El anuncio de la creación de la
Cátedra José Emilio Pacheco en la UNAM, cambió el título original de esta
Carta. De señalar los enemigos de la Lectura, esta vez me concentraré, mejor en
los actores que trabajan a favor de uno de los mayores inventos de la
humanidad: el Libro. El libro es como la cuchara, el martillo, la rueda, las
tijeras. Una vez que se han inventado no se puede hacer nada mejor.
Pese a todo, el objeto llamado
libro, en papel o formato digital, y contra los profetas que han pronosticado
su desaparición, en realidad parece tener mejores horizontes. En un lejano
artículo publicado “a la limón”, entre José Emilio Pacheco y Carlos Monsiváis
(1984), se señalaba que así como “la fotografía no acabó con la pintura,
ni el cine con el teatro, ni la radio con los periódicos, ni la televisión con
el cine. En vez de hacer que el libro desaparezca, la Internet nos ha regresado
a la era alfabética”. Creímos haber entrado en la civilización de las imágenes
pero la computadora nos reintroduce en la galaxia Gutenberg y todos se ven de
nuevo obligados a leer. Para leer es necesario un soporte y ese soporte no
puede ser únicamente la computadora”
Porque el libro y sus
ampliaciones democratizadoras, como el periódico y las revistas no tienen
sustitutos en lo que se refiere al cultivo y transmisión del conocimiento, al
entendimiento de la experiencia ajena, al ejercicio y el disfrute de la
imaginación y el humor; así como en lo que respecta a la preservación crítica
de las tradiciones y la formación democrática.
A pesar de los mensajes
contradictorios que parten de la acción pública, de las políticas culturales,
que parecen reducir la lectura de libros, revistas y periódicos solo para
quienes tienen el poder adquisitivo para hacerse de semejantes bienes
culturales. No obstante que el sistema escolar olvida e incluso pervierte el
sentido original primario de los libros, el de la tertulia, el placer de la
conversación, trastocando el placer de leer en una desaforada carrera “con
velocidad para ser los mejores, vencer a los demás, escalar posiciones y
alcanzar la cima del éxito…” con todo y que analistas como Juan Pablo Proal
señala en la Revista PROCESO (1947) “Carlos Cuauhtémoc Sánchez lo sabe:
hay que leer para superarse…” y agrega que el filósofo y sociólogo francés
Gilles Lipovetsky en su ensayo “La felicidad paradójica” (Editorial Anagrama
2010), que las razones que acercan a la mayoría de la población a los textos de
recetas milagrosas, “son para leer con velocidad para ser los mejores, vencer a
los demás, escalar posiciones y alcanzar la cima del éxito, se infiere de la
filosofía y estética de este programa…” a tono con el discurso del Consejo para
la Comunicación, integrado por empresas tan éticas como Disney, Televisa y Coca
Cola, cuya campaña “Diviértete Leyendo” ha tenido voceros a intelectuales de la
talla de Yordi Rosado, K-Paz de la
Sierra y Margarita “La Diosa de la Cumbia”.
En cambio, existen iniciativas
amigables con la Lectura, como la Cátedra José Emilio Pacheco, anunciada por el Rector
de la UNAM, cuya intención primaria será contagiar a más de 337 mil estudiantes
por el gozo de la lectura y la escritura para enriquecer su formación
profesional y personal, para hacerlos más conscientes de su lugar en la
sociedad y en el mundo… agrega que “vamos
a convencerlos de que la lectura y la escritura son excelentes caminos a la
libertad y la superación”
A esa misma tendencia a favor de
la lectura se suman otros miembros de la sociedad –civil le llaman- como
Editorial Garabato y la Librería El Areté de Tejupilco: la primera, producto
del tesón, bonhomía, alegría, conocimiento y experiencia de su propietario
Viliulfo Gaspar Avellaneda, todo un militar de carrera. La segunda, La Librería
El Areté de Tejupilco, constituye auténticamente un proyecto familiar. Sin duda
que es la Misión para la cual el destino nos reunió en el sur del estado
de México. Un devenir teleológico que incluye
“Causa material” – de lo que se compone-; “Causa formal” -lo que da el
ser a la Librería-; por supuesto que existe una “Causa eficiente”: que es lo que ha producido y reproducido nuestro
establecimiento; y principalmente, la “Causa
final”, contra toda la xenofobia, el sistema escolar y los malos maestros, luego
entonces, culmina aquello para lo que existe un objeto.
Si ante el ex Presidente del
gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, el Rector José Narro señaló que
"…a pesar de los esfuerzos nacionales, de los realizados por instituciones
educativas, de cultura, por las empresas editoriales y las organizaciones de la
sociedad civil, no hemos sido exitosos en la promoción de la lectura. Algo más
tendremos que hacer para arraigar en la población, en particular entre los
niños y los jóvenes, el gusto, el amor por la lectura" y adelantó que este
año se iniciará el Programa Universitario de Fomento a la Lectura Universo
de letras, con el propósito de acercar a los universitarios a la lectura y
a la escritura creativas, "al uso cotidiano del libro como un hábito y no
sólo como una herramienta académica"
Por eso, contra el realismo de
los diagnósticos y la crudeza de las cifras relativas a la lectura y los libros, este día dejados de lado, porque
no atestiguan la promoción explosiva de la Librería El Areté de Tejupilco, que
contra viento y marea convierte en lectores, prácticamente a todo aquel que
entra y deambula por los estrechos pasillos de nuestro establecimiento. Hoy es
mejor no hablar de las resistencias de esa clase media arrogante y torpe, hija
de la corrupción que mal gobierna los municipio sureños, y menos de los titulares
y responsables de impartir la educación en la región... de cómo son peores consumidores de cultura, aquellos que ocupan los cargos de mayor relevancia burocrática y académica y de
cómo se entercan en no entrar a una librería: porque no saben. Mejor no hablar de esa obstinación que da
grima.
Es preferible destacar el
crecimiento exponencial de aquella literatura que se debe leer, que en un lapso
de cuatro años ha escalado en nuestro catálogo de ventas, de un mísero porcentaje relativo no mayor a 5%,
hasta alcanzar más del 75%. Porque los verdaderos promotores de la lectura son
los Maestr@s Reales y ell@s vienen y entran y tocan y revisan y entonces todo
cambia. Puede decirse que en los municipios sureños sucede lo que cuenta el chiste
de un mal vendedor de zapatos y de uno
que es bueno. El mal vendedor que llega a rancherías donde solo usan huaraches,
toma su catálogo y se regresa diciendo “es que nadie usa zapatos”. En cambio,
el que es bueno, al llegar, lo primero que hace es hablar y pedir que le envíen
doble ración de calzado, porque nadie usa zapatos y les va a vender a todos.
Es lo que sucede en la Librería
El Areté de Tejupilco, que hace de la buena literatura que se debe leer, un
monopolio que avasalla a los libros que
los neolectores adquieren creyendo que contienen una sabiduría que
puedan acercarles a la felicidad, “con facilidades, cómodamente, enseguida, sin
esfuerzos de voluntad”. Nuestra experiencia, prueba la certeza de la anécdota
atribuida a Tales de Mileto, sobre la riqueza, el monopolio y la naturaleza de
los Sabios: “Con eso demostró al mundo que los filósofos pueden enriquecerse
fácilmente, si es tal su deseo, aunque su ambición sea de otra
naturaleza."
Sucede lo mismo con la Editorial
Garabato, empeñada en hacer de la literatura regional, de la experiencia local,
la historia, las costumbres, las querencias, una iniciativa que esta por echar
a andar Centros Comunitarios de Lectura, contando con el apoyo de
personalidades que han conseguido salir y regresar a su Tierra. Dice Viliulfo
que es muy importante señalar que en estos Centros no tienen cabida las
lecturas chatarra (superación personal), que como en los alimentos, unos enferman el organismo físico, los otros el
alma de la gente. A diferencia de las Casas de Cultura, prosigue Garabato,
donde los nombramientos responden a intereses políticos, comprometidos con el
poder y cuya actuación se reduce a bailables y todo aquello sin compromiso
social, se busca que, los titulares de los centros Comunitarios además de ser
parte de la comunidad cultural de la comarca, sean personas con autoridad y
respetadas por su trabajo, tradición y poder para convocar a intelectuales…
En la región de la Tierra
Caliente, Garabato destaca la diferencia entre Consumidores de Cultura -aquellos
lectores que pueden únicamente proceder a la lectura- y los que pueden ser
Productores de Cultura… los que escriben…y que han aprendido que la lectura
constituye una adicción, es un placer, se realiza con avidez y además, lo mejor
es que es útil: Son tres iniciativas –UNAM, Editorial Garabato, Librería El
Areté de Tejupilco- amigas de la
lectura, de la cultura y de México
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