muchos mexicanos.
Me refiero a la
reforma energética.
Al ser
entrevistado por León Krauze el 26 de febrero, usted afirmó que yo no estaba
bien informado sobre la reforma energética en nuestro país.
Y agregó usted:
…en México no han faltado los grupos que en oposición a estas reformas han
generado desinformación y de ahí que algunos lleguen a comprar (estos
argumentos) o, con no suficiente información, simplemente no conozcan el
alcance y el sentido de las reformas.
Mi falta de
información no es atribuible a grupos en oposición que han generado
desinformación. La razón es más simple: el proceso legislativo y democrático de
estas reformas fue pobre y careció de una discusión profunda, y la difusión de
sus contenidos se dio en el contexto de una campaña propagandística que evadió
el debate público. No estoy informado porque el gobierno que usted encabeza no
ha compartido conmigo –con nosotros, los mexicanos– elementos indispensables
para entender el alcance y el sentido de las reformas.
Dice usted en la
misma entrevista que…las reformas son reconocidas en el mundo porque saben que
la instrumentación de estas reformas permitirá que México crezca económicamente
y tenga mejores condiciones sociales. Ese argumento no me sorprende pero
tampoco me convence. Es natural que una reforma energética (en un país que ha
tenido esos bienes nacionalizados) cause regocijo en los mercados, pero es
ingenuo pensar que el fondo de este reconocimiento sea el crecimiento de
nuestro país. Y no me mal entienda: celebro el júbilo de medio mundo siempre y
cuando el principal beneficiado –económica y socialmente– sea mi país, sus
ciudadanos y que su medio ambiente sea respetado a cabalidad.
La Reforma
Energética y petrolera es la más profunda y trascendente que México ha tenido
en décadas. Simple y sencillamente se ha cambiado el paradigma del desarrollo
nacional. En el entendimiento de que el Congreso está por recibir su iniciativa
sobre las leyes secundarias a esta reforma, me permito pedir a usted que nos
informe sobre el sentido y alcance de la reforma. No lo hago como experto pero
sí como un ciudadano preocupado por el destino en México. Y lo hago desde la
más absoluta independencia política.
Sé que se trata
de un tema vasto. Por eso he formulado 10 preguntas cuyas respuestas podrían
disipar algunas dudas sobre la reforma.
1 ¿Cuándo
bajarán los precios del gas, gasolina, combustóleo y energía eléctrica? ¿Qué
otros beneficios tangibles se esperan de la Reforma? ¿Cuál es el cronograma de
esos beneficios?
2 ¿Qué
afectaciones específicas habrá al medio ambiente con prácticas de explotación
masiva? ¿Qué medidas se tomarán para protegerlo y quién asumirá la
responsabilidad en caso de derrames o desastres?
3 Los
hidrocarburos son recursos no renovables y su impacto en el medio ambiente es
enorme. ¿Existen planes para desarrollar tecnologías e infraestructuras de
energía alternativa en nuestro país?
4 De la reforma
aprobada derivarán contratos multimillonarios. En un país con un estado de
derecho tan endeble (y muchas veces inexistente) como el nuestro, ¿cómo podrán
evitarse fenómenos de corrupción a gran escala?
5 Las
trasnacionales petroleras en el mundo tienen tanto poder como muchos gobiernos.
¿Qué medidas se tomarán para evitar que el proceso democrático de nuestro país
quede atrapado por financiamientos ilícitos y otras presiones de los grandes
intereses?
6 ¿Con qué
herramientas regulatorias cuenta el gobierno mexicano para evitar que se
impongan las prácticas de depredación que puedan cometer las empresas privadas
que participarán en el sector?
7 ¿Cómo asegurar
que la reforma incremente la productividad de Pemex si no se enfrenta el
problema de la corrupción dentro del sindicato?
8 Si Pemex
aportó durante 70 años más de la mitad del presupuesto federal (con el que se
construyó la infraestructura nacional, se sostuvo la educación y los servicios
de salud gratuitos), ahora que el aporte del petróleo no irá directamente de
Pemex a las arcas, ¿cómo se cubrirá dicho presupuesto?
9 ¿Cómo asegurar
que las utilidades no se canalicen a la expansión de la burocracia sino que
lleguen al propietario original de esos recursos, que es el pueblo mexicano?
10 Dos
experiencias desastrosas permanecen en la memoria de los mexicanos: la quiebra
de 1982 (luego del dispendio, la ineptitud y la corrupción que caracterizó el
manejo de la riqueza petrolera de los años 70) y las reformas discrecionales y
opacas de tiempos de Salinas de Gortari, buenas para las manos privadas pero
dudosas para los consumidores.
¿Qué nos
garantiza que esas experiencias, que han ahondado los abismos sociales, no se
repitan? Usted y su partido cargan con la responsabilidad histórica de estas
reformas. ¿Cree realmente que el Estado mexicano tiene los instrumentos para
llevarlas a cabo con eficacia, sentido social y transparencia?
Le agradezco la
atención a esta carta.
Quedo, junto con
muchos mexicanos, en espera de su respuesta.
Respetuosamente,
Alfonso Cuarón.
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