El Día Internacional de la Mujer
es un buen momento para reflexionar acerca de los avances logrados, pedir más
cambios y celebrar la valentía y la determinación de mujeres de a pie que ha
jugado un papel clave en la historia de sus países y comunidades. Es la
declaración de la ONU que celebra el 8 de marzo como el Día Internacional de la
Mujer.
Qué mejor ocasión para reconocer
a las mujeres de todo el planeta, de todas las razas y culturas, que con estas
palabras de Mahatma Gandhi… “La mujer
es la compañera del hombre, dotada con la misma capacidad mental... Si por
fuerza se entiende poder moral, entonces la mujer es infinitamente superior al
hombre... Si la no violencia es la ley de nuestro ser, el futuro está con las
mujeres...”
Pero
también es un buen momento para reflexionar sobre el papel y la naturaleza de
la mujer en México, en razón de la obligación y necesidad de establecer un
principio de equidad de género inexistente en el país. México está muy lejos de
ver condiciones equitativas en todos los órdenes sociales, comenzando por el de
gobierno, como ocurrió por ejemplo en el segundo mandato de José Luis Rodríguez
Zapatero, como Primer Ministro de España, quien en abril de 2008, al dar a
conocer el Gabinete de Gobierno al Rey Juan Carlos de Borbón, le anunció que por
primera vez, estaba compuesto por más mujeres que
hombres, y que también, por primera ocasión, el Ministerio de Defensa lo
ocuparía una mujer, Carme Chacón Piqueras, quien además se encontraba
embarazada.
Es increíble que en países como España
o en Brasil, como sucede actualmente, los derechos conquistados por las mujeres
vayan en retroceso a estas alturas de la vida –como diría la Rayuela de la
Jornada Dominical 9 de marzo-, y es por eso de suma importancia hablar y
discutir el lugar que ocupa la población femenina en México, porque el futuro
nacional se encuentran, como nunca, vinculado y dependiente, del rumbo que
finalmente asuma la mujer mexicana como género.
Porque las mujeres mexicanas
transitan por laberintos enredados. Tropiezan con demandas justas de igualdad,
de respeto y de reconocimiento legal, laboral, familiar, que son despreciados, por
las trampas de la fe, los mitos y sofismas. Dos elementos que enredan
fatalmente la definición de lo que es bueno, justo y honorable para la mujer, es la guerra desatada
en nuestra nación, en contra de todo principio de Autoridad y su reemplazo en
dos frentes: el Don de la Vida, adjudicado neciamente a Dios, para poder
reemplazar el origen Real del Padre y el natural principio de Agradecimiento; y el poder de Tener, reflejado
en el dinero, el oro, el dólar o el euro, como sinónimos de igualdad o
desigualdad entre los hombres y las mujeres.
No alcanzo a imaginar los
torbellinos conscientes e inconscientes que acosan a las mujeres, que anidan en
sus mentes. Tratándose de religión, existe el doble ariete, de ser inferior
ante el hombre y de ser vehículo divino para traer la vida al mundo. Prueba de
esa endemoniada terquedad es un libro best seller, publicado por el arzobispado
de Granada en España y que lleva de titulo el violento nombre de “Cásate y se
sumisa” con frases que circulan en las redes como producto del mayor retroceso
social: "La mujer está perdida cuando se olvida de quién es. La mujer es, principalmente,
esposa y madre"; "Tu marido es ese santo que te soporta a pesar de
todo. Si algo que él hace no te parece bien, con quien tienes que vértelas es
con Dios: puedes comenzar poniéndote de rodillas y la mayoría de las veces todo
se resuelve"; o, "El feminismo fue, a su modo, una primavera. Sólo
que tomó el camino equivocado, el de la afirmación a uno mismo".
Pero por otro lado, en el frente social, las banderas revisionistas entre
las mujeres que se suponen de vanguardia, discuten que “mientras existan
millones de mujeres en todo el mundo, esclavizadas haciendo un trabajo
indispensable para la sociedad, por el que no se paga
un salario, que rara vez es reconocido y que genera todos los abusos que se
pueden aplicar a una esclava (violaciones, maltrato sicológico, humillaciones,
feminicidios...)… no me enorgullezco de las batallas ganadas”. ¿Cuáles batallas?
Son combates que se alinean con
el modelo económico globalizado, plutocrático y oligárquico. Es una defensa de
los derechos de la mujer muy parecida a la declaración de libertad de la
esclavitud de los negros en EUA. No existe diferencia entre las mujeres que
exigen el pago del trabajo doméstico a las mujeres, como símbolo de
emancipación, que los discursos de Abraham Lincoln, con la vista puesta en la
mano de obra arrebatada a las plantaciones sureñas y los millones de
consumidores potenciales y reales.
Son expresiones que se pueden ver en México, en casos como el de Martha Sahagún o Elba Esther Gordillo, quienes
a sus delirios religiosos (una como miembro activa de los Legionarios de Cristo
y la otra del vudú y la magia negra) suman la pasión por el tener y el poder. Mejor aún, en el caso escandaloso de “Luna
Bella” o mejor Luna Méndez Coronado, que
ha hecho de su vida, su cuerpo y sus escritos, un escándalo morboso por
realista. Se trata de una prostituta que se dedica abiertamente, y justifica su
actividad como una forma de recuperar lo que la vida no le ha dado a su familia
de seis hermanos, la madre y el Padre de oficio albañil. Su psicólogo –oráculo de
la modernidad-, por supuesto, asegura que no tiene problemas mentales. La
información abundante de esta desgraciada, de las tarifas que cobra, de sus
deseos, las técnicas ensayadas para no sentirse mal con ella misma y de los placeres
aparentes, son autenticas invitaciones
para que las mujeres mexicanas aprendan y reproduzcan el ejemplo de esta joven
mujer, de baja estatura y regordeta.
No veo gran diferencia entre “Luna
Bella” y por ejemplo Martha Lamas, ideóloga de este papel impreciso y perverso
de la mujer mexicana “moderna”, cuando alega a favor del oficio más antiguo del
mundo, defiende su condición de trabajadora y, por otro lado, alienta y
justifica los valores cristianos, a través de unas caricaturas moralistas de
nombre “catolicadas”. Ambos casos están en sintonía con los intereses y objetivos
del mundo global, al pujar por convertir a la mujer en trabajadora y consumidora
compulsiva, de los bienes y servicios provenientes de los mercados y empresas
norteamericanas esencialmente.
Con el agravante que representan,
para la Mujer en México, los pésimos ejemplos de mujeres, que se reproducen
como sinónimos de éxito y triunfo: son las mencionadas Gordillo y Sahagún –con todo
y que una esta aun en la cárcel, y la otra con un pie en ella-; al lado de Rosario Robles, Ruth Zavaleta, Beatriz
Paredes, Josefina Vázquez Mota o Cecilia Romero, dedicadas a la política. De
Jenny Rivera, Paulina Rubio o Lucerito, como “famosas” de la televisión.
No es posible que una historia nacional,
sumamente rica en vidas y ejemplos feministas, pase desapercibida y nada
entendida: la Malintzin y Sor Juana Inés de la Cruz, Leona Vicario y la Josefa Ortiz
de Domínguez, las Adelitas revolucionarias y las Costureras de 1985. Cualquier
par constituyen ejemplos, ideas,
conceptos, testimonios y productos. Hay muchas mujeres admirables, muchas más,
en el arte (Frida Kahlo), el drama (María Rojo), la música, (Eugenia León), o
la literatura (Elena Poniatowska)
Desgraciadamente la realidad
indica que la mujer mexicana es víctima de intereses políticos abiertos y
descarados. Auténticos botines electorales, la condición que enfrentan las
mujeres, principalmente en los estados donde el PRI siempre ha mantenido el
ejercicio del poder político, dista mucho de estar en condiciones de celebrar el Día
Internacional de la Mujer.
A pesar de que “Los países en los que hay más igualdad de
género experimentan un mayor crecimiento económico. Las empresas que cuentan
con más líderes mujeres logran mejores rendimientos. Los acuerdos de paz que
incluyen a las mujeres son más duraderos. Los parlamentos en los que hay más
mujeres aprueban más leyes sobre cuestiones sociales clave como la salud, la
educación, la lucha contra la discriminación y la manutención de los niños. Las
pruebas no dejan lugar a dudas: la igualdad de la mujer supone progresos para
todos.” Secretario General ONU Ban Ki-moon
3 comments:
O sea... Te delata la estructura de tu discurso Ana Elena...
Frase fuera del contexto en que la dije o escribí...
Gracia regalada para que se serenen ... Un estate quieto ante la turbamulta de mujeronas que tanto daño le hacen a ... al Mundoooo... Carencia de sentido del humor...
Locura peligrosa... insatisfacciones, frigideces, venganzas insaciables...
No maltraten las redes con tanto insulto a lo puro pendejo...
Soy Padre de tres hijas, mujeres dedicadas al trabajo honesto, a la enseñanza de la cultura, la atención a bebes y niños pequeños, a la venta y distribución de libros, al deporte, el baile, la salud y con experiencia en el servicio de gastronomía donde lucen sus mejores galas y cualidades. Buenas hijas, buenas ciudadanas, al pendiente de su “Rancho”, disfrutan de la vida tratando de hacer siempre cosas nobles.
Me siento orgulloso del modelo de vida que aprendieron y conservan, hasta llevarlo a niveles muy superiores, sin duda, de los alcances que vislumbraba cuando las educaba en estas disciplinas desde pequeñas. Y al igual que las enseñanzas recibidas de mis Padres, mi descendencia se ha enseñado a “vivir sin jefe” y a entender la función del dinero, como un medio para intercambiar y adquirir cosas útiles y nunca como un fin en sí mismo.
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