El pasado sábado primero de
marzo, algunos de los temas que trate en el Taller de Matemáticas que imparto
en el Instituto Cultural Danzarte de Tejupilco, fueron la Ley de la Gravedad, el
Universo, los Hoyos Negros, los números imaginarios o complejos, la Teoría de
la Relatividad, Einstein y la matematización de todo lo que nos rodea. Y usando
la palabra Gravedad empecé a saltar de tema en tema, del acoso que sufren los
estudiantes de Preparatoria en Tejupilco, de las presiones a que son sometidos
los jóvenes que se dedican a estudiar, por aquellos que pasan por las escuelas
perdiendo el tiempo, de los grupos sociales sectarios que emergen en México, de
la realidad visual, electrónica, distorsionada.
Gravedad es que estudiantes inscritos
en secundaria o preparatoria, no sepan escribir, tomar y ordenar apuntes, hacer
una división, entender operaciones con enteros y decimales, memorizar las tablas
de las multiplicaciones. Entonces, parece menos grave que los jóvenes estudiantes
no entiendan la Ley de la Gravedad, los principios físicos de la aceleración,
el tiempo, la velocidad de la luz, la Teoría del Big Bang, la relatividad de
las cosas, el universo curvo, el calor, la luz, el sonido, el efecto doppler.
Es más sencillito creer que todas son obras de un Creador (gulp)… Nunca me pasó
por la cabeza, en esa jornada de filosofía matemática –invito al público lector
a estos talleres libres, sin valor curricular, económicos y muy amables con la
ciencia y la conciencia- que el día siguiente se realizaría la entrega de los
premios Oscar que otorga la industria cinematográfica, asentada en Hollywood y
que la película que resultaría más premiada fuera precisamente “Gravity”
(Gravedad), dirigida por Alfonso Cuarón.
Resulta una muy buena noticia
saber que un director mexicano, que es parte de una generación vinculada a la
cinematografía, tales como Guillermo del Toro (“El Laberinto del Fauno”) Alejandro González Iñárritu (“Amores Perros”, “Babel”)
Luis Estrada (“La Ley de Herodes”, “El
Infierno”), Luis Mandoki, obtenga el
máximo galardón de la cinematografía internacional y se convierta en el primer Director
latinoamericano que gana esta estatuilla, en la historia de la ceremonia de los
Oscares. Personalmente, reconozco y admiro el trabajo de Alfonso Cuarón, a
partir de la película “La Princesita” que recomiendo ampliamente, verla una y
otra vez. Sin embargo, mi opinión de la multipremiada Gravity no es nada
favorable. Me parece una cinta efectista, un thriller espacial, con flojas
actuaciones de Sandra Bullock y George Clooney. No obstante que el famoso
Director James Cameron (“Titanic”, Avatar” ) declare "Creo que es la mejor
película del espacio que se ha hecho nunca…” Porque entonces irrumpe con toda
su fuerza la película de culto “2001: una Odisea
del Espacio”
y los valses de Johann Strauss (1867) intercalados con “Así hablaba Zaratustra”
de Richard Strauss (1896), musicalizando el tema de mayor calado filosófico: la
especulación sobre hasta qué punto es posible que la evolución de la conciencia
humana haya sido un proceso inducido por seres superiores de origen
extraterrestre (Stanley Kubrick 1968)
Gran noche de gala. Ganó Emmanuel
Lubezky el Oscar por Fotografía, también por “Gravity”. Ganó una artista nacida
en México, de padres kenianos y de nombre Lupita
Nyong'o, el Oscar a Mejor Actriz de Reparto, en la cinta “Doce años de
Esclavitud”, que además obtuvo el Oscar a la Mejor Película. Ganó Jonás Cuarón,
quien junto a su Padre, Alfonso se llevaron siete Oscares: Mejor Director, Edición,
Edición de Sonido, Fotografía, Mezcla de Sonido, Partitura Original y Efectos
Visuales.
Ganó también, en otro campo, el del deporte del Tiro
con Arco, una invitada conocida, que combina la destreza amazónica con su
valentía política, hablo de la capitalina Aida Román, quien también hace historia este fin de semana,
al obtener la medalla de Oro en el Campeonato Mundial de Tiro con Arco Bajo
Techo, que se realizó en Nimes, Francia.
Quiero
agregar a este palmarés triunfador, a otro mexicano que ha tenido que emigrar
al extranjero para destacar en el deporte del futbol y cuya postura respecto a
la selección que representa a México ha
causado enormes controversias: hablo de Carlos Vela, quien se ha negado a
participar en el próximo Campeonato Mundial, sin dar a conocer aun las razones
exactas de su determinación, que sin embargo parecen ser de gran importancia
personal, tratándose de un evento de esta magnitud.
Me
tomaré el atrevimiento de especular, obviamente a titulo completamente
personal, los motivos conscientes e inconscientes que están detrás de los
triunfos y derrotas que existen en estos mexicanos que hacen historia mundial
en sus respectivas disciplinas. Los amores y odios, la persecución y huida, las
afirmaciones y negativas de esta parte de la sociedad- la que piensa- respecto
a México.
Primero
cito una entrevista realizada el ultimo día de febrero, el viernes 28 y que
apareció publicada en el diario Milenio el mismo sábado primero, a Enrique Peña
Nieto. Entrevista a modo, para responder “facilito”, “el Copetes” no acepto el
papel de “salvador de México” pero al preguntarle sobre Carlos Vela, Peña Nieto
no dudo en responder: "Más que hablar de
personalidades del futbol o de jugadores en específico, creo que lo importante
es que tengamos una selección que esté bien armonizada, muy comprometida y
decidida a poner muy en alto en nombre de México y a jugársela con todo a favor
de México".
León Krauze, autor de la
entrevista, también le preguntó a Peña sobre las recientes declaraciones de
Alfonso Cuarón -el mexicano nominado (en ese día) al Oscar por mejor dirección-
en el sentido de que se estaba "vendiendo a México". Peña Nieto
le dijo que reconoce a Cuarón como un gran cineasta… pero consideró que, sobre
las reformas, Cuarón no está bien informado, y agrego que sobre las reformas
que se han suscitado en México no han faltado los grupos que en oposición a
estas reformas han generado desinformación y de ahí que algunos lleguen a
comprar, o con insuficiente información, simplemente no conozcan el alcance y
el sentido de las reformas…”
Anoche, escribió Alma Vanessa
Bauche (Un Año Perdido-Tejupilco) “Nada podría hacerme más feliz! El primer
Oscar para una afromexicana Gran #LupitaNyong'o De haberte quedado aquí jamás
lo hubieras logrado” Y vale recordar el tuit escrito por la dupla de las arqueras
Mariana y Aida Román @marianavitia “Ay
no, por favor, yo no quiero que gane peña nieto no porfavorrrr!! Mis 8 hras de
espera para votar no fueron para que el quedara!!”.
¡Ahora sí! Ya están dispuestos los
ingredientes, para entender el rechazo del futbolista Carlos Vela, la crítica
del cineasta Alfonso Cuarón, o el mensaje de la actriz Vanessa Bauche (eternamente
Matilde Campuzano), frente a la frialdad
psicópata de las respuestas de Peña Nieto: ¡ESTE NO ES EL MÉXICO QUE QUEREMOS!
No acepto ser ciudadano-rehén, de un México
donde crece el rechazo contra la razón y la inteligencia. Un México injusto,
dependiente, esclavizado y explotado. Que propicia el tsunami de los imbéciles,
de los desesperanzados, de los hijos de la corrupción, de los hijos del TLC, el crimen, el terror y
el fascismo, en contra de la historia y soberanía nacional. No acepto
pertenecer a un país que es objeto de burlas y desprecio en todo el mundo: nos
llaman “cachorros del imperio”, ignorantes, narcotraficantes, corruptos.
Porque somos el país de la
simulación, donde todo es engaño y son mentiras. Son los empleos automotrices
de outsorcing (sin ningún derecho laboral) y con $150 pesos de sueldo diario. Son
las universidades “patito” en este sur del edo. Mex. Las compañías privadas
disfrazadas de benefactores culturales que reflejan el debilitamiento del
Estado y la endeble silueta de la
sociedad civil. Es la televisión y la radio que adiestran “leer veinte minutos,
meditar quince, comer diez frutas y verduras al día, darle un abrazo a nuestros
seres queridos, practicar yoga, tener un día familiar a la semana y correr los
domingos. Ser exitoso en el trabajo, en lo económico, en lo deportivo y en el
amor. El súper hombre ahogado en su traje de competidor” (JP Proal)
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