LUCERO MORENO
¡Me dieron ganas de abrazarla!...
le dije gracias, conmovido...
Era viernes al mediodía y me
sentía muy neuras, porque no tenía un limón, para acompañar mi tequila y
cumplir con el rito del alcohol...
¡Y con eso de la vigilia! mi
vecino taquero no abrió su changarro... ¡No había en las cercanías donde
conseguir un limón!... De repente veo pasar un carrito, que parece vender fruta.
Salgo apresurado y antes de llegar, me intercepta una mujer chaparrita y morena,
delgada, quien me pregunta ¿a como las jicaletas?..
Alguna vez había escuchado esa
palabra, pero me resultaba totalmente desconocida, en ese momento y
circunstancia... son como paletas pero hechas con jícama... No le contesto... ¿A
como las jicaletas?... vuelve a insistir la señora que viste muy humilde…
El sol y mi habitual neurosis
recargada... me hace voltear y espetarle ¿Que me ve cara de vendedor de
paletas?... Pero parece que la señora no oye, no entiende... se ve joven pero
muy avejentada... ¿A como las jicaletas?.. pregunta por tercera vez... el sol
abrasa... odio caminar bajo el calor de Tejupilco... sudas...te calientas...
El puesto rodante luce vacio, es
una bicicleta que empuja un remolque. Trato de abrir una cajita que esta
encima. Observo las dichosas jicaletas...A lo lejos se acerca un hombre portando
un mandil... supongo que es el propietario del negocio y desesperado le pido
que me venda un limón...No traigo responde atentamente... fíjese que no traigo
(repite)....
Entonces escucho una voz, la
misma voz... la de la señora que pregunta, me dice “tome uno... se lo regalo”...
Volteo, aun con mi habitual mamonería... ella abre una bolsa de limones de
rancho… olorosos... chiquitos... Su tono de voz, ahora parece melodioso.
¡Gracias señora... balbuceo...! (Me
siento apenado…)
Se lo regalo... tome otro... Ella
no se percató de mi desprecio…
No gracias... gracias, alcanzo a
decir... solo necesito uno para mi tequila.
Nunca la había visto antes...
pienso en ella... es una persona... es muy amable...
Menuda lección recibí...
Pero la historia no concluyo ahí…
Por fortuna, la vida me dio la
esperanza de aprender más todavía…
Se llama Lucero Moreno... ¡qué bonito nombre!
Ella entró a la Librería El Areté
de Tejupilco, buscando un libro para su hijo...
Que tiene nueve años, que aun no aprende a leer...
La misma que hacía unos momentos
me obsequiaba un limón y una lección de humildad…
Preguntó, pidió que le sugiriera
un libro. Creo que no supo que yo era el afortunado que brindaba con el limón
regalado… o a lo mejor si… ¿Quién sabe?…
Parecía perturbada. Decía entre
dientes que solo quería saber cuál sería el libro que le ayudaría a su niño, pero
que volvería otro día con “unos cien pesos…”
Le enseñe los que generalmente
recomiendo... Son unas colecciones económicas y prácticas que traigo desde la
Ciudad de México: cuestan $35, dije, pero a usted se lo doy en $25…
“¡Regreso la semana entrante!... cuando
traiga dinero...”
Mágicamente, la vida me abrió la oportunidad de cosechar un
poquito del regalo recibido.
Sentí mucho alivio... ¡lléveselo Señora!... me lo paga cuando vuelva
por acá...
Dice que es de Amatepec... Sé que
Lucero Moreno regresará...
Ya dispuse que no se le cobre
nada... Reflexione nuevamente…
Me hace bien... Son gestos terapéuticos...
Son actos políticos...
Esto es México...
Quiero decir tanto…Gracias.
LA
NEGRA NOCHE
Llegaron
en turba. Una de ellas intento arrancar una revista exhibida en la parte exterior
de mi negocio. Parecían mujeres. Después supe que eran empleadas publicas que
fueron enviadas a La Librería el Areté de Tejupilco, a comprar todas las
revistas PROCESO. Me di cuenta que la mayoría pertenecía al gremio de “Maestras”
y que envalentonadas, desataron su impotencia al negarme a cumplir sus deseos.
“Queremos
todas las revistas PROCESO que tenga” Desafiaban…
Les
dije que solo le vendería una revista por persona. Ya para entonces sabia de la operación de
secuestro y decomiso de la edición 1950 (todo mundo le llama “El Ridículo de
Eruviel”) donde se informaba sobre el
clima de violencia en el estado de México…
Me
agredieron verbalmente…“Se ve que no es de aquí”… “No vuelvo a venir”… Son los
bramidos que identifican a esta parte corrupta del magisterio… la que aun idolatra
a Elba Esther Gordillo, quien sigue recibiendo el aliento callado de muchas
“profas” en el estado de México, que saben que ella, “La Maestra”, operó (“torcer la mano” amenazar, presionar,
chantajear, prometer), para que Eruviel Ávila sea el Señor Gobernador.
Dice el
periódico Reforma, que después de 365 días recluida, Elba Esther Gordillo no
ha pisado una celda de algún penal, pero tiene cama clínica de posiciones
múltiples, regadera privada, ropa de marca y sus comidas son hechas en casa…. Diario,
a las siete de la mañana, “La Maestra” se incorpora,
es hora del pase de lista y su medicina. Toma una ducha en su regadera privada,
de la torre médica del penal de Tepepan se viste con ropa deportiva, calza unos
cómodos flats Salvatore Ferragamo y se coloca,
la bata hospitalaria blanca que amarra a la cintura.
A esa hora ya ha llegado su
desayuno. Los alimentos, son prescritos por el médico de cabecera. En los
primeros días de su detención, el chef particular de Gordillo, preparaba los alimentos; lo había hecho
durante años con un sueldo de 60 mil pesos mensuales que salían de las arcas
del SNTE. Tras la captura, el sindicato recortó sus gastos, entre ellos el
salario del chef, el chofer y ayudantes, por lo que ahora los alimentos se
preparan en casa de su hija Maricruz Montelongo, casada con Fernando González,
ex subsecretario de Educación Básica. Los menús cambian cada semana, según lo
dispone el médico, pero se trata sobre todo de comida baja en grasa, avena,
fruta, pescado, salmón, espagueti, ensalada y agua Fiji ($35 botella de 500 ml)…
Después de comer, lee en un sillón reposet colocado a un lado de la cama, y
espera a que llegue su entrenadora personal de yoga y meditación. Diario hace
una “caminata” en la habitación que le ayuda a mantener en forma sus
articulaciones. Las autoridades dicen que la práctica de yoga le ha ayudado a
controlar el cuadro ansioso depresivo desarrollado por el encierro. Cuando no
lee, dibuja. No hay radio, no hay televisión, no hay periódicos. A veces le
llevan revistas.
Hasta hace un año Gordillo era
una mujer libre. Tenía poder y dinero. Era presidenta del sindicato más grande
de América Latina, con poco más de 1 millón 500 mil trabajadores. Desde 1989,
controlaba el 1 por ciento de las cuotas sindicales de una nómina cercana a los
19 mil millones de pesos mensuales. Los recursos que Gordillo manejó a
discreción son hoy la clave de las acusaciones de lavado de dinero y
delincuencia organizada que pesan sobre ella. La PGR y el SAT descubrieron que
en tan sólo dos cuentas bancarias, el SNTE tuvo ingresos por más de 30 mil 644
millones de pesos entre 2009 y 2012; es decir, 7 mil 661 millones al año. Este
ingreso no lo igualan ni los presupuestos de la Cancillería ni los de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, y sólo son comparables con los 8 mil
200 millones que Grupo Carso (Slim) reportó como utilidad en el mismo año.
Ese dinero salía de las arcas del
sindicato con la firma, entre otros, del actual dirigente del SNTE Juan Díaz de
la Torre, a quien la PGR no ha tocado, y se depositaba a Nora Guadalupe Ugarte,
Isaías Gallardo y José Manuel Díaz, tres coacusados junto con Gordillo, quienes
a su vez realizaban transferencias para cubrir el tren de vida de la ex
lideresa.
Hoy todo este poder está bajo la
sombra. Congelado….el nombre de Gordillo es prácticamente impronunciable al
interior del gremio magisterial y los círculos de poder.
No en todo lados. El ejemplo
persiste y trasciende… se reproduce…
Me hace daño... Son gestos viles
y violentos... Son actos despóticos...
Esto también es México...
Quiero decir tanto…Me dueles
México.
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